La segunda ola de Covid-19 ataca sin freno, y hasta los funcionarios del macrismo, desde siempre renuentes a avalar restricciones, empiezan a endurecer posturas. Sucede en Ciudad donde tanto el ministro de Salud, Fernán Quirós, como voceros de la administración de Horacio Rodríguez Larreta, sugieren que ahora sí aceptarían mayores cierres del gobierno nacional, y ahora también en Mendoza.

El gobernador Rodolfo Suárez, delfín de Alfredo Cornejo, viene minimizando la situación epidemiológica y las medidas de restricción. Fue de los que salió a rechazar el cierre de la presencialidad, y se opone también a la ley que impulsa el presidente Alberto Fernández para que las restricciones se dictaminen de acuerdo a los datos de contagios, camas y fallecimientos de cada zona.

Quien más sufre la postura de Suárez es el intendente peronista de San Rafael, Emir Félix, que hoy finalmente logró que el gobernador lo reciba en la Casa de Gobierno. Le llevó los mismos pedidos de hace semanas: que aumenten las restricciones en su distrito, uno de los dos más poblados de la provincia junto a Mendoza Capital, asfixiado por el aumento de contagios y que siempre recibía a cambio la negativa del Ejecutivo mendocino. Esta vez, a diferencia de las anteriores, Suárez aceptó que el contexto es complicado, y le pidió tiempo hasta el viernes para tomar una decisión definitiva.

El gobernador prometió reunirse con la ministra Ana María Nadal, para analizar qué medidas convienen tomar. «Cómo mínimo vamos a pedir las medidas que ya veníamos exigiendo», explicó el intendente de San Rafael en la previa del encuentro. Consisten en la suspensión de las clases presenciales en el nivel secundario, las clases presenciales optativas para el nivel primario y la suspensión de los deportes de contacto.

Según versiones periodísticas de Mendoza, Suárez es más proclive a bajar el horario de “alarma sanitaria”, que a tocar el tema de las clases. Félix le respondió con datos: este lunes registraron 253 casos positivos en el sur provincial y hubo 10 fallecidos. Aún más alarmante es que la tasa de positividad saltó a un 57%: casi 6 de cada diez testeos dan positivo. Bastante por encima del 33% de promedio provincial. «No pedimos suspender las clases sino pasar a la virtualidad, pero el Gobernador quedó en responderme el viernes donde tendremos un análisis más pormenorizado de la situación epidemiológica. Vamos a bajar la densidad poblacional en las escuelas», agregó Félix. Al igual que en CABA, la presencialidad declamada no es tal en la práctica. En el caso de San Rafael no supera el 18% del alumnado.

Félix acotó que San Rafael es el municipio que más hisopa, y avaló esperar hasta el viernes la decisión de Suárez: «He vuelto a solicitarle al Gobernador algunas restricciones y me pidió que lo espere hasta el día viernes. Así lo vamos a hacer entendiendo la posibilidad de que se tomen medidas provinciales y no solo regionales para San Rafael. Pero si tomamos las medidas a destiempo, el costo va a ser caro».

Otras zonas del interior también están colapsadas. Santa Fe está al límite, y el gobernador Omar Perotti prepara nuevos anuncios. Entre Ríos tiene más de 80% de ocupación de camas, el hospital de Colón llegó al 100% y Nogoyá suspendió las clases presenciales. En Tucumán hay 15 localidades sin clases presenciales por aumento de contagios. Zapala en Neuquén tiene terapias al 99% y hasta allí arribaron profesionales de Buenos Aires, igual que a El Calafate. En Cipolletti, Río Negro, están al 100%. En Viedma los testeos poseen 75% de positividad. Tanto en Neuquén como en Río Negro se registraron más contagios en personas de 0 a 19 años que en mayores de 60.