Siempre es una alegría llegar a Trevelin, que en idioma galés significa Pueblo del Molino. En verano, el paisaje es verde esmeralda, con su horizonte recortado por las montañas, sus cascadas, vertientes, ríos y lagos transparentes que invitan a recostarse sobre el campo y quedarse ahí, mirando el cielo y los picos nevados.

Tiene su historia tehuelche y mapuche. Y su presente. Hasta aquí, llegaron los galeses hace más de un siglo y lo convirtieron en un polo triguero. Ahora, con la floración de los tulipanes muchos conocen este lugar. También con los campos de las peonias, con cabalgatas mágicas “Pein Mawiza” que ofrece la comunidad mapuche tehuelche de Sierra Colorada y con la vendimia de Viñas de Nant y fall que ubicó en el mapa vitivinícola a la región, se convierte en un destino para todo el año. Pero, mucho más es lo que vio el mundo del turismo, que como pueblo de 9000 habitantes, con su idiosincrasia y su estilo de vida puestos en valor turístico, fue elegido por la Organización Mundial del Turismo (OMT) como uno de los 32 lugares “Best Tourism Villages” y también figura entre los 20 sitios destacados en el programa “Uppgrade”. Casi que el mejor pueblo del mundo, podemos decir.

Es fácil llegar a Trevelin. Desde el Esquel, bien al oeste de Chubut, la ruta 259 conduce hacia el Valle Hermoso donde yace este pueblo que tiene su historia galesa, porque hasta aquí llegaron los inmigrantes galeses que huían del yugo inglés.

Cuenta con una plaza redonda y es un encanto caminar entre sus casas de té, restaurantes, y hasta la oficina de informes turísticos es primorosa. Tiene un dragón que hecha fuego por su trompa, ubicado en el techo. La bandera de los pueblos originarios, la galesa y la argentina comparten fachadas y merchandising.

Juan Carlos y los tulipanes en Trevelin.

Hay un fuerte impulso en cada emprendedor de la región: desde los chefs hasta los guías de pesca deportiva, los artesanos, los hoteleros, en fin, el universo Trevelin, cuidan el recurso y hacen honor a cada actividad.

La chef Paula Chiaradia, nacida en Bahía Blanca, selló su amor por la gastronomía y llegó a España donde hizo un stage en El Bulli, de allí a Purmamarca y finalmente se radicó en Trevelin donde talló su proyecto “Fonda Sur” con el que fue finalista de la tercera edición del Prix de Baron B – Édition Cuisine. No tiene carta, las estaciones del año ponen el ritmo a su cocina que se distingue por los vegetales de estación, las carnes y la producción local de aromáticas, frutos y de chutneys que integran su arte culinario siempre en contacto con la naturaleza. Este conjunto se convierte en un viaje por los sabores de la Patagonia.

Aquí siempre hay que dejarse unas horas “en blanco” (sin comer) porque la hora del té es un producto turístico en estas tierras y se convierte en una jornada gastronómica contundente. Las tartas y tortas caseras con manteca salada, pan casero, quesos (el famoso Queso Chubut), dulces y mermeladas y los tradicionales sconds. Y la torta galesa, claro. Este sí es un viaje de ida.

Lo fuerte de Trevelin es el pueblo y los alrededores de naturaleza pura. Ahí nomás está Nant y Fall, con sus viñedos y su eco parking con diseño sustentable donde aprovechan las aguas grises, la energía es con paneles solares y todo fue pensado y elaborado para brindar servicios de excelencia. Lo que le valió a Sergio Rodríguez y su familia ser tapa de una revista especializada alemana en sus comienzos y desde allí, todo el año es el sitio elegido por los amantes del road trip. Casas rodantes y motor home encontraron su lugar en el mundo, o al menos de la Argentina.

Cascada en la zona de las viñas de Nant y Fall.

