Este lunes terminó la audiencia pública donde se debatió el proyecto de IRSA para edificar Costa Urbana, el primer barrio privado de la Ciudad de Buenos Aires, en los terrenos de la ex Ciudad Deportiva de Boca. Al igual que su primo hermano en el norte (Costa Salguero) los resultados fueron rotundos: menos del 2% estuvo a favor.

“El 98% de los participantes se expresaron en contra por razones ambientales, jurídicas, habitacionales y de diseño urbano”, expresó el diputado porteño Matías Barroetaveña, y agregó que durante 30 años este proyecto estuvo frenado por esas mismas razones: “sin embargo, Larreta se siente fuerte para avanzar igual; esto habla de la impunidad con la que ya vendió o privatizó más de 500 hectáreas de espacio público en una ciudad que las necesita hoy más que nunca en tiempos de cambio climático”.

El megaproyecto de IRSA consiste en un nuevo barrio de lujo: Costa Urbana. Ocupará más de 24 hectáreas frente al Río de la Plata, en uno de los últimos accesos costeros libres de la Ciudad. Tendrá edificios de hasta 45 pisos para viviendas de lujo, oficina, lugares gastronómicos, de esparcimiento privado, e incluso un sector náutico. Como parte del “trato” con Ciudad (anunciado en plena campaña electoral previo a las PASO), la empresa cederá una parte de su terreno para un espacio público. De su mantenimiento estará a cargo la propia firma durante los primeros 10 años.

Costa Urbana se ubicará lindante a la villa Rodrigo Bueno y a la Reserva Ecológica Costanera Sur, un humedal protegido por normas internacionales como la Convención Ramsar, un tratado intergubernamental establecido por la ONU para preservar estos ecosistemas. «Los humedales, en su estado natural, cumplen funciones de vital importancia para el medio ambiente y la salud que son imposibles o costosas de reemplazar», declaró Graciela Falivene, investigadora y docente de la Universidad de Concepción del Uruguay. Otra oradora, María Eva Koutsovitis, coordinadora de la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la UBA, apuntó que los humedales «permiten el ingreso de los vientos y las brisas desde la costa para mitigar el efecto de isla de calor urbana».

En total, fueron 835 oradores a lo largo de 14 jornadas, de los cuales 821 rechazaron las torres de lujo. Los principales argumentos se ampararon en el impacto ambiental y en el déficit habitacional de la Capital Federal, que suma edificios suntuosos al mismo tiempo que crece la población inquilina y el número de personas que no pueden costear su vivienda. «Humedal sí, torres no. No al pacto Rodríguez Larreta-IRSA. No a la especulación inmobiliaria, sí a la vivienda popular y digna», aseguró en su exposición, Esteban Paulino García, de la Comuna 4. 

Otro punto en común de cientos de oradores es el punto de la Constitución de la Ciudad que obliga a que la ribera porteña del Río de la Plata sea «pública y de acceso irrestricto». La constitución porteña demanda además al Estado local a «preservar e incrementar» los espacios verdes costeros.

Al igual que las audiencias públicas de Costa Salguero, las de Costa Urbana no son vinculantes. Ahora el proyecto puede regresar al recinto para ser votado en segunda lectura. El bloque del Frente de Todos, junto con el resto de los bloques opositores, ya manifestó que se opondrán nuevamente a la iniciativa.

Iniciativa popular

La semana pasada, el FdT presentó el proyecto de crear un parque público en Costa Salguero, en lugar del barrio de lujo que busca constituir la gestión de Horacio Rodríguez Larreta. Al haber alcanzado las 53.864 firmas, por Constitución, la iniciativa debe tratarse en el recinto. “En 25 años de autonomía de la Ciudad esta es la primera iniciativa popular que logra reunir el apoyo ciudadano necesario para ser tratada en la Legislatura”, manifestó Barroetaveña.

Las firmas fueron entregadas ante la Dirección de Participación Ciudadana y ahora deberán ser remitidas al Tribunal Superior de Justicia para su verificación. En caso de ser aprobadas, el proyecto del parque público pasará a la Comisión de Asuntos Constitucionales donde el oficialismo deberá tratarlo en el plazo de 20 días.

El senador nacional Mariano Recalde, impulsor del proyecto, señaló: “Presentamos esta iniciativa popular para hacer que de una buena vez por todas Larreta escuche lo que reclama el pueblo. La participación popular es la herramienta para modificar las políticas antipopulares. Cada vez que Larreta decida algo en contra del pueblo nos va a encontrar como hoy, defendiendo los intereses de la ciudadanía».

Bárbara Rossen, integrante del Colectivo de Arquitectas en Defensa de las Tierras Públicas, completó: «Estamos haciendo historia y ojalá transformando el futuro. Es urgente frenar la venta de tierras pero el problema de fondo es el modelo de Ciudad y para quién se construye. Gobernar no es gestionar negocios, es defender la casa común, las tierras públicas y lo que es de todos».