Este jueves el Tribunal Oral en lo Criminal 1 dictaminará sentencia en el caso de Lucas Cabello, quien quedó cuadripléjico el 9 de noviembre de 2015 cuando el policía metropolitano Ricardo Ayala le disparó tres veces en la puerta de su casa en el barrio de La Boca. La abogada de la familia, Gabriela Carpineti, de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, pidió 20 años para el uniformado, que está acusado de “tentativa de homicidio agravada por ser miembro de una fuerza de seguridad”, mientras que la fiscalía reclama 13 años.

El policía disparó un tiro contra el joven, y luego cuando ya estaba en el suelo se acercó y descargó dos balazos más, esta vez frente a su mujer. A pesar del ataque, Cabello  sobrevivió. Sin embargo, la defensa cerrada de los funcionarios de gobierno como María Eugenia Vidal y Guillermo Montenegro (entonces vicejefa de Gobierno y ministro de Justicia y Seguridad porteños, respectivamente), dilató el proceso e hizo que la familia y  organizaciones barriales y de Derechos Humanos tuvieran que movilizarse y pelear para demostrar que el joven no estaba armado como arguyó el policía.

María Eugenia Vidal en ese momento aseguró que el policía Ayala había actuado en el marco de “una cuestión de violencia de género”. “El policía protegía a la mujer que apretó el botón antipánico”, trató de justificar en la prensa, que se hizo eco de esa versión. Sin embargo, la explicación resultó falsa, tanto como el arma que el policía adujo que sostenía Cabello.

Los testimonios de los testigos lo corroboraban. Miguel Palazzani, titular de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) dijo a un medio de prensa: “Tenemos tres testimonios de vecinos, coincidentes los tres. Fue lisa y llanamente un fusilamiento”. El joven sólo tenía unos sándwiches de milanesa que había comprado para su novia y su hija de dos años en la esquina de su casa. El uniformado, contra la evidencia, continúa sosteniendo que Lucas estaba armado.

En enero del 2017 la Cámara Nacional de Apelaciones revirtió el dictamen del juez Osvaldo Rappa que había calificado el hecho como “exceso en legítima defensa” y  reconoció que el intento de homicidio representó “una grave violación a los derechos humanos”.  

La familia y organizaciones de derechos humanos se concentran a las 11.30 hs en el TOC 1, Talcahuano 550, a la espera de la sentencia que llega luego de cuatro años, con el policía en libertad. “Esperamos que sea una condena ejemplar para frenar todo lo que está pasando. Estamos con muchas expectativas de que haya justicia en este caso y justicia social en general. No queremos ningún hijo menos”, dijo Carolina Vila, madre de Lucas Cabello.