«En las últimas semanas, el Instituto Cine Nacional de Cine y Artes Audiovisuales tomó una serie de medidas que buscan retrotraer el escenario de la cinematografía argentina a antes de 1994, fecha histórica del nacimiento de nuestra Ley de Cine.

El gobierno evitó el costo político que implicaba derogar la Ley 24.377 Ley de Cine -ejemplo en Latinoamérica y el mundo- y en cambio, la reglamentó para anular su espíritu fundacional.

Para ello, su presidente Ralph Haieck firmó la Resolución 942/2017, que condiciona el acceso al Fondo de Fomento, con cláusulas imposibles de cumplir para acceder a créditos y adelantos de subsidios. Después de leerla, cualquier productor llega a la conclusión que la actual administración tiene como objetivo desacelerar la producción cinematográfica hasta congelarla y reducirla a diez películas por año. Algo que, sin duda, generaría miles de desempleos, más crisis económica y la extinción a mediano plazo del histórico Cine Argentino. 

Y lejos de ser una medida aislada, la Reglamentación 942/2017, viene acompañada de un escenario oscuro y hostil, signado por la burocracia administrativa y la censura económica e ideológica.

En este sentido, el INCAA está funcionando sin el Consejo Asesor, órgano de Co Gobierno que equilibra y controla las decisiones del presidente del Instituto. El Consejo Asesor ha sesionado por última vez a principios de junio y hasta la fecha no ha sido designado el nuevo Consejo. Para que esto ocurra debe firmar la designación el presidente de la Nación, Mauricio Macri y esa firma no llega. De este modo, el INCAA saca la peor reglamentación a la Ley – desde su creación en 1994- cuando no existe un órgano de contralor que analice y equilibre las decisiones unipersonales del presidente Haieck.
Otro punto preocupante, son las sucesivas reuniones con aprietes que la Gerencia de Fomento ejerce sobre los Comités de Evaluación de Proyectos y Créditos. En dichas reuniones, hubo una única idea recurrente: que los comités disminuyan el número de proyectos aprobados, la excusa es siempre «el presupuesto no alcanza hay que producir menos». Pero contradictoriamente, el INCAA ha reconocido una sub ejecución de presupuesto 2017 (este dato fue expuesto por un gerente del INCAA en la última reunión de Consejo Asesor, único organismo que por ley tiene derecho a exigir los números del presupuesto interno del INCAA).

Por último, debemos reconocer que se ha desatado una campaña mediática para ensuciar al Cine Nacional. No importan cuantos festivales internacionales ganemos, cuantos puestos de trabajo generemos, cuantas divisas hagamos ingresar al país con nuestras exportaciones, la única idea a instalar es: «el Cine nacional es K y hay que destruirlo». Cualquier ciudadano que concurra al cine o ingrese al portal cine.ar podrá fácilmente desenmascarar esta burda mentira. 

En este sentido entendemos que las falacias publicadas por distintos medios buscan como único fin crear una cortina de humo para esconder el verdadero objetivo de la gestión del INCAA: generar un vaciamiento en la industria cinematográfica y quedarse con los fondos de fomento a la producción de cine. Solo los altos funcionarios del INCAA saben el incierto destino que tienen estas divisas cuando no son gastadas en la producción de películas.

Porque el cine es nuestra vida, porque no vamos a resignarnos a que nos quiten el derecho a tener una cinematografía nacional, este jueves marchamos desde el INCAA al Cine Gaumont, para que nuestra ciudadanía se entere de lo que está ocurriendo antes de que sea demasiado tarde.

Mesa de directores cinematográficos argentinos