La confirmación de dos casos en los Estados Unidos, otros tres en Francia (los primeros en Europa) y la aparición de otros posibles en México, Colombia, Brasil y Canadá encendieron las alarmas en la Argentina sobre un inminente brote del coronavirus originado en Wuhan, China, la última amenaza de pandemia mundial que ya mató a 41 personas y obligó a poner en cuarentena a millones de ciudadanos del gigante asiático.

«Tenemos todos los mecanismos de control para identificar el coronavirus si hubiera un síndrome febril acompañado de una neumonía y la sospecha de un caso, aunque no tenemos ninguno», aseguró esta semana el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, en el marco del Consejo Federal de Salud que reunió a las máximas autoridades sanitarias del país.

El funcionario explicó que «nos mantenemos en comunicación directa con los expertos mundiales. Tenemos toda la capacidad para reaccionar y estamos en vigilancia absoluta». Además, desmintió «cualquier tipo de emergencia tanto por coronavirus, dengue u otras infecciones. Tenemos casos de sarampión y dengue, pero no son graves ni muchos».

De acuerdo a los informes oficiales, desde el 31 de diciembre de 2019 se notificaron más de 1300 casos confirmados de una nueva infección por el coronavirus 2019-nCoV; casi todos los casos corresponden a residentes de China, distribuidos en 14 provincias, de las cuales la más afectada es Hubei (cuya capital es Wuhan); en tanto, se reportaron infectados en otras ciudades chinas como Beijing y Shanghai, y también en Tailandia, Japón y Corea del Sur. En consecuencia, las autoridades chinas han decidido extremar las medidas de profilaxis a una escala jamás vista.

Los once millones de habitantes de Wuhan, la ciudad donde se originó el contagio a fines de diciembre (al parecer, en un mercado de pescados y mariscos), siguen en cuarentena, al tiempo que las autoridades sanitarias ampliaron las medidas de aislamiento a un total de 40 millones de personas en todo el país. Todo en el marco de los festejos por el Año Nuevo chino, que siempre suponen un fuerte flujo de traslados dentro del país.

En ese sentido, la alcaldía de Beijing anunció el jueves la cancelación de las ceremonias previstas como medida precautoria. Lugares como la Ciudad Prohibida o el Antiguo Palacio de los Emperadores, y aun parte de la Gran Muralla, los más visitados por los turistas, permanecerán cerrados hasta nueva orden debido a la epidemia.

Del otro lado del mundo, el Departamento de Salud de Nueva York estableció un plan de contingencia ante el caso detectado en la Costa Oeste. «El riesgo real para los neoyorquinos es bajo, pero nuestro nivel de preparación es alto», advirtió la funcionaria Oxiris Barbot.

En la Argentina, el Ministerio de Salud emitió un documento que incluye las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los viajeros internacionales, entre las que destacan «promover la búsqueda de atención médica en el caso de que presenten sintomatología compatible con cuadro respiratorio agudo antes, durante o después de un viaje internacional, especialmente si estuvieron en los países afectados» y «toser en el pliegue del codo y la higiene de manos frecuente como acciones fundamentales».

Los coronavirus son una familia de virus conocidos por causar enfermedades respiratorias. Afectan a numerosas especies de animales y algunas cepas –incluida la recientemente descubierto en China, cuya forma de transmisión aún se está investigando– pueden atacar a las personas.


Coronavirus y gripes que preocuparon al mundo


Gran parte de los coronavirus producen enfermedades leves a moderadas, como el resfriado común. Sin embargo, algunos tipos pueden provocar cuadros más graves como el síndrome respiratorio Agudo Grave (SARS) o el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), ambos nombrados así por sus siglas en inglés.

SARS: Apareció por primera vez en 2002, también en China, infectando a más de 8000 personas en 37 países. Hubo 774 muertes.

MERS: También conocido como «gripe del camello», se identificó en Arabia Saudita en 2012. Según datos de la OMS, el número total de casos confirmados de infectados hasta 2019 fue de 2468, de los cuales 851 resultaron fatales.

Otros casos de epidemias fueron los causados por virus de la gripe de origen zoonótico, como la aviar o la porcina, que pueden afectar a humanos, causando enfermedades que van desde infecciones leves de las vías respiratorias superiores (fiebre y tos) hasta neumonía, choque séptico, síndrome de distrés respiratorio agudo o incluso la muerte. También se han registrado grados variables de conjuntivitis, síntomas gastrointestinales, encefalitis y encefalopatía, dependiendo del subtipo de virus. Estos virus se contraen a través del contacto directo con animales infectados o medios contaminados, y no suelen dar lugar a una transmisión eficiente entre personas.

Gripe A H1N1: Comenzó en México, en marzo de 2009, con el nombre de «gripe porcina», y rápidamente se propagó por el mundo. Duró hasta agosto de 2010. De acuerdo a los registros de la OMS, causó unas 19 mil muertes. La pandemia provocó en la Argentina 625 muertes sobre un total de más de 10 mil casos confirmados.

Gripe aviar: El último foco de gripe aviar considerado peligroso fue el del subtipo H7N9, que provocó más de 1200 infectados entre 2013 y 2017 y llamó la atención de la comunidad médica mundial porque no se sabía que esa cepa podía desarrollarse en humanos.