“Hay más chicos que viandas”, expresan decenas de familias que durante todo el año viene reclamando la falta de raciones para sus hijos en la Escuela Técnica Nº 10 Fray Luis Beltrán del DE 5, ubicada en el barrio de Barracas, a metros de la autopista Arturo Frondizi. En ese establecimiento educativo hay 150 estudiantes que cursan jornada completa, además de las horas de los talleres técnicos, estando prácticamente todo el día en la escuela.

Todos los estudiantes están becados para recibir su vianda diaria, pese a esto, el gobierno porteño desoye el reclamo de las familias que denuncian que a la escuela llegan apenas 50 raciones diarias, es decir, hay 100 pibes que todos los días no tienen acceso a su alimentación. “Los chicos tienen la beca actualizada desde principio de año pero no le están dando de comer hasta el día de hoy, ni un sándwich, ni nada, alerta a Tiempo Paola Bravo, mamá de una alumna que asiste a primer año de la técnica.

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires concesiona los comedores en empresas privadas que, cada año, reciben millones de pesos para que nunca falten las viandas en ninguna escuela pública de gestión estatal. “Ya no sabemos qué más hacer. En la escuela funciona un bufet que vende comida para los chicos, pero la mayoría no puede gastar alrededor de 300 pesos diarios que es lo que cuesta un sándwich. Yo no puedo darle a mi hija ese dinero todos los días para que gaste porque no lo tengo, muchas veces ella se trae solo una fruta para comer”, agrega Bravo.

Las autoridades de la escuela confirmaron la denuncia de las familias y aseguraron que las viandas que entrega el Ministerio de Educación no alcanzan y que ya hicieron el reclamo formal sin obtener ningún tipo de respuesta. En la escuela dividen las 50 viandas en dos raciones para que sus estudiantes tengan al menos algo que comer, pero la situación se agrava porque muchos de ellos es el único plato de comida que reciben en el día. “Hoy acompañamos a las madres en su reclamo porque los pibes y las pibas tienen que correr para ver quien come y agarra una de las viandas. Ante el reclamo en la escuela, responsabilizan al ministerio de educación porteño”, detalla en diálogo con Tiempo, Carina López Monja, candidata a Diputada Nacional por la Ciudad de Buenos Aires del Frente de Todos. “Hasta ahora no sabemos si esta situación se repite en otras escuelas”, agrega.

La carencia de alimentos y la mala calidad en las viandas escolares se profundizó durante el confinamiento producto de la pandemia, cuando se comenzaron a entregar bolsones de comida cada dos semanas. Los alimentos eran insuficientes y muchas familias advirtieron que las canastas alimenticias no alcanzaban para sustentar a los chicos ni una semana.  Ante la falta de respuesta de las autoridades gubernamentales porteñas, durante la mañana las familias realizaron un semaforazo en las puertas del establecimiento educativo, ubicado en la calle Vieytes 942, con el objetivo de visibilizar y denunciar la sistemática falta de entrega de viandas a los niños, niñas y adolescentes. “Vamos a seguir denunciando este hecho y a llevar el reclamo al Ministerio de Educación de la Ciudad porque esto es muy grave, con la comida y la salud de los chicos no se juega. Lo que hace el gobierno de la Ciudad con los chicos es inhumano”, remata Bravo.

Entramados espurios de los comedores escolares porteños

En la Ciudad de Buenos Aires hay alrededor de 19 firmas privadas que se reparten la elaboración y logística de las viandas para cientos de escuelas porteñas. El intercambio de favores entre la gestión local y las empresas salió a la luz cuando, al menos cuatro de esas concesionarias, fueron aportantes a la campaña de Cambiemos en las elecciones presidenciales de 2015. Entre las mismas se encuentran Friends Food S.A, de Raúl Forastiero, que aportó 14.000 dólares; la empresa Teylem, presidida por Víctor Luis Lusardi; Siderum, dirigida por Fabián Rodríguez y Arkino, de Manuel Martin.

Otro hecho que vislumbró durante la pandemia es que, 11 de estas firmas, se inscribieron al Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción, para solicitarle al Gobierno Nacional el pago de ATP, con el objetivo de abonar los sueldos de sus trabajadores. Lo grave de esta situación es que las empresas reciben un importante aporte por parte del gobierno porteño para pagar esos salarios, de alrededor del 35% del total. Pese a esta situación, las concesionarias aplicaron suspensiones y descuentos salariales el año pasado a todos sus trabajadores y trabajadoras. Entre las firmas que solicitaron el ATP se encuentran: Caterind SA, que preside Oscar José Baldi; Dassault S.A., de Carlos Alberto Denarie; Hispan S.A., cuyo titular es Guillermo Alejandro Quiroga. Díaz Vélez SRL, presidida por Leonardo Ramón Pérez; Enrique Tavolaro SRL, cuyos gerentes son Jorge Enrique y Andrea Tavolaro; Servir’c SA, de Liliana Delia La Grotta; Treggio SRL, administrada por Walter y Vanesa Edith Ferrarotti; Bagala S.A dirigida por Víctor Lusardi; y Servicios integrales de Alimentacion SA, de Miguel Lombraña; más la cuatro empresas aportantes de Cambiemos en 2015.