Para quienes ya gozan de cierta edad, recordarán que hubo ocasiones en las que en Argentina hubo que atrasar los relojes, cuando no había aún celulares, en ciertos cambios de estaciones. Se sabe que los momentos de luz y noche no duran lo mismo durante todo el año. Pero la ciencia está íntimamente relacionada con cómo se vive. Y ese aspecto astronómico se aplica en la vida cotidiana: levantarnos a las 7 AM para ir a estudiar o trabajar en invierno no es lo mismo que en verano. Para la salud mental, para la atención y también para el gasto de energía de un país.

Por eso es común en ciertas latitudes, como en Europa, retrasar o adelantar el huso horario dependiendo el momento del año. En la Argentina ya no se realiza hace años, pero en Mendoza un municipio lo va a empezar a aplicar, un diputado provincial lo presentó como propuesta para toda la provincia, e incluso sostienen que a nivel país convendría implementarlo, sobre todo en momentos de incertidumbre energética mundial.

Jorge Difonso es diputado provincial de Unidad Popular (aliado de Cambia Mendoza), y ex intendente de San Carlos. Es el protagonista de la propuesta de de atrasar una hora los relojes en Mendoza, que va sumando adhesiones.

Según manifestó, su objetivo es aprovechar más la luz solar y ahorrar energía durante los meses de otoño e invierno. Y además sumó la iniciativa de que la administración pública inicie y finalice sus actividades una hora más tarde.

Por ahora desde el oficialismo mendocino evitaron pronunciarse. Pero mientras tanto, la Municipalidad de San Carlos, de donde es oriundo el autor de la iniciativa, se anticipó y ya dispuso que desde este lunes cambie el horario de inicio de tareas en la comuna: ingresarán una hora más tarde.

Vivir de noche

Beatriz García es doctora en Astronomía e investigadora del Conicet y se desempeña en el observatorio Pierre Augier, de Malargüe. “Cambiar la hora es beneficioso, ya se trate de alternar entre huso -4, desde marzo hasta septiembre, o -3 entre septiembre y marzo (verano) o bien pasar al -4 para todo el año. Esto es, una hora menos: o sea que lo que hoy es a las 10, sea a las 9. El -3 permanente es el que hace en el Oeste que en invierno nos levantemos de noche”, explicó en diálogo con el diario Uno de Mendoza. Y remarcó: “no hay nadie en el campo de la ciencia que se oponga al cambio de huso”. 

Apuntó que el cambio sería beneficioso para todo el país, no sólo para Mendoza: “La Argentina, por su posición geográfica, está centrada en el huso -4. Ninguna parte o región del país está en el menos 3, por lo que vivir todo el año en ese huso solo nos perjudica, especialmente en el invierno”.

A nivel nacional, la propuesta suele aparecer en épocas de crisis energética. Está en la mesa de medidas posibles en Energía, aunque por el momento no es la prioridad (como lo es la negociación con Brasil y Bolivia para que el país gobernado por Arce destine a nuestro país parte de lo que le compra Brasil). Habrá que esperar qué sucede si el contexto negativo se profundiza.  

Para la especialista, un problema del llamado “interior del país”, es que vive bajo parámetros decididos en CABA y AMBA: “A ellos vivir en el huso -3 no los afecta tanto”. Y destaca las virtudes de ir cambiando el huso horario de acuerdo a la situación estacional: “Realizar actividades con la luz solar es beneficioso desde todo punto de vista. Es mejorar la calidad de vida con un impacto directo en el funcionamiento del cuerpo. Cuando uno se levanta de noche hay algunas funciones que se inhiben. Eso puede ocasionar trastornos emocionales, de atención y de humor. Y en largo plazo puede originar diabetes e hipertensión”.

Países como Francia y España debaten en los últimos años si incluso está bien que las niñas y los niños arranquen de noche las clases, como acá suele suceder en invierno. No son pocos los pedagogos y pedagogas que mencionan que en esas primeras horas la atención y estímulo del alumnado es mucho más bajo que cuando hay sol.

“Levantarse cuando el sol todavía no está sobre el horizonte altera el funcionamiento, de manera grave. Es mucho peor arrancar a la mañana a oscuras que el horario de salida, donde solo está un poco más oscuro. Además, hay más inseguridades a la mañana, se dan la mayor cantidad de accidentes. Los alumnos tienen mayor desatención y a muchos les cae peor el desayuno porque les duele el estómago, la cabeza y se duermen en el aula. Sucede que metemos dióxido y monóxido de carbono a la atmosfera que no se mueve porque la tierra esta fría y nos lo respiramos todo”, advirtió García. Y habló de ajustar nuestro reloj al del sol: tratar de que el mediodía del reloj coincida con el mediodía solar. “Esto lo hacen todos los países. Con una hora alcanza porque la Argentina está centrada en el huso -4, y más en el invierno. Y desde el punto de vista del consumo también tiene sus beneficios”, acotó.

Adrián Alín, presidente de la Cámara Empresaria, Comercio, Industria, Turismo y Servicios Cecitys Mendoza señaló que lo van a debatir en comisión directiva, “porque esto ya lo vivimos. Y no solo estamos hablando de un tema relacionado con la energía sino la seguridad que es un problema genérico de todos”.

Sostuvo que hay que poner en línea varios elementos, tales como el horario de corrido o el encaje bancario: “Si se liberan cheques a las 17 no llegás. Y también tiene que ver con el acostumbramiento del consumidor. Ahora, por ejemplo estamos con horario corrido, cuando antes fue partido. Y en su momento, cuando llegaron los shoppings era impensado abrir un sábado el comercio del centro. Hoy es nuestro día más fuerte”.

Igualmente, afirmó que es un debate que hay que darlo y acostumbrar al consumidor: “Debemos mantener un rango horario firme, teniendo en cuenta los ejes turísticos. En la reunión que tendremos largaremos una encuesta para ver si nos ponemos de acuerdo con una postura”.