El sábado 2, la Orquesta Fernández Fierro se presentó en el Centro Cultural de Munro. Iba a ser un concierto a sala llena ya que se habían retirado 500 entradas que se ofrecían en forma gratuita por lo que el público era muy diverso.

Los músicos esperaron que pase lo que antes sucedía en forma habitual: que el público se levante porque no le gusta el estilo musical de la orquesta. Sin embargo, eso no sucedió hasta casi el final, cuando los músicos pidieron por la aparición con vida de Santiago Maldonado.

“La gente seguía ahí, escuchando, hasta que dijimos éstas palabras ‘Queremos que aparezca Santiago Maldonado’. La mitad de la gente, sin exagerar, se paró como si hubiera un resorte en las butacas y empezó a irse o a insultarnos, nos gritaban cosas como ‘ustedes rompieron todo y nosotros tenemos que pagarlo’, se armó una especie de estampida de gente, yéndose indignada y a las puteadas…”, cuenta en su página de Facebook el Ministro Reggiani, director de la Orquesta Fernández Fierro.

Días después de lo que pasó en el ex cine Astral, Tiempo Argentino se comunicó con el músico para charlar acerca de lo sucedido. “Lo que más sorpresa nos causó es la foto de la realidad. Quizá esa foto refleje algo más macro de lo que está empezando a pasar porque no dijimos nada político ni partidario, estamos hablando de un reclamo de justicia. No somos unos locos, en todos los planos de la cultura están pidiendo lo mismo”, dice Reggiani a través del teléfono.

El concierto se realizó al otro día de la gran marcha a Plaza de Mayo en donde durante la concentración se produjeron varios incidentes. “Dio la casualidad de que fue un momento de mucha efervescencia en el tema. La gente estuvo muy atacada por la información de lo que pasó el día anterior, pero sin haber estado ahí, y enterándose de todo como espectador desde el living de su casa”, agrega el director. “Lo que más nos dio es como una especie de tristeza y de miedo porque hay algo que no debería tener divisiones ahora las tiene. Estamos reclamando por la vida de una pibe que se lo llevaron, que no andá a saber qué le hicieron. Es algo muy grave”.

Según Reggiani el público protestaba entre otras cosas por las pintadas en el Cabildo. “Es lo que pasó con Maldonado contra el argumento de ‘tenemos que pagar lo que pintaron’. Entonces, ¿es más cara la pintura que la sangre? Es una cosa así de ‘maten al que sea pero no me toquen el bolsillo’”, afirmó.

Acerca de la publicación en su red social y la decisión de hacer público lo que vivieron esa noche como artistas, dijo. “Lo escribí como crónica porque la conclusión nos merece una reflexión de todos. No tiene que ver con la música ni con el barrio, tenemos que hacernos una pregunta como sociedad y es si podemos aceptar estar divididos en estas cosas”, agrega.

El músico afirma que estaban preparados para otro tipo de rechazo, de índole musical, el cual por la generación a la que pertenecen ya conocen. “En el tango, la gente más estructurada, cuando no le gusta se enoja y se va. Sobre todo a una banda como nosotros que ya llevamos quince años. Nosotros sufrimos las peores faltas de respeto de parte de la gente grande. En ese sentido, no nos iba a sorprender que la gente se vaya porque no estaban de acuerdo con nuestra música. Nos sorprendió que fuera por el pedido que hicimos, así que quedó la sensación de que en realidad les importaba más lo económico que lo humano”, expresó. 

“Creo que nos tenemos que preguntar todo. Somos músicos y expresamos nuestro deseo, en la orquesta somos quince y no pensamos todos igual, pero en esto estamos de acuerdo, esa es la pregunta, ¿vas a tolerar esto?”, concluyó el Ministro Reggiani.

Publicación del muro de Facebook del Ministro Reggiani de la Fernández Fierro:

«Lo más feo que puede pasarnos como músicos / lo más triste que puede pasarnos como sociedad

Es muy feo estar tocando y que la gente se empiece a ir porque no le gusta lo que está escuchando.

Y era eso lo que nos esperábamos anoche, 2 de septiembre de 2017, con la Fernández Fierro en Munro…

Llegamos muy entusiasmados, nos habían dicho que las entradas, que se repartían gratis porque el centro cultural Munro es municipal, se habían agotado al segundo día, ¡500 entradas!

El centro cultural, ex histórico cine Astral, en pleno centro de Munro, muy lindo, sonaba muy bien, todo muy profesional, pero cuando vimos llegar a la gente empezamos a apostar si la mitad se paraba y se iba al segundo tema o al cuarto tema. No es por ser prejuiciosos, pero antes de tocar ya sentíamos que esa gente no sabía que estaba yendo a escuchar, que de alguna manera esa gente había sido engañada…»