No vayan a comprar esa horrible premezcla que está “cortada” con harina blanca de trigo, por favor. Es bastante fea y bastante mentirosa. La verdadera se consigue fácilmente (solo hay que preguntar o leer las etiquetas).

En un bowl, mezclar todos los ingredientes usando un batidor de alambre para evitar grumos. Batir enérgicamente, integrando todo. Queda una masa líquida, como la de panqueques.
–Truco 1: dejar reposar esta mezcla mejora muchísimo el resultado final. La harina de garbanzos absorbe mejor el líquido antes de cocerse si le damos tiempo. Si lo dejamos de un día al otro, harto mejor: a nivel digestivo y nutricional, también.
Calentar el horno bien fuerte, a 220 o 240°.
–Truco 2: calentar la asadera o placa dentro del horno, vacía, antes de incorporar la masa, para lograr “piso”.
Aceitar la asadera con oliva generosamente y verter la masa. Dejarla unos diez a quince minutos para que se dore por debajo; luego bajar el fuego a medio-bajo, alrededor de 180°. Todavía cruda la masa, se puede agregar por arriba sésamo, trocitos de tomate seco hidratado o de otra verdura. Hornear aproximadamente media hora a 40 minutos más; depende del horno de cada uno. Tiene que quedar dorada por fuera y cremosa por dentro. La fainá sola, caliente o fría, es muy rica. Pero también se puede usar como si fuera una tostada o pizzeta, como base para untar palta por ejemplo, o con queso y tomate.

INGREDIENTES
 250 grs de harina de garbanzos
 600 a 700 cc de agua fría (depende de cuánto absorba la harina de garbanzos, debe quedar una masa líquida y un poco chirle parecida a la de los panqueques)
 Sal y pimienta
 50 cc de aceite
de oliva
 Opcionales: orégano, pimentón, tomillo, semillas de sésamo, tomates secos hidratados, cebolla
bien finita