La vicedirectora Mariana Buchniv y la auxiliar Gisela Diap, quienes fueran condenadas por maltratos en el jardín Tribilín, podrán cumplir sus penas desde sus casas, controladas por pulseras electrónicas El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro otorgó la prisión domiciliaria a dos de las cinco maestras condenadas a prisión por maltratos a los menores del jardín maternal Tribilín en Béccar. El permiso fue concedido para Marian Buchniv por que tiene padecimientos psiquíatricos y en el caso de Diap, porque tiene la condena más baja.

La defensa de cada una de las docentes pidió la morigeración de la pena y poder cumplir la condena desde sus casas fundado en los supuestos malos tratos que las mujeres recibían en la Alcaldía N° 3 de La Plata donde se encuentran detenidas en celdas individuales. Buchniv y Diap son las únicas que no aparecen en los audios que se presentaron como pruebas.

La Fiscalía tiene cinco días hábiles para apelar la medida. En el caso de que esto suceda, la Cámara será la que determine mientras tanto las condenadas deberán aguardas detenidas.

El 5 de noviembre se conoció la sentencia, con penas de prisión para la directora Noemí Núñez (siete años y seis meses), las maestras Yanina Gogonza (siete años) y Noemí Gallardo (seis años y tres meses), la vicedirectora Mariana Buchniv (cinco años y seis meses) y Vanina Gisela Diap (cuatro años y seis meses). Fueron encontradas culpables de los delitos de abandono de personas, lesiones y amenazas.

El caso se conoció en 2013, cuando se hicieron públicos más de cinco horas de audios con insultos, gritos y amenazas de las docentes, ruido de golpes y el llanto desconsolado de los infantes. Un padre, alarmado por el cambio de conducta de su hija, había colocado un iPod oculto en la mochila para grabar lo que sucedía en las clases.

“¡Cada vez que viene con el padre viene hecha una loca!»; “¿Podés sacar el cuaderno en vez de ponerte a boludear?», “¡Ponete a guardar, enfermo mental!”, “Decime ¿por qué vomitaste? ¡Pendeja de mierda!”, “¿Querés ir a la pileta? Callate, callate!”. Son algunos de los audios que se rescataron de la grabación. Sumergirles las cabezas debajo del agua o encerrarlos en una habitación con aire acondicionado eran algunos de los castigos a los que eran sometidos los pequeños.

Las secuelas del maltrato que sufrieron al menos 40 niños de entre tres y cinco años continúan hasta el día de hoy. Falta de aprendizaje, problemas para dormir, fobia al agua, entre otros síntomas, son los que tratan de superar mediante tratamiento aquellos que asistieron al jardín del horror.