Minutos antes de las ocho, Sebastián comienza siempre el mismo recorrido. Una especie de ritual como antesala a su jornada de trabajo. Camina a lo largo de avenida del Libertador, disfruta del olor a pasto recién regado y se sienta en un banco de la Plaza Sicilia, ubicada a pocos pasos de uno de sus lugares preferidos. Desde allí observa con admiración esa mole blanca de mármol de Carrara, que da forma a una dama sosteniendo la llama de la libertad rodeada de alegorías. Imponente, a la vista de transeúntes, en el cruce de las avenidas Sarmiento y del Libertador.

Piensa cómo habrán hecho esa maravillosa escultura, cuántos habrán trabajado en ella, sus simbolismos. El Monumento a los Españoles es el punto de fuga de Sebastián, un escape momentáneo antes de la jornada laboral que aún le toca transitar. Un día cualquiera, hace casi un año, se encontró con ese lugar tapado, rodeado de una tela gigante pintada con la publicidad de Samsung.

La marca coreana de dispositivos electrónicos reconocida internacionalmente presentaba su nuevo modelo de telefonía móvil. Durante varios días no entendía qué representaba eso, hasta que alguien le contó que estaban restaurando al monumento y que esa empresa colaboraba económicamente en el proceso. Pensó que era buena idea.

Foto: Mariano Martino

Como Sebastián, millones de personas fueron testigos durante varios meses de esta situación. La firma patrocinó la restauración del monumento, iniciada a mediados del año pasado. Pero ¿qué hacía una empresa de capitales extranjeros participando en el mantenimiento de uno de las esculturas más características de la Ciudad? ¿A cambio de qué? Esa función está comprendida en la Ley N° 6163 del Régimen de Patrocinio, sancionada en mayo de 2019 por la Legislatura porteña.

El documento define como «patrocinio» al aporte económico de carácter no tributario que realicen las personas humanas o jurídicas de carácter privado en contraprestación a la difusión del nombre, marca, imagen, productos y/o servicios del patrocinador. Sin embargo, cada vez surgen más denuncias de que, detrás, se esconde un negocio millonario que favorece a las privadas en detrimento de las arcas estatales: las empresas pagan poco y reciben mucho. Abonan de cuatro a diez veces menos de lo que sale la publicidad formal en esos sitios.

Incluso en ocasiones se les permite realizar acciones no abarcadas por la ley. Fue el caso del uso «ilegal» del Parque Sarmiento (según denunció el Observatorio del Derecho a la Ciudad) por parte de Entertainment World SA (Fenix) que organizó el recital de Def Leppard y Mötley Crüe hace nueve días. Un show privado que recaudó más de mil millones de pesos en un espacio público a cambio de un piso de goma para el parque.

«Lo que nosotros vemos es que esta ley está siendo utilizada para camuflar otro tipo de actividades. Por ejemplo, hay monumentos nacionales que no tuvieron la habilitación de la Comisión Nacional de Monumentos Históricos para ser restaurados, pero igual el Gobierno de la Ciudad utiliza esta Ley para que una empresa auspicie por unos meses sobre alguna escultura», explica a Tiempo Jonatan Baldiviezo, titular del Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC).

Para el abogado especializado en ambiente, urbanismo y DD HH, «el Ejecutivo porteño crea un hecho ficticio y dice ‘estamos reparando una obra’ para que las grandes empresas puedan publicar allí sus diferentes productos. Es decir, se usa el Régimen de Patrocinio para justificar la instalación de propaganda alrededor de monumentos históricos».

Foto: Mariano Martino

Como si nada

Entre 2022 y 2023, la empresa Samsung encaró el patrocinio de la puesta en valor de cuatro esculturas históricas: el Monumento de los Residentes Sirios, donde aportó alrededor de $ 1,5 millones; el Monumento al Arquero de San Sebastián, con 2.250.000 de pesos; el de Giuseppe Garibaldi, por $ 7,5 millones; y el monumento a La Carta Magna y las Cuatro Regiones Argentinas, con un patrocinio de $ 8.390.000.

Otras empresas también pidieron sumarse: Chevrolet en los monumentos a Nicolás Avellaneda y Bernardo de Irigoyen, ambos por $ 10.500.000; y una de las fuentes situadas en Av. 9 de Julio y Córdoba, por casi $ 5 millones. Y Garnier Fructis patrocinó la otra Fuente Monumental de la mano norte, con cinco millones.

Lo recaudado por el gobierno porteño a cambio de la publicidad de estas empresas supera los $ 40 millones. Una cifra que parece ínfima en contraposición a la exposición de esos anuncios. A ellas se les agregaron recientemente El Cronista Comercial y Puma, entre otras.

Por estos lugares pasan millones de peatones y conductores por día. Por ejemplo, Samsung paga por publicidad en el Monumento a Giuseppe Garibaldi alrededor de 20.800 pesos por día.

