Cristian Ezequiel Gallardo trabajaba en Embarcación, Salta donde vivía con su tía. En los últimos tiempos se había dedicado a la cosecha de zapallo y hace poco ingresó a una albañilería. El fin de semana pasado viajó hasta la capital de esa provincia a visitar a su familia y dejar plata para sus hijos, Maximiliano de 6 y Mateo de dos años.

La noche del domingo salió a bailar con sus amigos, en la zona de Finca Independencia y cuando volvió se quedó tomando algo junto con sus amigos en una esquina, a metros de la casa de uno de los chicos. Hasta que vieron aparecer un patrullero. Algunos se fueron corriendo, pero Ezequiel entró a la casa de su amigo. 

Los policías, que los vieron ingresar allí, entraron a la fuerza a buscarlo y encontraron a Ezequiel agazapado en el lavadero de la casa. Lo sacaron de allí tomándolo de los pies y los brazos y lo subieron al patrullero donde se desató una terrible golpiza. Eran las seis de la mañana del lunes.

“Lo llevaron mal a la comisaría del barrio Democracia. Ellos dicen que ahí se descompuso, que mi hermano se descompensó y se murió en la comisaría”, dice a Tiempo Argentino Mariel Gallardo, hermana del joven. “La policía dijo que empezó a convulsionar, pero mi hermano nunca tuvo ningún problema de salud, nunca tuvo convulsiones”, afirma.

A las 8 de la mañana, una amiga de Mariel la llamó para decirle que habían llevado detenido a Ezequiel. “Ella me dijo que parecía que algo habían hecho otros chicos y que lo agarraron a él que no tenía que no tenía nada que ver. Llamé a Contravenciones, llamé a la comisaría 9 y a la comisaría 10 pero mi hermano no estaba en ninguna de esas dependencias y tampoco me querían dar el número de la comisaría donde lo encontramos”, cuenta la mujer.

Cuando dieron con el teléfono del destacamento, le pidieron a la mamá del joven que fuera para allí, donde luego tardaron 45 minutos en atenderlas. Cuando lo hicieron, les informaron que el chico se había descompensado y estaba muerto.

La policía dio otra versión. Sostuvo que habían recibido una llamada al 911 donde un hombre el robo de su celular por un grupo de chicos armados. Que encontraron este grupo y a pesar de que Ezequiel no tenía ningún tipo de arma, lo detuvieron. También dijeron que mientras iba en el patrullero, el chico sufrió una convulsión, se descompensó y murió.

Sin embargo, los testigos que ya declararon ante la justicia sostienen que ante los gritos de la dueña de la casa y de otros vecinos que pedían que lo soltaran, la policía lo golpeó con más furia. Una de esas vecinas tomó coraje y filmó un video que la misma familia se ocupó de difundir y donde se lo escucha a Ezequiel llorando, pidiendo por su mamá, y gritando por los golpes que recibía.

“Sabemos que fueron cuatro policías los que intervinieron. Queremos justicia porque dicen que mi  hermano murió de muerte natural, sin embargo, cuando nos entregaron su cuerpo vimos que tenía el ojo completamente reventado y una gran parte del cráneo hundido”, dijo Mariel. “Es tan triste cómo murió mi hermano”, dice angustiada Mariel.

La causa

La fiscal penal N 2 de la Unidad de Graves atentados contra las personas, María Luján Sodero Calvet, imputó a los oficiales se participaron de la feroz golpiza. Se trata del oficial Ricardo José Antonio Llaves y  los suboficiales Ricardo Ezequiel López, Lucas Maximiliano Ozuna y Jorge Antonio Olea por el delito de homicidio culposo.

La acusación de Sodero Calvet se fundamente en una serie de elementos probatorios que indican la participación de los policías en la muerte de Cristian Ezequiel Gallardo. Según lo publicó el Ministerio Público Fiscal, “el informe preliminar de la autopsia establece como indeterminada la causa de muerte y ante la presunción de que el deceso se produjo como consecuencia del accionar desplegado por los acusados al momento de aprehender al fallecido por la supuesta comisión de un ilícito en la vía pública”. También destacada que los agentes “habrían actuado en forma imprudente y antirreglamentaria, contraviniendo expresas disposiciones legales y protocolares que habrían excedido sus funciones, infiriéndole a la víctima un maltrato físico excesivo para reducirlo”.

Los policías se abstuvieron de declarar y la fiscal solicitó que se mantenga la detención de los imputados, mientras se esperan los resultados de los estudios complementarios de la autopsia para saber los motivos que causaron la muerte del joven.