La empresa automotriz General Motors iniciará un plan de suspensiones rotativas durante cinco meses que afectará alrededor de 1400 puestos de trabajo en la planta de la ciudad de General Alvear, cerca de Rosario. 

El sindicato de mecánicos y afines (SMATA) acordó con la firma estadounidense que preservará las fuentes laborales, sin embargo implicará que los operarios no cobren premios adicionales por productividad y presentismo.

En octubre del año pasado, GM anunció otra inversión, de U$S 500 millones (entre U$S 300 millones propios y U$S 200 millones de proveedores), para radicar la producción de un nuevo modelo a partir de 2020.

Sin embargo, con el cambio de condiciones económicas, la empresa indicó que su planta reducirá la actividad de tres turnos de producción a uno debido a la acumulación de stocks, principalmente los destinados al mercado brasileño, comprador del 80% de las unidades que General Motors produce el país.

En los meses en los que se implementarán las suspensiones, los operarios cobrarán el equivalente al 70% de sus salarios netos. El acuerdo entre la empresa y Smata se revisará en enero próximo.

En los primeros meses de este año, la industria automotriz argentina produjo 333.440 vehículos, un incremento interanual del 9,7%, según la Asociación de Fábricas de Automotores.

Pese a los datos del organismo la fabricación de vehículos utilitarios y comerciales cayó un 0,9%, 168.559 unidades, y la de automóviles escaló el 23,1%, a 164.881 coches.

La venta del modelo Cruze cayó un 3% en ocho meses, a 11.012 patentamientos, de acuerdo con las estadísticas de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina.

En el mercado interno, después de un primer semestre fuerte el sector entró en parálisis: sólo en agosto, cayó el 25% interanual, las terminales empezaron a ajustar su abastecimiento a sus redes comerciales. En julio, sus ventas mayoristas fueron un 35% menores a las de igual mes de 2017 y, en agosto, un 32 por ciento.