Una banda de secuestradores que operaba en el conurbano fue desarticulada por la Bonaerense en las últimas horas. Los sospechosos solían guarecerse y llevar a sus víctimas a barrios marginales de La Matanza. Finalmente, la fiscalía federal 2 de Morón ordenó 19 procedimientos en la zona y los agentes lograron detener a tres hombres mayores de edad y a un menor, relacionados con estos delitos, según informaron las fuentes.

El caso más resonante por el que eran buscados fue el secuestro a principios de junio de un matrimonio y su nieta cuando salían de una fiesta del country La Martona de Cañuelas.

De acuerdo a lo informado por voceros policiales, se trata de una organización liderada por un tal “Guchi” quien permanece prófugo, aunque sus cómplices fueron apresados en los allanamientos realizados en las villas San Petersburgo y San Alberto de La Matanza.

En total, se secuestraron dos pistolas, una calibre 40 con la numeración suprimida y otra 380; una picana, dos chalecos antibalas similares a los de Policía y Gendarmería, una gorra con la inscripción de la fuerza provincial, conos refractarios, un uniforme completo de una empresa de seguridad privada, precintos y municiones.

Además, se incautaron 26 teléfonos celulares, cinco notebooks, una tablet, joyas de oro, un automóvil Citroen DS3, un camión Mercedes Benz, una moto y un cuatriciclo, entre otros elementos de importancia para la investigación.

Para los investigadores, la banda realizaba secuestros extorsivos exprés en varias zonas del Conurbano: interceptaba autos en los que viajaban familias tras simular operativos de control de la policía.

Una vez que las víctimas paraban su vehículo, los delincuentes trasladaban al conductor al auto de los ladrones mientras dos de los secuestradores se quedaban con el auto de la familia a la vez que extorsionaban a sus allegados para que consigan el dinero del rescate, generalmente bajas sumas de efectivo para que el hecho no durara más de 5 horas.

Luego, según la versión policial, las víctimas eran llevadas hasta la casa de «Guchi» -encargado de organizar la inteligencia y logística de los secuestros- donde tenía preparado como aguantadero una casa prefabricada detrás de su propia vivienda con una conexión interna.

Por otro lado, se determinó que el uniforme de seguridad privada hallado en la casa –cuya fachada se encontraba baleada por un ajuste de cuentas entre bandas- era utilizado por los delincuentes para hacer investigaciones previas en countries o edificios de barrios de alto poder adquisitivo. También se supo que en otras oportunidades los secuestros se realizaban después de entraderas.

El principal secuestro que se les imputa ocurrió el 3 de junio pasado luego que los integrantes de esa familia egresaran del barrio «La Martona» de Cañuelas, donde habían participado de una fiesta de cumpleaños. Tras el pago de un rescate, las víctimas fueron liberadas sanas y salvas en Monte Grande.