Hay cinco millones de personas que hoy están en riesgo a causa de la falta de vacunas contra la Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA), por el desfinanciamiento del Estado al Instituto que las produce. Así lo denunció la Fundación Soberanía Sanitaria en un informe emitido este jueves, donde señala que la patología «ya está provocando más muertes de las esperadas».

La FHA es una enfermedad viral aguda grave, endémica de zonas rurales de la región geográfica que abarca parte de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y La Pampa, y que coincide con el complejo agroindustrial cerealero. Al ser un núcleo central de la Argentina genera que miles de personas pasen por esos lugares y transporten el virus a otras provincias, con casos notificados en San Juan, San Luis, Corrientes, Chaco, Chubut, CABA y Tucumán. «Esta enfermedad es producida por el virus Junín, de la familia de los Arenavirus que suele estar presente en algunas especies de roedores silvestres –explica el informe de la Fundación–. Estos roedores sufren infección crónica asintomática y eliminan el virus a través saliva, orina y materia fecal, contaminando el ambiente. La infección al humano se produce principalmente en personas que residen, visitan o trabajan en el medio rural, a través del contacto con la piel (con escoriaciones) o la inhalación de partículas portando el virus». Se estima que la población en riesgo de infección alcanza unas 5 millones de personas, el 80% de las que se infectan son hombres entre 15 y 60 años y la tasa de mortalidad puede alcanzar el 30%.  

La Fiebre Hemorrágica Argentina posee un tratamiento efectivo, que consiste en la aplicación de plasma inmune específico de pacientes convalecientes que han tenido la infección, en un lapso de 8 días desde el comienzo de la enfermedad. Si se inicia tempranamente, reduce la mortalidad al 1%. 

Nicolás Kreplak, ex viceministro de Salud y titular de Soberanía Sanitaria, enfatiza que «nuestro país es el único productor en el mundo de la vacuna Candid #1 que previene la FHA», tras un acuerdo binacional con los Estados Unidos en 1984. La vacuna se aplica a la población de área endémica con una eficacia del 95%.

El encargado de producirla es el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas “Dr. Julio Maiztegui” (INEVH) que se ubica en la ciudad bonaerense de Pergamino, habilitado en el 2001 como planta elaboradora de vacunas virales para uso humano, luego de años de trabajar en transferencia de tecnología de producción y control con The Salk Institute de Pennsylvania, Estados Unidos. En 2003 elaboró los primeros lotes de vacuna para usar en humanos y en 2007 la vacuna Candid #1 de producción propia se incorporó en el Calendario Nacional de Vacunación gratuito y obligatorio para poblaciones en riesgo de padecer la enfermedad a partir de los 15 años, en una única dosis. 

«La vacunación debe realizarse por lo menos un mes antes de que se realicen actividades rurales de riesgo a fin de asegurar la protección», remarca Kreplak. Sin embargo, a pesar de que el Instituto tiene una capacidad productiva de aproximadamente 400.000 dosis anuales, en la actualidad están vacunadas alrededor de 1.200.000 personas. Aún quedan unas 4 millones de personas del área endémica de FHA sin protección.

El INEVH es un centro nacional de referencia en lo que son enfermedades virales humanas de alto impacto en salud, sobre todo las transmitidas por roedores y artrópodos. De hecho, una de las primeras acciones de la institución, cuando se creó en 1978, fue la organización de un Programa Nacional de Control de la Fiebre Hemorrágica Argentina, generando una red de diagnóstico, servicios, docencia, investigación y educación para la salud. «Pero los logros obtenidos en más de 60 años de trabajo ininterrumpido para controlar la FHA están en riesgo –alerta la Fundación Soberanía Sanitaria–. Producto de la falta de recursos hoy no se encuentran en las condiciones óptimas necesarias para garantizar la producción de vacuna».

Desde el propio Instituto, los trabajadores alertan que a partir de 2017 comenzó un proceso de desfinanciamiento del Estado, especialmente en la reparación y renovación de equipos claves, lo que genera que no cuenten » con la capacidad instalada adecuada para continuar con esa producción». Kreplak apunta que esta situación generó que en 2018 se fabricaran solamente 80.000 dosis de vacunas y en 2019 se haya interrumpido la producción: «Esta crítica situación pone en riesgo a la población que vive en las zonas endémicas, dado que no se puede contar con las vacunas necesarias. Actualmente sólo quedan 200 mil dosis en stock lo cual evidencia que de no modificarse esta situación a la brevedad el país no contará con la vacuna y podrá aumentar la incidencia de FHA y aumentar su letalidad».

Las denuncias tienen un correlato en las políticas de desinversión en Salud del Ejecutivo nacional. En el presupuesto 2019, el INEVH figura con una reducción de sus metas: un 80% menos de capacitaciones, un 6% menos de diagnósticos, un 34% menos en producción de biológicos para uso humano entre las que se encuentran las vacunas, así como un 40% menos de producción de inmunoterápicos para el tratamiento de la fiebre hemorrágica. Al magro presupuesto, afectado a su vez por una inflación y una devaluación extrema, en un rubro donde la mayoría del equipamiento e insumos están dolarizados, se suma el porcentaje de ejecución de apenas el 68% el año pasado. Y se agregan las subidas de gastos corrientes. 

Sólo por el concepto de energía eléctrica el INEVH pagó durante 2018 cerca de $ 10 millones: un 10% de su presupuesto inicial para este año. En abril de este año el Concejo Deliberante de Pergamino envió una solicitud al gobierno nacional pidiéndole que le asigne al INEVH una partida extra de $ 55 millones, para mejorar las condiciones operativas de la planta de producción. Hasta la fecha no obtuvieron respuesta.

Detrás de los números hay personas. Y un desfinanciamiento en vacunas se traduce luego en un recrudecimiento de enfermedades que se creían superadas. De hecho ya se percibe un aumento en la mortalidad por FHA: desde 2013 hasta fines de 2017 fallecieron 8 personas a causa de esta fiebre, mientras que en este último año y medio ya se registran siete muertes.