Desde el 19 de mayo pasado, nada se sabe de Gabriel García Gurrea. Desapareció en Bahía Blanca y poco avanzó la investigación desde entonces. En la causa hay una mujer de testigo, para la cual la fiscalía dispuso su protección durante dos semanas. Quien debía custodiarla acaba de ser detenido en las últimas horas, acusado de abusarla sexualmente. Hace un mes ocurrió un hecho similar en Salta.

Sebastián Ezequiel Alfonso, de 33 años, es policía en General Daniel Cerri, localidad lindera a Bahía Blanca. Sobre él cayó el pedido de detención de la fiscal Marina Lara y dispuesto por la Justicia de Garantías. 

El imputado permanece alojado en dependencias de la Policía Federal, que interviene en estos casos por tratarse de un efectivo de otra fuerza de seguridad.

Según lo informado por fuentes judiciales, aparentemente Alfonso continuó tratando a la testigo una vez terminada la custodia. La semana pasada hablaron por una medicación odontológica que ella necesitaba. En circunstancias aún no aclaradas, él se apareció en su casa, y ahí se habría cometido el hecho denunciado.

La testigo aseguró que fue abusada sexualmente, mientras que del lado de la defensa de Alfonso sostienen que se habría tratado de una relación consentida. La denunciante fue contenida por el gabinete psicológico de la Comisaría de la Mujer y la Familia. Alfonso continúa detenido y la Auditoría de Asuntos Internos de la fuerza provincial dispuso su desafectación de servicio, que incluye el retiro de su credencial, el arma reglamentaria y el chaleco antibalas.

También en Salta

Hace menos de un mes ocurrió otra denuncia de violación por parte de un policía que debía cuidar a la mujer en una causa por violencia de género. Sucedió en el barrio de Floresta Alta, en Salta Capital, la última semana de octubre. Una mujer denunció que fue amenazada por el cabo Rubén Martínez que le apuntó con su arma y la violó en su hogar, donde se encontraba el efectivo supuestamente custodiándola de un hombre que la había amenazado.

“Vino un señor a las 22.30 a cuidarme. A las 23.30 me pidió permiso para retirarse. Estaba con mi hermana jugando naipes. Ella se va a la 1.30 y a las 2 me acuesto. Antes, le di lugar al policía para que se quede en el comedor y le puse la tele para que no se duerma, porque supuestamente me estaba cuidando”, contó la víctima al diario El Tribuno de Salta.

Lidia (nombre de fantasía) explicó que luego el policía entró a su habitación sin ropa, la amenazó con una pistola contra la cabeza y la violó. Ella pudo narrar lo sucedido cuando cerca de las 4.30 un suboficial, identificado como F.G, pasó a verificar la tarea del custodio.

Así lo relató: “Cuando termina (la violación) vino un patrullero, le hace juegos de luces, suena la sirena y salta de la cama, se va a la cocina a cambiarse. En ese momento tenía el arma al lado de mi cabeza. Cuando voy a abrir la puerta me dice: ‘Qué hacés, vení, no salgas’. Igual me fui, hablé con el hombre que se bajó del patrullero y le pedí que me cambie el personal, porque este hombre me había abusado. Tengo una denuncia por amenazas de muerte y ahora este problema, porque al custodio sé que lo echaron y está detenido. Hoy temo más que nunca por mi seguridad, es muy lamentable”.