Un auto, un perro, billetes nazis, alertas internacionales. La conjunción de estos elementos podría dar a una película. Pero fue real. La Aduana acaba de descubrir el contrabando de una enorme colección de monedas y billetes de gran valor histórico (cotizados en cientos de miles de dólares) durante el control de un buque que venía de Uruguay.

“Este bono solo es válido como medio de pago para los prisioneros de guerra y solo podrá ser gastado y recibido por éstos dentro del campo de prisioneros de guerra o en el caso de jornadas laborales en las oficinas de compras expresamente designadas a tal efecto. Solo podrá ser canjeado por moneda de curso legal en la oficina de gestión del almacén correspondiente. Los infractores, imitaciones y falsificaciones serán sancionados. Jefe del comando supremo de la Wehrmacht”.

La inscripción, traducida al español, se lee en uno de los billetes «de notable valor histórico», como lo definió el organismo de la AFIP: se trata de una serie de billetes ucranianos y alemanes que datan de los años de la 2° Guerra Mundial, que eran utilizados en los campos de prisioneros del régimen nazi. Pero no es lo único. Monedas de Francia del siglo XIII, dólares de hace más de 150 años, billetes del caribe.

Pero esta historia arranca en un auto, con un perro. Agentes especializados de la Dirección General de Aduanas-AFIP desarticularon el contrabando de la colección en el control de un buque proveniente de Colonia, Uruguay. 

El procedimiento consistió en un control vehicular en el desembarque del Superferry Express y la inspección contó con la participación de «un binomio aduanero», como lo definieron: el guía y la perra Emma. Ellos se centraron en un vehículo marca Chevrolet conducido por un ciudadano argentino, quien estaba acompañado por su pareja, también argentina.

Previo al arribo del buque, el organismo que dirige Guillermo Michel había recibido una alerta de Interpol. ¿La razón? El ciudadano referido tenía en curso tres causas penales. Por su parte, la Aduana constató que meses atrás había recibido un oficio judicial electrónico relacionado con la misma persona. Estaba relacionado a la Ley de Bienes Culturales (Ley N° 25.743), justamente por cuestiones relacionadas con la importación de piezas numismáticas.

Por toda esa situación, los agentes aduaneros tenían previsto examinar especialmente el vehículo de la pareja. Inicialmente ambos negaron tener bienes para declarar. «Igualmente, el personal de la Aduana procedió a revisar el baúl con el apoyo del can Emma, que enseguida se comportó como si estuviese en presencia de estupefacientes y/o divisas», relataron en la Aduana.

Ante esa actitud de Emma, los inspectores realizaron un control más exhaustivo del equipaje. Así hallaron «una copiosa cantidad de billetes y monedas de diferentes países del mundo». Luego, encontraron más piezas de colección en el espacio de la rueda de auxilio del vehículo. Ante el hallazgo, los pasajeros confirmaron que la mercadería hallada era de su propiedad.

Todo indicaba que la colección excedía largamente tanto el monto contemplado en el régimen de equipaje para ingresos por vía fluvial (300 dólares por persona) como el límite de ingreso de moneda (U$S 10 mil por persona). «En efecto, dada su gran cantidad y diversidad, la verificación y aforo de la mercadería sigue en proceso, pero el valor de lo relevado hasta el momento supera los 120 mil dólares», informaron. Se calcula que en total superaría los 200 mil dólares.

Nazis, reyes y Caribe

Lo que más le llamó la atención a los especialistas en numismática de la Aduana fueron los billetes nazis que se usaban en los campos de prisioneros. Pero no fueron lo único. Con cerca de la mitad de la colección relevada, la de mayor cotización es un billete de Puerto Rico de 5 dólares de 1909, cuyo valor asciende la impactante suma de U$S 1.750. También se halló uno de 1 franco, de la isla de Martinica (año 1947), valuado en 1.100 dólares. A su vez, un billete chileno de 1 peso de 1879, vale U$S 1.000. Por otro lado, dos billetes estadounidenses de 1862 de llamativa denominación (1,25 y 1,50 dólares), cotizan en 750 y 850 dólares, respectivamente.

Entre las monedas, la más antigua es una del reino de Francia que data de 1226-1270, cuando la Corona estaba en manos de Luis IX. También hay una de 1785, del reinado de Luis XVI, quien poco después sería derrocado por la revolución francesa y ejecutado en la guillotina.

¿Cómo sigue la causa? El organismo que dirige Guillermo Michel comunicó lo secuestrado a la Justicia Penal Económica que, además del secuestro de la mercadería, ordenó tomar muestras fotográficas de los billetes y las monedas (asegurando que se vieran sus números de serie), tomar huellas dactilares e informar antecedentes de los involucrados. Finalmente dispusieron la prohibición de salida del país de la pareja, además de realizar una verificación de su domicilio. 

El material secuestrado quedó a resguardo de la Aduana, que lo dispuso en ocho cajas de cartón debidamente cerradas y firmadas. Hasta ahora han sido relevadas cinco. La historia continúa.