Dos noticias: una buena y una mala. La buena es que el Hospital Garrahan anunció que antes de fin de año recibirá un nuevo equipo para realizar tratamientos de radioterapia a pacientes oncológicos, que podrá comenzar a funcionar dentro de nueve meses. El prestigioso centro de salud atiende a más de un tercio de los casos de niños enfermos de cáncer en el país, que cuentan con un índice de sobrevida mayor al 70 por ciento. La mala es que el equipamiento existente –el acelerador lineal Varian Clinac 23 E X– volvió a presentar fallas y, según advirtieron padres de pacientes y admitió el propio hospital, hace 15 días que no brinda servicios de radioterapia a 30 chicos internados.

El inconveniente afecta a varios chicos y no es nuevo. El acelerador disponible –que fue el primero en funcionar en el país, hace diez años– viene presentado fallas de funcionamiento desde hace varios meses. Ya en agosto, Noelia Nogueiras, madre de Zoe, de tres años, que padece un tumor llamado meduloblastoma y en abril debió viajar desde San Luis para tratarse en el Garrahan, había escrito una carta al presidente Mauricio Macri en la que decía que “sólo con juntar tapitas no alcanza”, que su hija llevaba dos semanas sin tratamiento y que “ya vi muchas cosas feas y muchas muertes a mi lado y junto a mi hija en este hospital”.

Hoy Zoe evoluciona bien gracias a los cuidados de los profesionales del Garrahan, y su familia apuesta a que en tres meses pueda volver a casa. Su mamá también hizo campaña por las tapitas, y generó una gran movida solidaria en todo Cuyo para recolectarlas y colaborar con el hospital. La nena sufre un tipo de cáncer muy agresivo, un tumor que se ubicó detrás del cerebro y que no pudo ser extirpado completamente, lo que obligó a someterla a 60 sesiones de quimioterapia y, luego, a rayos.

En el Garrahan aseguran que, ante el desperfecto del acelerador lineal, la continuidad de los tratamientos de radioterapia se lleva adelante, evaluando cada caso, en otros centros médicos, como Mevaterapia –privado– y el Instituto de Oncología Ángel Roffo, pero que lamentablemente no son muchos los que ofrecen este tipo de servicio. Las sesiones que por ninguna razón puedan ser interrumpidas, explican, están garantizadas.

En tanto, el Hospital de Pediatría gestionó la adquisición de repuestos importados para encarar la reparación del acelerador lineal, el dispositivo que se usa para dar radioterapia de haz externo a pacientes oncológicos, suministrando rayos X de alta energía sobre la región donde se localiza el tumor.

El moderno equipamiento que arribará en breve para remplazarlo es un modelo de la misma marca –Varian Unique Performance–, está valuado en 1.300.000 dólares y significará un avance en la calidad del servicio. “Nos permitirá realizar tratamientos de radioterapia más óptimos, preservando y protegiendo los órganos sanos, a través de las nuevas herramientas tecnológicas, además de un mejor tratamiento sobre el volumen del tumor», explicó el jefe del servicio de Radioterapia, Fernando Fiandrino.

No obstante, la puesta en funcionamiento del nuevo acelerador lineal demandaría nueve meses. Es el tiempo que requiere la obra de instalación y blindaje en el área de terapia radiante, en la tira 7 de la planta baja del Garrahan, indispensable para la protección del equipo y de los pacientes.

Las dos noticias, la buena y la mala, refieren al centro de salud de referencia en pediatría en el país, que por ley deben financiar la Nación y la Ciudad de Buenos Aires en partes iguales. Ya con Macri en la Jefatura del Gobierno porteño, los recortes presupuestarios decididos unilateralmente por la Ciudad han sumado desde 2014 una cifra escandalosa: ese año se giraron 113 millones de pesos menos para el Garrahan, 226 millones menos en 2015, y 348 millones menos en 2016.