«Con la excusa de poner en valor el monumento, la empresa puso durante seis meses su publicidad en uno de los lugares más vistosos y mejor ubicados de la Ciudad, por poco más de ocho millones de pesos. Nosotros consultamos con fuentes independientes del mercado de la vía pública y nos confirmaron que por el tiempo, el espacio y la ubicación que ocupó ese lugar, eso vale por lo menos diez veces más de lo que pagó la empresa», señala a Tiempo el legislador porteño por el Frente de Todos, Manuel Socías que preside la Comisión de Espacio Público.

Hay algo más: días atrás sacaron finalmente la tela de Samsung y el Monumento volvió a estar visible. Pero no se veía restaurado. Mientras, Samsung aprovechó todos esos meses para tener publicidad a escaso costo. Para el diputado, ese caso es uno de los ejemplos más emblemáticos de la falta de transparencia y arbitrariedad con que el gobierno instrumenta el Régimen de Patrocinio: «la ley no es el problema. Es más, es un excelente instrumento. El problema está en cómo el Gobierno de la Ciudad la implementa dado que utiliza métodos pocos transparentes».

Y agrega: «durante los seis meses que la publicidad de Samsung estuvo en el Monumento a los Españoles, no se vieron trabajadores especialistas en restauración trabajando en el interior del monumento, y cuando desmantelaron el obrador, uno no veía mejoras en la escultura, como si no hubieran restaurado nada».

Según un artículo de La Política Online, la empresa no firmó directamente con el gobierno porteño. El acuerdo fue rubricado por In Kuesto Media: «La empresa, que no tiene página web, pertenece a Marcelo Sosa y Adrián Maranesi, dueños del Grupo CEM, que se especializa en vía pública. En el medio hay quienes vinculan la firma con Nicolás Caputo, hijo de Nicky, el hermano de la vida de Mauricio Macri». «

Foto: Mariano Martino
Un show ilegal en un parque público

La administración porteña no solamente evita dar precisiones del trabajo en las obras sponsoreadas y de cómo implementa la Ley de Patrocinio, sino que además en algunos casos ejecuta la norma de manera ilegal, violando su articulado.

«Vimos que la Ciudad utilizó el Régimen de Patrocinio en el recital de Def Leppard y Mötley Crüe que se realizó en el Parque Sarmiento. Se le otorgó a la empresa organizadora del evento el uso del espacio público y esto no está permitido por la Ley», revela Jonatan Baldiviezo, del Observatorio del Derecho a la Ciudad. Efectivamente, el régimen permite la difusión de una marca y/o servicio, pero no habilita al Estado a dar como contraprestación el uso del espacio público a una empresa para eventos privados.

Quien autorizó que el lugar de casi tres hectáreas sea utilizado para la realización de un evento de trascendencia internacional fue la Secretaría de Deportes. Lo hizo a cambio de un piso de goma de 6 millones de pesos para el parque, aunque el recital se llevó a cabo sin que estuviese aún rubricada esa contraprestación.

«La empresa Entertainment World S.A. que organizó el recital aportó apenas 6 millones de pesos como Patrocinio –planteó Baldiviezo–. A cambio de esa suma de dinero, que es muy poca, más de 30 mil personas disfrutaron del recital y la empresa obtuvo una recaudación superior a los 1000 millones de pesos. Aportó apenas el 0,6% de todo lo que recolectó».

Foto: Mariano Martino
La apropiación privada de veredas y otros espacios públicos

El diputado porteño Manuel Socías (FdT) se refirió a una situación que comenzó en pandemia pero que se profundizó en este tiempo: «algo que está ocurriendo hace poco más de dos años, es un proceso de apropiación privada del espacio público que se expresa en varias dimensiones que se pueden ver a simple vista. La utilización publicitaria de los monumentos y esculturas históricas es una de ellas, sin lugar a dudas, pero también ocurre con la apropiación privada de las veredas que lleva adelante la gastronomía. Ambos casos se dan en el marco de la supuesta falta de control o regulación del Gobierno de la Ciudad». Para el legislador del Frente de Todos hay un proceso de apropiación privada del espacio público por parte de las empresas y Rodríguez Larreta no sólo evita interceder y controlar estas situaciones, sino que «lo alienta constantemente y deja que ese proceso de mercantilización de nuestro espacio público siga avanzando. En este punto es que uno no termina de entender si es indolencia o es una estrategia recaudatoria del Gobierno de la Ciudad». Y concluye: «mientras siga avanzando el sector privado sobre el espacio público y el gobierno porteño mire para otro lado, se va a profundizar esta situación. Y los únicos perjudicados serán los vecinos y vecinas que habitan esta Ciudad».

Restauración

Tres años antes de que la Ciudad arregle el «patrocinio» de Samsung para poner en valor el Monumento de los Españoles, esa obra ya había tenido una restauración. Fue en 2019, por un valor de 2,5 millones de pesos.