Llegó, finalmente, el frío otoñal pero todo parece indicar que no se vivirá al extremo, sino que más bien será un otoño cálido, incluso con posibles olas de calor pero de menor intensidad que las más recientes. Así lo expresaron los expertos en dos estudios climatológicos publicados en en Nex Ciencia UBA Exactas.

“Luego de este verano récord, el pronóstico para abril, mayo y junio sigue previendo temperaturas medias más altas que las habituales para la época y temperaturas máximas con probabilidad de superar valores extremos. Incluso puede haber alguna ola de calor tardía aunque ya no tan intensa”, afirmó la climatóloga Matilde Rusticucci, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y profesora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de Exactas UBA.

Los dichos de la profesional se corresponden con un estudio del pronóstico climático trimestral que fue desarrollado en conjunto por profesionales del Servicio Meteorológico Nacional; del Instituto Nacional del Agua, de la Cátedra de Climatología Agrícola de la Facultad de Agronomía; del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos; personal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria; de la Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas de los Ríos Limay, Neuquén y Negro; del Conicet; de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación, y de la Comisión Regional del Río Bermejo.

De acuerdo al informe, para los próximos tres meses se prevé una mayor probabilidad de temperaturas medias superiores a las normales para la región NOA, Cuyo, Córdoba, centro sur de Santa Fe y Entre Ríos. En tanto que, en el norte del Litoral, Buenos Aires y La Pampa se espera temperaturas de normales a superiores a las normales.

“¿Por qué nosotros hacemos tanto hincapié en el Niño o la Niña? Porque son fenómenos que influyen muy fuerte en lo que va pasar con el clima en la región. Si hay un Niño o una Niña muy fuerte, como pasó hasta ahora, nosotros ya sabemos qué clima vamos a tener. Ahora, La Niña ya no está, tenemos condiciones neutras. Por lo tanto, puede bajar un poco la precisión del pronóstico”, explicó Rusticucci. Y prosiguió: “la temperatura del agua del Océano Atlántico, que tiene un tiempo de variación lento, es un dato que tenemos muy en cuenta para pronósticos a tres meses. Otros factores que inciden son la situación del Pacífico Sur y las oscilaciones alrededor de la Antártida. Cuando no hay Niño, este conjunto de señales empiezan a competir entre sí”. Asimismo, agregó que “por ahora, y durante todo el invierno se espera que el fenómeno Niño se mantenga neutro, y se pronostica que puede llegar la influencia de un Niño para fin de año”.

Sobre este escenario, otro pronóstico de índices extremos de temperatura confeccionado por Soledad Collazo, también del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, refuerza las previsiones al vaticinar una mayor ocurrencia de extremos cálidos de la temperatura máxima para casi todo el país a excepción de la provincia de Neuquén y el sur de la Provincia de Buenos Aires.

Vientos de agua

En concreto, el informe prevé una mayor probabilidad de que ocurran precipitaciones normales o superiores a la normal sobre las provincias del norte y noroeste del país, Córdoba, oeste de Santa Fe, este de San Luis, La Pampa y gran parte de Buenos Aires. En tanto que se esperan valores normales sobre el norte del Litoral, Cuyo, centro y norte de la Patagonia.

Luego de la sequía extrema que ha venido afectando a extensas regiones de nuestro país, un dato muy esperado es qué puede pasar con las lluvias en los próximos meses. El pronóstico, en este sentido, es alentador. “La situación tiende a normalizarse, es decir, a volver a los valores esperados para esta época del año, con un poco más de probabilidades de que sean levemente superiores a lo habitual. Por suerte, esto va a servir para que empiece a recomponerse el suelo. La recuperación de los cultivos va a llevar, todavía, un poco más de tiempo”, anticipó Rusticucci.

Desaparición progresiva de las estaciones intermedias

“Estas diez olas de calor fueron algo totalmente excepcional, no va a ser tan fácil que se superen estos registros. Pero, en el largo plazo, digamos en 10 o 20 años, las tendencias sugieren que tendremos veranos más cálidos que este último”, afirmó Rusticucci. En noviembre del año pasado, al inicio de las olas de calor a las que se refiere la climatóloga, la sensación térmica en la ciudad de Corrientes alcanzó los 50 grados Celsius.

Por otro lado, como consecuencia de los efectos producidos por el cambio climático parece estar delineándose una inclinación hacia la desaparición progresiva de las estaciones intermedias. “Tienden a desdibujarse. Fijate vos que el otoño, al tener temperaturas más altas, lo que produce de hecho es una prolongación del verano. Y si bien el año pasado el invierno fue frío, acordate de que en noviembre ya batimos récords, fue el noviembre más cálido de la historia. O sea, la primavera viene cada vez más cálida. Invierno vamos a seguir teniendo, los frentes fríos nos van a seguir trayendo temperaturas bajas, pero van a ser cada vez más cortos”, concluyó Rusticucci.