Cuarenta ex trabajadores de Greenpeace firmaron una carta que hicieron pública este martes en la que respaldan las denuncias por acoso laboral y sexual que varias de sus compañeras realizaron contra dos de las autoridades de las oficinas porteñas de la organización ambientalista internacional.

Consuelo Bilbao, una de las denunciantes, dijo a Télam: “La carta que publicamos hoy nace porque los hechos que denunciamos vienen pasando desde 2013, y a pesar de que los denunciamos, al directorio local y a las oficinas internacionales de Greenpeace, nunca hubo una respuesta concreta”.

“El directorio local no hizo nada porque son ellos los que sostienen en su cargo al acosador Martín Prieto, y la oficina internacional habló de tolerancia cero pero dejó la cuestión bajo la órbita del mismo Prieto”, apuntó.

La ex trabajadora de Greenpeace señaló: “Todo estalló el 8 de marzo cuando desde la oficina de Buenos Aires salen pintándose de violeta en una campaña contra la violencia de género; eso nos indignó a todas las que habíamos sufrido ahí adentro, especialmente porque sabíamos quiénes eran los que manejaban la comunicación y las redes sociales”.

“Ese día empezamos a compartir nuestra indignación por las redes sociales y nos dimos cuenta que no se trataba sólo de quienes habíamos sido acosadas y despedidas; había muchas otras compañeras que también habían sufrido los mismos tratos y hasta el momento no se habían animado a hablar”, subrayó.

Bilbao explicó: “A algunas de las compañeras que habíamos denunciado internamente las situaciones de acoso laboral y sexual nos terminaron despidiendo sin causa y contratamos un abogado para presentar una demanda laboral; pero cuando lo fuimos a consultar después del 8 de marzo nos terminó confesando que no había presentado nada y que la causa había prescripto”.

“Ahora nuestra abogada es Florencia Arietto y denunciamos al anterior ante el Colegio porque nos sentimos estafadas; pero además de eso vamos a seguir levantando la voz porque los episodios de acosos y maltratos denunciados hasta ahora van desde 2013 hasta 2016 y en estos dos meses no hubo una respuesta institucional”, agregó.

Por su parte, la abogada de las denunciantes, Arietto, afirmó a Télam: “El abogado anterior de las chicas ya está denunciado en el tribunal de disciplina para que se vea si hubo prevaricato, pero la instancia de la justicia laboral ya prescribió”.

“Ahora vamos a ir a la justicia penal contra Martín Prieto y Leonardo Silva por acoso laboral y sexual; y en la cuestión de daños y perjuicios también vamos a accionar contra Greenpeace que supo todo lo que pasaba y al menos cometió negligencia en la investigación interna”, agregó.

La carta publicada este martes, con la firma de 40 ex trabajadores de Greenpeace, dice: “Denunciamos por este medio hechos acontecidos en el ámbito de la organización, relativos al acoso, el abuso y el hostigamiento. Estas denuncias fueron realizadas oportunamente ante el Board –Consejo Directivo- de Greenpeace Internacional y ante el Board de Greenpeace Argentina -integrado entonces por Martín Santos (Presidente), Irene Mayer-Beckh Leslie, Adrian Mourelos, Gabriela Graffigna Souto y Horacio Brum Pizzorno-, y otras han ocurrido con anterioridad”.

“Señalamos también que debemos respetar los tiempos de otras personas involucradas y no estaremos haciendo mención de otras situaciones que conocemos”, advierte la carta.

Los trabajadores afirman: “Si bien el hostigamiento y el acoso laboral han sido generalizados, quienes lo hemos sufrido mayormente somos las mujeres, esto debido a las relaciones de poder desiguales que caracterizan a nuestra sociedad y a esta organización en particular”.

“Queremos destacar, además, que para nosotros el problema es doblemente grave: en primer lugar, por el trato a empleadas y voluntarias (y empleados y voluntarios) que no solo han dedicado su tiempo y trabajo a una organización cuya causa los moviliza; sino además, por el deterioro al que ha llevado a Greenpeace Andino (Argentina, Chile y Colombia) la gestión discrecional de Martín Prieto en los últimos años. Su conducción no sólo horadó el sentido humanitario propio del tercer sector, sino que además hizo un gran daño a una organización que supo liderar la lucha ambiental y poner en agenda los problemas ambientales más importantes de la región”, destaca el comunicado.