Ahí están, agazapados entre los árboles, camuflados entre las ramas, ubicados en los escasos espacios verdes que hay en la Ciudad de Buenos Aires. Esperando minuciosamente el momento justo para atrapar a sus presas. Lejos de ser una secuela de Los pájaros, de Hitchcock, en los últimos meses, al levantar la vista, se pueden detectar cada vez más gavilanes mixtos en el cielo porteño. Estas aves rapaces deambulan en las alturas en busca de palomas, la dieta elegida para saciar sus necesidades. Alejados de su entorno natural, situado en los campos semiabiertos, el cemento urbano ha pasado a ser su hábitat temporal. También se los puede ver en la ciudad de La Plata y en cercanías de Mar del Plata.

De una belleza singular, la tonalidad del plumaje de los gavilanes abarca diferentes gamas de marrones o pardo oscuro, con vivos rojizos en sus alas que, desplegadas en el aire, pueden llegar a medir más de un metro. Su tamaño alcanza 59 centímetros de alto en las hembras; y unos 49, los machos. “Desde un punto de vista biológico, la presencia de los gavilanes en la Ciudad es positiva”, dice a Tiempo Lucas Leveau, profesor del Departamento de Ecología, Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, e investigador adjunto del Conicet. “Digo esto porque los gavilanes cazan palomas, y las aves en áreas urbanas suelen tener menos depredadores que en las áreas naturales, lo cual explica la mayor abundancia de palomas en las grandes ciudades”. Los lugares donde más se los ha visto son en el Parque Avellaneda, en los barrios de Belgrano, Agronomía y Parque Chas y en los cementerios de Chacarita, Flores y Recoleta.

“El gavilán mixto hace varios años estaba en los alrededores de la Ciudad de Buenos Aires, y no se sabe en qué momento decidieron vivir entre nosotros y este es un proceso de adaptación de la especie”, aclara Leveau. El especialista afirma que es un ave que no ataca a animales domésticos: “Muchos estudios demuestran que la dieta de los gavilanes no es selectiva, es oportunista, consume lo que hay: ratones, aves, anfibios. No atacan a las mascotas pequeñas, ni gatos ni perros, así que en ese sentido hay que estar tranquilos”.

Los halcones de Santilli

A fines de 2011, quien hoy encabeza la lista de candidatos a diputados nacionales de Juntos en la provincia de Buenos Aires, Diego Santilli, propuso como solución ante una supuesta invasión de palomas en los barrios de Recoleta y Retiro, entrenar tres razas de halcones: el peregrino, el plomizo y el pechirrojo. La propuesta presentada hablaba de un total de 30 aves dedicadas a cazar palomas. A esa práctica se la conoce como cetrería, una experiencia gestada en el medioevo que consiste en cazar con aves entrenadas para tal fin, especialmente halcones. Santilli era entonces ministro de Ambiente y Espacio Público, y la iniciativa presentada iba en contra de la Legislación porteña, dado que las palomas no son consideradas como una plaga, por lo que su matanza está prohibida.