Vera Jarach tiene 91 años, es Madre de Plaza de Mayo y familiar de víctimas del Holocausto. Hace cuatro décadas busca a su hija Franca, desaparecida en junio de 1976 por la dictadura cívico militar. El 4 de julio de este año tenía prevista una charla con estudiantes de la Escuela de Educación Superior 8 de San Isidro, pero horas antes una docente le notificó que las autoridades educativas habían prohibido la actividad. Rápidamente los estudiantes y docentes salieron a repudiar tamaña censura y este lunes pudieron realizar la charla en la escuela: «Reaccionamos todos, y gracias a esa reacción inmediata de esa censura, todo lo que quisieron impedir decir se revirtió totalmente, les salió el tiro por la culata.» expresó Vera en el cierre del acto. «Cuando finalmente pude ir a hablar con los chicos fue una fiesta. Estábamos contentos, alegres y reflexionamos sobre muchas cosas. Lo que nos queda es la Plaza, ahí somos militantes, (y yo ‘partigiana’) de la memoria. Ese es un consejo y una exigencia que les transmito», finalizó Jarach.

La sala estuvo desbordada de gente y lágrimas. La primera fila fue ocupada por Vera, Nora Cortiñas, Taty Almeida, entre otras Madres, jóvenes, docentes y el propio Roberto Baradel, secretario General de SUTEBA, quién pidió disculpas en nombre de los docentes de la provincia “por la intolerancia, el negacionismo” y repudió el proyecto de creación del Servicio Cívico Voluntario.

Decenas de estudiantes llenaron la sala y fueron sin dudas los y las protagonistas del día: «Lo que pasó me pone bastante triste, nosotros deberíamos estar acá para hacer memoria, para no repetir las cosas, sin embargo estamos acá por un acto de censura, es terrible hoy siglo XXI que estas cosas sigan pasando. Pido disculpas por eso pero no en nombre de los directivos, sino en nombre del Nacional», dijo Julieta Valdez, presidenta del Centro de Estudiantes del Colegio Nacional San Isidro.

Otra perla de la tarde fue Haydé Gastellú, titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, que le entregó a Vera un ramo de 30 claveles en representación de los 30 mil desaparecidos, y recordó las primeras rondas en la Plaza.

«Yo tengo un perfil bajo entre las madres pero si en el campo de los colegios voy con un entusiasmo particular» adelantó Vera en el medio de su discurso, y finalizó invitando a estudiantes del Colegio para homenajear a los 30 mil detenidos-desaparecidos con el grito que aturdió y abrazó la sala: «30 mil compañeros detenidos desaparecidos, presentes».