La comunidad educativa aún no sale del asombro sobre las tareas de trabajo gratuito que tendrán que realizar los estudiantes de secundaria de escuelas porteñas para empresas privadas. En las últimas horas, la ministra Soledad Acuña realizó otro polémico anuncio.

“La educación financiera es fundamental en el proceso integral de aprendizaje. Una vez que terminan la secundaria, los chicos se convierten en adultos y el manejo de sus finanzas personales se vuelve esencial”, escribió en sus redes sociales Acuña. “A partir del 2022, destinamos 30 horas cátedra para que los estudiantes de último año de la Ciudad aprendan los conceptos centrales y puedan acceder a mayores oportunidades el día de mañana”, sumó.

En su mensaje agrega: “Esto se suma al plan para desarrollar habilidades blandas y a las 120 horas de prácticas educativas en ámbitos laborales. En la educación de CABA queremos preparar a los jóvenes para el mundo laboral e igualar oportunidades. La educación de hoy es el futuro de los estudiantes”.

Desde sus inicios en el ejecutivo porteño, el macrismo intentó varias veces que el sector privado irrumpa en la educación pública y gratuita: varias ONGs y empresas multinacionales, pretendieron incursionar en diferentes cursos para docentes. Algunas lo lograron, pero la mayoría fracasó por la resistencia de la comunidad educativa.

Esta nueva iniciativa será manejada en su totalidad por firmas privadas: el banco digital Ualá, Mercado Libre, la Cámara de Fintech de Argentina, Mujer Financiera, Ripio, Balanz, Afluenta y Poincenot. Según la versión oficial, entre los temas a dictar están la importancia de la educación y buenos hábitos financieros, presupuesto personal y familiar, consumo responsable, plan de ahorro, billeteras electrónicas y criptomonedas, productos de crédito y «reglas de oro para tus finanzas».

Lo grave de esta iniciativa es que no van a ser las y los docentes de las escuelas quienes eduquen a miles de adolescentes. Si bien el curso se desarrollará en horario escolar, no se realizará los edificios de las escuelas. Desde Educación señalan que será un equipo determinado por el ministerio y conformado por miembros de las empresas privadas y diferentes ONGs. En principio el programa se desarrollará en el “Centro de Capacitación de Desarrollo” ubicado en Barracas.

“Esto lo que marca es cómo el gobierno de la Ciudad, sigue con la profundización de una línea de privatización de la educación pública. Cuando uno habla de este punto, el sentido común cree en la matrícula que se transfiere a la escuela privada, pero esto es solo un aspecto”, explicó a Tiempo Jorge Adaro, el secretario adjunto del gremio docente Ademys.

“A partir de esta medida, la Ciudad va transfiriendo al sector privado lo que puede resolver el propio Estado con sus docentes, con el objetivo de crear oportunidades de negocios, ya que en vez de seguir invirtiendo presupuesto en la educación pública, desvían esos fondos para garantizar las ganancias del sector privado”, concluye Adaro.

La iniciativa comenzará a partir del próximo ciclo lectivo y estará destinado a estudiantes del último año de la secundaria. Los chicos de quinto año (sexto de escuelas técnicas) tendrán 18 horas cátedra obligatorias que serán preparatorias para las prácticas laborales que desarrollarán en empresas u organizaciones sociales. El resto de las horas (12) se destinarán a empleabilidad: orientación vocacional, cómo armar un currículum, cómo manejarse en una entrevista laboral.

Las ONGs en la educación pública

La intromisión en la educación pública de empresas privadas y ONGs no es algo nuevo, pero profundizaron su accionar durante la administración macrista. Desde hace años intentan incidir en la orientación de las políticas públicas. Esto se manifiesta en una idea estructural: las escuelas tienen que formar en función de las demandas de un mundo competitivo.

Hay casos paradigmáticos. En 2016, la entonces gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal firmó el decreto que permitió el ingreso a las aulas de capacitadores de la ONG Conciencia, presidida Magdalena “Beby” Lacroze Sánchez Elía y patrocinada por Pepsico, Bayer, Pampa Energía, HSBC, Telefónica y Shell, entre otras multinacionales.

Quizás la más persistente sea la fundación Junior Achievement, una ONG global de educación económica, emprendedorismo y formación para niños y jóvenes que desde 1991 ofrece cursos en escuelas argentinas para estudiantes “interesados en indagar acerca de las finanzas personales, el ahorro y la inversión”. Otro actor permanente en los colegios es Coca-Cola, cuya última iniciativa con penetración en las instituciones públicas y privadas es ProgramON, que así presenta su oferta educativa.

Las diferencias con Nación y CABA

En octubre del año pasado, Tiempo publicó el proyecto de ley -que debatió la Cámara Alta- para modificar la Ley Nacional de Educación. El proyecto proponía incluir varios incisos en diferentes artículos, con el objetivo de que las y los estudiantes, desarrollen capacidades “que tiendan al conocimiento sobre el significado del dinero, el gasto, el ahorro y la administración de éste».

El documento establece la alfabetización financiera en todos los niveles educativos: inicial, primaria y secundaria y determina claramente que “es responsabilidad del Estado Nacional garantizar la equidad en el acceso a la educación financiera y bancaria tanto para favorecer la circulación y producción de conocimiento como la inclusión social, cultural y educativa. Dicha inclusión cobra sentido en sus aportes a la mejora del aprendizaje y la enseñanza”. En ningún párrafo habilita la capacitación en manos del sector privado.

La irrupción del Grupo Ledesma en la educación pública

En julio de 2021, Tiempo dio la primicia sobre cómo el grupo económico Ledesma -propiedad del linaje Blaquier-Arrieta e investigado por su complicidad con la última dictadura cívico-militar- buscaba incursionar en la educación pública.

Fue mediante la realización de un curso online que realizó a mediados de julio, e incluyó propuestas sobre el cuidado del medio ambiente, el ecosistema de la yunga jujeña, la materia prima sustentable de la empresa, las energías renovables y los biocombustibles y los productos que se obtienen bajo este sistema.

Pero el objetivo final no parece ser la capacitación a docentes, sino tener un vínculo directo con los estudiantes, como se advierte en la frase al final de la invitación: “Al finalizar la capacitación le entregaremos un certificado simbólico y se le dará acceso a todo el contenido visto, así como la posibilidad de agendar una charla con sus alumnos”.