El papa Francisco pidió este viernes «perdón a Dios» por la tragedia de la violencia ejercida durante décadas en internados católicos para indígenas en Canadá, y manifestó su deseo de viajar a ese país a finales de julio. «Pido perdón a Dios» y «me uno a mis hermanos obispos canadienses para pedir disculpas», declaró el sumo pontífice este viernes durante una audiencia en el Vaticano ante las delegaciones mestiza, inuit y de los pueblos originarios de Canadá.

«He recibido, con una gran tristeza en el corazón, los relatos de sufrimientos, privaciones, tratos discriminatorios y diversas formas de abuso sufridos por varios de ustedes, especialmente en los internados», declaró el papa según la agencia de noticias AFP. Además, Francisco fustigó la «colonización ideológica» y la «acción de asimilación» de la que «tantos niños fueron víctima», al tiempo que expresó su deseo de viajar a Canadá a finales de julio para transmitir su «cercanía» a los pueblos indígenas.

«Me gustaría estar con ustedes este año» para la celebración de Santa Ana el 26 de julio, declaró el Pontífice. La Iglesia Católica de Canadá presentó en septiembre pasado una disculpa formal a los pueblos indígenas tras el descubrimiento de más de 1.000 tumbas cerca de antiguos internados, donde los niños habían sido aislados de sus familias, del idioma y su cultura, como política de asimilación forzada de las llamadas Primeras Naciones.

El descubrimiento, en febrero, de 54 tumbas más sin identificación en dos antiguos colegios residenciales católicos para nativos, sumándose a los otros túmulos, volvió a conmocionar al país. Entre finales del siglo XIX y la década de 1980, unos 150.000 niños indígenas, mestizos y esquimales fueron reclutados a la fuerza en 139 internados en Canadá. Miles de ellos murieron, en su mayoría de desnutrición, enfermedades o negligencia, en lo que el Comité para la Verdad y la Reconciliación llamó «genocidio cultural», mientras que otros fueron abusados física o sexualmente, según un informe de 2015.