Arroyo cristalino alimentado por una vertiente, es el sonido que acompaña al visitante cuando llega a “Viñas de Nant y Fall”. Se acomoda en una mesa para probar las empandas de Maura, la mamá de Sergio, acompañadas por el Pinot Noir (Pino Gris) la cepa emblema de estas latitudes, y descubre que se quiere quedar a vivir aquí. Hoy los viñedos están cargados de uvas. Uno puede recorrer los cuadros implantados y ver las uvas que serán cosechadas a fin del verano. Aquí es en abril, la fecha de la fiesta de la vendimia, la más tardía, la más austral y la que convoca cada año a un público de culto. “Será la segunda añada de una uva Chardonnay, que logramos elaborar un blanco muy particular”, le dice Sergio Rodríguez a Tiempo de Viajes mientras anuncia que en abril será la 8° edición de la fiesta de la vendimia y consolida el proyecto con un restaurante para ochenta personas.

Muy cerquita de aquí está el Área Natural Protegida Cascadas de Nant y Fall. Ees fácil llegar. Están a unos 15 minutos, casi pegaditos al vecino país de Chile, donde el bosque cobija unas siete cascadas preciosas que se convierten al lugar en ideal para recorrer en familia.

También a pocos pasos está Juan Carlos Ledesma con “Tulipanes de la Patagonia” que en este momento está terminando de cosechar los bulbos de las 27 variedades que vimos florecer en octubre. Se desentierran (cosechan), se clasifican por color y tamaño, algunos irán a la venta, otros volverán a la tierra.

“Es un trabajo de todo el año”, nos comenta Juan Carlos mientras disfruta de un té. Para la última temporada de tulipanes, en octubre pasado, inauguró un deck en altura junto a la plantación donde se disfruta de una jornada de té con sconds, dulces caseros, tortas, tartas, en fin, a la ceremonia clásica de este destino con la “five o’clock”, pero que se puede degustar de 15.30 a 19.30 todos los días. Se ve el campo, el horizonte, las montañas con sus picos nevados y se adivina, detrás, a Chile.

Junto a él, hay otro campo que maneja el INTA y donde cada noviembre/diciembre florecen las peonías, enormes, coloridas. Es una plantación sencilla, pero atrapa por su belleza de campos floridos.

De nuevo a la producción, es el Molino Harinero Nant Fach de Mervyn Evans, descendiente directo de aquellos galeses que llegaron, donde uno va a conocer la historia triguera de la región; los premios que recibieron en Nueva York un siglo atrás, cómo logró Mervyn en rescatar aquel grano sin intervención genética. Vaya y pregunte, conozca su Museo de Sitio y también sus proyectos: desde un avión hasta ejecutar el arpa. Si hay buena onda, pídale que le haga escuchar la canción que hicieron los galeses con el gol de Maradona a los ingleses. De nada.

Pesca deportiva, cabañas con spa, plantación de ciruelos que cada noviembre convierten el paisaje en un rinconcito de Japón, el Parque Provincial Lago Baguilt y el Parque Nacional Los Alerces, también Patrimonio de la Humanidad, son parte de la naturaleza que abraza a este pueblo donde convergen la mística de los valles cordilleranos, flora y fauna autóctona que hacen olvidar el ruido de la metrópolis, y los emprendedores que viven junto a la naturaleza y proponen conocer su corazón.

Guía en excursión de paisaje, caminata y avistamiento de aves en Los Alerces.
Información para turistas

Para buscar transfer, hospedaje, novedades de Trevelin: www.trevelin.tur.ar

En Viñas de Nant y Fall se puede ir a conocer, recorrer en visita guiada, almorzar, cenar y hospedarse. Ruta 259 km 52,5 y Callejon Elian Hugs, Trevelin, Chubut. Teléfono: 02945 51-5021 .

Tulipanes: [email protected] wwww.fb.com/Tulipanes-Patagonia

Para hospedarse, en Cabañas y Spa Regbue, son 8 unidades, piscina cubierta y pileta al aire libre / Hospedaje La Estancia Hosteria y Cabañas. cabanaslaestancia.com.ar

Cabalgatas Pein Mawiza de Daniel Ayllapán, 02945 15-52-5696