Durante el mes de enero continúa la audiencia pública récord por la rezonificación de Costa Salguero y Punta Carrasco que impulsa el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para construir edificios de lujo con alturas entre 18 y 29 metros en 12 manzanas de la costa del Río de La Plata. Durante las exposiciones de hoy, vecinos y vecinas ubicaron el proyecto oficial en el marco de la privatización de tierras públicas que promueve la administración de Horacio Rodríguez Larreta desde hace años. Las críticas se dan tras un fallo de la justicia porteña, que la semana pasada suspendió la venta de 86 hectáreas que el Estado Nacional tenía en la Ciudad de Buenos Aires y que habían sido transferidas por convenio durante la presidencia de Mauricio Macri. El juez en lo Contencioso Administrativo y Tributario, Andrés Gallardo, emitió una sentencia el 31 de diciembre en la que advierte que no se cumplió con las audiencias públicas obligatorias ni con el procedimiento de doble lectura para sancionar la ley que permite desprenderse de terrenos entre los que se encuentran predios del Barrio Carlos Mugica (ex Villa 31-31bis), playones ferroviarios en Villa Crespo y tierras en el ex Mercado de Hacienda, entre otras.

También podés leer: La justicia porteña ordenó suspender la venta de 86 hectáreas que Macri cedió a la Ciudad

Raúl Fusco, representante de “Asamblea Córdoba y Pueyrredón”, de la Comuna 2 y 3, indicó que “ganar las elecciones no les da derecho de propiedad sobre los bienes públicos”. “Es increíble que pretendan repartirse la tierra pública como si fuera la Campaña del Desierto de la oligarquía vendepatria. Trajeron a esta audiencia a un grupo de lobbistas para disfrazar este negocio inmobiliario. Pensarán que no nos damos cuenta que proyectan avanzar sobre toda la Costanera, incluyendo los terrenos del Aeroparque. Tienen cobertura mediática y judicial, arman leyes a pedido y usan vocabulario marketinizado como ‘parque verde urbanizado’, ‘Distrito Joven’ o ‘construcciones ecosustentables’. Miren la Plaza Houssay, todo cemento. Miren cuánto espacio hay para juegos de niños y cuánto para el polo gastronómico privado.  El mapa de la Comuna 3 es gris y de cemento, y encima registra como espacio verde a Plaza Once. Todo es un negocio fácil. Miren el presupuesto de 57 millones de dólares para el arreglo de veredas, las hacen una y otra vez. Hace años que vivimos en la zozobra y en la angustia de pensar que van a vender ahora”, indicó el vecino.

En ese sentido, Graciela Petroni del Colectivo de Arquitectas y exdocente de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UBA, calificó “la política actual como ‘extractivismo urbano’. “El caso de Costa Salguero debería ser la historia de la lucha por la progresividad del espacio público y no de regresión. Nos remite a la idea del ‘Buen vivir’ en el espacio urbano, un concepto completamente opuesto al del espacio como mercancía y a la de la inversión inmobiliaria como gestora de la ciudad, al crecimiento exponencial de los bienes y servicios y a la explotación ilimitada de los recursos naturales Hoy tenemos la oportunidad histórica de recuperar después de 30 años las tierras concesionadas, llevamos tiempo esperando recuperarlas como para ahora perderlas para siempre. Es la oportunidad para cambiar el paradigma de la ciudad de espaldas al río y de entregar a la ciudad el espacio negados por las concesiones”, indicó la arquitecta.

La docente y socióloga Sabrina Fischberg sostuvo que “estamos ante un gran negociado para unos pocos mientras el Gobierno de la Ciudad aumenta impuestos como ABL o consumo de tarjeta de créditos”.  “Me pregunto en qué puede beneficiar este proyecto a los vecinos de la ciudad y la respuesta es: en nada. Además hay falta de inversión para la conservación del patrimonio de la ciudad, permitiendo la demolición paulatina de edificios con alto valor arquitectónico, paisajístico e histórico destruyendo nuestro entorno urbano”, afirmó. Además, propuso realizar en los terrenos de Costa Salguero, espacios de promoción de actividades educativas, participativas, recreativas y de investigación que beneficien al buen vivir de la sociedad. “Hago hincapié en el carácter participativo en la elaboración, evaluación y monitoreo de la ejecución del proyecto que se apruebe”, detalló.

La ingeniera agrónoma y especialista en Paisajismo Sustentable María Sada explicó que el mundo asiste a un gran cambio de paradigma porque “empiezan a considerarse los cursos de agua como sistemas que pueden tener muchos beneficios ecosistémicos, además de las mejoras de la biodiversidad urbana y la recarga de acuíferos”, entre otras. En contraposición a esas nuevas formas, el Gobierno porteño busca privatizar la ribera. “Hoy se habla de infraestructuras verdes y azules urbanas, el primero dado por la vegetación y el segundo por las lagunas y lagos por todos los beneficios que aportan a las ciudades. La infraestructura verde se ha constituido en una alternativa para la conservación del medioambiente en un contexto urbano puesto que provee beneficios ambientales: regular las temperaturas, actuar como corredores de viento, proveer de flora y fauna, absorber contaminantes en aire y agua”, describió Sada.