Con Ómicron como cepa hegemónica y Delta aún circulando, la estrategia de inmunización de esta etapa pandémica se centra en los dos grandes grupos que resta completar esquemas, algo esencial para evitar formas graves de la enfermedad: los menores, y los treintañeros. Un dato subraya el por qué de buscar a esta población: el 87% de quienes se dieron una sola dosis tiene menos de 39 años.

En la Argentina hay 5.078.971 personas que se aplicaron la primera dosis contra el Covid–19, y no volvieron por la segunda. De ese número, 4.458.985 tienen menos de 39 años: 1,95 millones tienen entre 3 y 11 años; 766 mil entre 12 y 17 años; 1,43 millones entre 18 y 29 años; y 705 mil entre 30 y 39 años. Así lo informó en sus redes sociales, tras relevar las cifras oficiales, el senador correntino Martín Barrionuevo.

Para los adultos jóvenes, el método al que apelaron las autoridades fue el pase sanitario, que cumplió con el objetivo de inocular a más personas: Tucumán, que fue la primera en aplicarlo, tuvo el último mes la mejor tasa de vacunación del país, al inocular a 500 mil personas que no tenían el esquema completo. Desde fines de diciembre, la Argentina mejoró su cobertura general y hoy tiene más del 86% de la población con al menos una dosis, unos 3 puntos porcentuales más que 30 días atrás, lo que la coloca entre los 12 países con mejor cobertura del mundo.

Para la población menor la idea es promover la vacunación con las organizaciones que trabajan en el sector pediátrico, desde Unicef hasta la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), y generar una campaña para vincularla al retorno de las clases, incluso pensando a las escuelas como postas de vacunación. Hoy en Provincia de Buenos Aires varios partidos del Gran Buenos Aires utilizan las colonias como lugares de vacunación, aprovechando la presencia de menores.

Otro paso fue la aprobación de la Pfizer pediátrica por parte de la Anmat la semana pasada. Ésta vez, a diferencia de lo que pasó con Sinopharm, la SAP salió rápidamente a decir que es «segura y eficaz». El viernes pasado, durante la reunión del Consejo Federal de Salud (COFESA), la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, aclaró que la formulación pediátrica de Pfizer para niños es de 10 mcg y que, si bien el principio activo es el mismo que las utilizadas actualmente en la población de 12 años o más, existen diferencias en el buffer, la concentración, el volumen de la dosis final y el número de dosis por vial. Por lo tanto, informó que es necesario aguardar la disponibilidad de las vacunas pediátricas, «que llegarán entre febrero y marzo, para comenzar a aplicarlas en esa población».

Con respeto a las estrategias de cara al inicio del ciclo lectivo, Vizzotti comentó que está en funcionamiento una mesa de trabajo específica con el ministerio de Educación en la que se definió como prioridad “trabajar para estimular la vacunación pediátrica de COVID-19 y de Calendario, tanto en niños niñas y adolescentes, como así también en docentes, no docentes y en toda la comunidad educativa”. Y recomendó a las jurisdicciones “estimular el contacto con los ministerios de educación y de salud de las provincias para culminar con un consejo conjunto federal de salud y educación donde se pueda avanzar en la actualización de protocolo para establecimientos educativos”.

Igualmente la tendencia de completar esquemas progresivamente va mejorando. En diez días hubo casi 400 mil personas que se dieron la segunda dosis. Las y los especialistas remarcan que esto es clave frente a las nuevas cepas: tener solo una dosis otorga al menos un tercio de la inmunidad que genera el esquema completo.