Hay adrenalina. No tanto por el vértigo de navegar en el océano pero si por la incertidumbre que genera la naturaleza en estado puro. Estamos a su merced. Algo así anuncia el capitán de la embarcación, Marcos Fourgeaux, quien le alcanza un chaleco salvavidas a Tiempo de Viajes y explica que es la primera salida al mar del verano, “no sabemos si los vamos a ver”, dice, tranquilo.

Marcos se refiere a los delfines, es la época de avistarlos, bah, comienza en diciembre y en su nave junto con Hernán Fernández, todo está listo y será una verdadera experiencia para todos y todas.

Con los chalecos puestos trepamos por una escalera como las del avión, pero sobre la playa y en miniatura. Medio enclenque, se sube lo más bien y se aborda el zodiak que está sobre un tráiler tirado por un tractor. Es la playa junto al muelle de la ciudad de Puerto Madryn, el mismo donde arriban los cruceros del mundo con más de cinco mil pasajeros. Nosotros somos apenas una cascarita de nuez. Andando, vamos hacia el mar, cuando la profundidad lo permite, arrancan el motor potente y ya estamos navegando. El abrigo en capas de cebolla, por suerte, lo llevamos todos en las manos, al final. El sol es implacable este mañana cerca del mediodía, cuando el océano de color azul petróleo nos acompaña espeso y apenas ondulante.

Es suave el andar, algunos saben que se marean y ya tomaron la famosa pastilla antimareos. Los otros estamos casi… ¿Tensos? Fijando la vista para que no se nos escapen los famoso delfines, que son la opción natural cuando se están yendo las ballenas (ahora) y antes de las orcas, que se ven mejor en marzo.

La cuestión es que el capitán, brinda información, bien contada sobre el muelle de mil metros, sobre la costa de Madryn, sobre las especies y nos tranquiliza al revelar el dato “secreto”: Cuando vean sobre la superficie del mar muchas gaviotas es porque una manada de delfines está empujando hacia arriba un cardumen y ahí comen todos. Pasan cinco minutos y ¡¡¡lo vemos!!! Estamos lejos, queremos ir ahí, al lado del montón pero, Marcos advierte: “No, no nos vamos a interponer, solo vamos a aproximarnos para verlos, ellos solos se van a acercar”, dice y hace honor al nombre de su agencia de excursiones: Cruceros Ecológicos. ´

Son minutos y las cuento: 158 gaviotas. De cerca son inmensas. Y de pronto, como si fuera una invasión de todas partes, del costado, de adelante, desde atrás y desde abajo, aparecen los delfines, su nado, sus saltos, sus movimientos, son pura alegría.

Hay varios tamaños y varias especies, hasta el capitán se sorprende porque al ser la primera vez de la temporada, puede fallar el avistaje Pero todo lo contrario. Juegan con la nave, saltan y hacen tirazabuzón en el aire, los más pequeños –que hasta están con sus crías– son la especie delfín oscuro o Fitz Roy y el más grandote, delfín Común, alcanza a los dos metros de longitud. Brilla su piel como si fuera de neoprene gris plomo con alguna franja blancuzca debajo de las aletas. Van  vienen, Una frustración hacerles fotos porque la rapidez de estos bichos hace que en casi todas las tomas apenas se vea un lomo, un pedazo de delfín, ni la cabeza, ni la cola que es tan graciosa.

Son tantos, que en la embarcación los pasajeros se mantienen sentados ordenados prolijamente; ni siquiera hay que pararse, erguirse o cambiarse de lugar para verlos mejor,  se ven o se ven. Hay sido un bautismo de oro. Todos contentos. El servicio a bordo no pierde detalle. Hay tiempo para distribuir botellas de agua para cada uno y somos veinte. “Hidrátense bien que el sol pega fuerte” dice el co-comandante, Hernán Fernández. Muchos se avivan de untarse con protector solar, porque el reflejo del agua pega hasta detrás de las orejas. Entre el agua y las cremas llega un paquete de papel madera que contiene unos polvorones caseros de “puntosano”, unas galletitas famosas en Puerto Madryn. Y adentro.

Son muchos, es un lujo verlos en su hábitat es algo que siempre emociona eso de “ir a verlos”, ir a visitarlos, a los delfines, en este caso. En su hábitat y justo en su momento de comer, hay algo de intimidad. Perfecto. Uno no se cansa de mirarlos y además, de codear al compañero de viaje aunque no lo hayas visto jamás y comentarle: “Allá va uno, acá van dos, mirá ese salto”. Si, es precioso el momento. Al regreso, el paseo es más tranquilo y la descripción de la costa, desde la lobería, el barco hundido y las cuevas, donde llegaron los galeses a fines del 1800, son parte de la excursión. Son estas mismas playas a donde recalaron y donde se refugiaron unos meses entre los acantilados hasta remontar el río Chubut, donde finalmente se instalaron y fundaron los pueblos que hoy uno recorre hasta la cordillera.

El avistaje se realiza desde diciembre hasta  abril, y son muchas las embarcaciones que ofrecen salidas desde el puerto de la ciudad de Puerto Madryn, para transportar pasajeros en la búsqueda de delfines en su hábitat natural.

La estrella de la temporada es el Delfín Oscuro, y su avistaje es una experiencia diferente en las aguas del Golfo Nuevo. Este mamífero, suele estar en manada reunido en grupos que van de los ocho a los quince ejemplares, y se acerca a las embarcaciones para desplegar este espectáculo.

La excursión abarca unas tres horas en total, contando el pre embarque media hora antes y las salidas son desde las 8 de la mañana. Se trata de un espectáculo natural para toda la familia.

En las salidas hay que tener en cuenta el clima y los vientos, con la idea de generar una experiencia placentera para los navegantes. Muchas veces se posterga si las condiciones no son óptimas. Aquí, se prevalece la idea de que el turista la pase lo mejor posible.

Para tener en cuenta

Los precios de alojamiento en Puerto Madryn oscilan desde los 15 mil pesos en un hotel 4 estrellas frente al mar puede alcanzar los 23 mil pesos la noche.

La excursión de avistaje de delfines, cuesta 15.500 pesos.

Se llega en bus, en avión o en auto a puerto Madryn.

Sobre la costanera frente al mar están todas las empresas de excursiones desde andar en bici hasta hacer kayac, navegación con avistaje, 4×4 y astroturismo.

Madryn es la Capital Nacional del  Buceo, hay bautismo de buceo y esta actividad combinada con lobos marinos. Si, tal cual lo leyó.

www.madryn.travel.com.ar