Las fiestas son regalos, celebración, alegrías. Pero tienen su contracara: atracones, acidez estomacal y resaca. Y con las vacaciones a la vuelta de la esquina, llega una de las frases más típicas de estos días: ¿Cuánto engordé con todo lo que comí? El Hospital de Clínicas hizo el cálculo y dio la respuesta: un 15% más de lo que necesita un adulto en todo el día.

Para dimensionar las calorías que se puede consumir en una noche de las fiestas, en el Clínicas armaron un listado tentativo contemplando una porción de vitel toné, pollo, pavita o asado; huevo relleno; torre de panqueques; mayonesa de ave; pan dulce; turrón, garrapiñadas, mantecol; y vino y sidra.

“Consumiendo una porción de estos platos en una sola comida se puede llegar a consumir aproximadamente 2300 kilo calorías (kcal). Cuando 2000 kcal es lo que necesita un adulto promedio en todo un día”, resalta la licenciada Alexa Gómez, jefa de residentes del Departamento de Alimentación y Dietética del hospital ubicado en Recoleta. “Por eso es importante controlar las porciones que se consumen en las comidas de las fiestas. Servir porciones pequeñas de los alimentos más calóricos y preparar alternativas con una mayor proporción de vegetales como ensaladas, vegetales a la parrilla, vegetales rellenos, es una buena alternativa para agregar alimentos que aportan volumen y dan una mayor saciedad. Otro punto importante es cocinar la cantidad justa para los comensales para evitar las sobras excesivas que favorecen la ingesta de alimentos altos en calorías los días siguientes”, agrega. 

Alexa Gómez explica que el aumento de peso que puede significar la comida de las fiestas tiene que ser analizada en el contexto de cada persona. “Sin embargo, el cuerpo tiene la capacidad de almacenar la energía extra consumida en el día y la guarda en forma de depósitos de masa grasa. Por eso es importante no solo controlar la ingesta en las comidas de celebración, sino en los días previos y posteriores para llevar una alimentación acorde a las necesidades de cada uno, evitando justamente esta acumulación de tejido graso en el cuerpo”, acota.

Las y los especialistas hablan de aumentar el gasto de energía manteniéndose en movimiento (acorde a las posibilidades de cada uno), como otra buena herramienta para alcanzar o mantener un peso saludable. Siempre cuidándose de los efectos del calor en días de altas temperaturas.

Brindo por el recuerdo y también por el olvido

Atracones, acidez y resaca suelen llegar de la mano de la ingesta excesiva de alimentos en un corto período de tiempo. Además, el combo suele estar acompañado de saltarse las comidas del resto del día festivo o ingerir pocos alimentos llegando con mucha hambre al momento de la fiesta. “Cuando esto ocurre es más difícil controlar las porciones, aún más si la variedad de platos es muy grande. Por eso es importante realizar las comidas previas incluyendo frutas, verduras y cereales integrales. Un consumo elevado de grasas de origen animal como cortes de carne (asado, lechón, achuras, piel de pollo o pavita), manteca, mayonesa y crema de leche también puede contribuir a la sintomatología digestiva. Una estrategia puede ser seleccionar cortes de carne magra como pollo y pavo sin piel, o peceto, y retirar la grasa visible. Por otro lado, alimentos como manteca, crema de leche y mayonesa se pueden reemplazar por aceites vegetales como el de girasol, maíz u oliva”, sugiere la especialista del Clínicas.        

Un punto aparte de los malestares festivos son las bebidas alcohólicas. El calor de diciembre nos propensa a tener más sed. Sin embargo, las bebidas que suelen estar en la mesa son alcohólicas y azucaradas. “Esto lleva a que muchas personas tengan un consumo excesivo tanto de alcohol como de calorías extras y vacías en estas fechas. Llamamos calorías vacías a aquellas que nos aportan energía sin ningún nutriente de relevancia como por ejemplo vitaminas o minerales. Tomar agua a lo largo de todo el día de las fiestas y también incorporar varios vasos a lo largo de la noche nos pueden ayudar a evitar tomar un exceso de bebidas calóricas por sensación de sed. Muchas veces también se empieza a consumir alcohol mucho antes de ingerir alimentos, lo cual puede favorecer un mayor consumo con el estómago vacío y que esto nos genera malestar. Por eso es importante empezar a tomar alcohol después de haber comido”, sugiere Gómez. 

Un par de aspectos fueron desmitificados. Primero, que para aliviar el malestar posterior alcanza solo con tomar un vaso de agua entre copa y copa. Aunque, obviamente, se promueve que haya jarras con agua en la mesa, no solo para evitar la deshidratación que puede generar mucho alcohol mezclado con el calor, sino también para que el acceso al agua sea más fácil que al alcohol o las bebidas endulzadas con azúcar. “Estas jarras de agua se pueden hacer más atractivas agregando rodajas de frutas como naranja, limón o pomelo. De esta forma la sed que siente el cuerpo no solo por el calor del ambiente sino también por las comidas muy saladas consumidas, puede ser calmada con agua natural. Es importante el consumo de agua a lo largo de toda la fiesta e incluso antes de irse a dormir para evitar la deshidratación durante la noche, que es cuando el cuerpo va a terminar de metabolizar el alcohol consumido previamente”, aconseja.

Otro mito: que mezclar diferentes tipos de bebidas alcohólicas produce más daño. “El compuesto que comparten todas estas bebidas es el alcohol que es el mismo si proviene de vino, cerveza o sidra –responde Gómez–. Puede pasar que al ingerir diferentes tipos de bebidas se pierde la noción de la cantidad total de alcohol que se está consumiendo. Una ingesta excesiva siempre va a generar síntomas. Sí es importante el tiempo en el cual consumimos el alcohol, porque si esta ingesta es elevada y en poco tiempo, al cuerpo le es más difícil digerirlo correctamente”. 

Tips de alimentación para las Fiestas:

  • No saltear ninguna comida durante los días festivos para evitar ingestas excesivas a la noche.
  • Moderar el consumo de bebidas alcohólicas y evitar el de bebidas con azúcar agregada
  • Aumentar el consumo de agua.
  • Planificar con antelación la cantidad de comida a preparar para evitar la acumulación de sobras en el hogar.   
  • Comer despacio y masticar bien para poder percibir la sensación de saciedad en el momento adecuado.
  • Moderar el consumo de alimentos calóricos como vitel toné, ensalada rusa, pionono salado, matambre, turrón, pan dulce y chocolates.
  • Incluir preparaciones variadas que contengan frutas y verduras como vegetales rellenos, pinchos de tomate queso descremado y albahaca, rolls de zucchini y ricota magra, ensaladas varias, helado a base de fruta congelada, peras al vino, ensalada de fruta o panqueque de manzana.