El hantavirus se llevó dos nuevas víctimas, dos mujeres. Una de ellas, de 34 años, estaba internada en una clínica privada  de La Plata y se trata de la primera muerte  que se produce en la provincia de Buenos Aires. La otra, de 49 años, murió en la localidad de Epuyén, y elevó a once la cifra de las  personas fallecidas en la provincia de Chubut.

Tahis Pérez hija de un reconocido médico de la localidad de Castelli, falleció en una clínica platense donde había sido trasladada hace unos días. Trabajaba en un establecimiento agrícola-industrial y se habría contagiado la enfermedad a partir del contacto directo con un roedor. El Instituto Malbrán confirmó, horas después del deceso de la mujer, que se trataba de otro caso de hantavirus.

Es la primera muerte en territorio bonarense, aunque ya son seis los casos declarados de infectados en la provincia. El viernes, el Instituto Malbrán confirmó el contagio de un pintor de 40 años, domiciliado en Berisso, que quedó internado con un cuadro respiratorio grave y asistencia respiratoria en el Hospital San Martín, de La Plata, y se agregó a los detectados en Lomas de Zamora, Navarro, San Pedro y Zárate. Todos estos casos están originados en el contacto con partículas secas de heces y orina de ratón, sin nexo epidemiológico interhumano a través de secreciones respiratorias, como el que se habría producido con el genotipo viral Andes Sur, que es el que circula en la provincia de Chubut.

En territorio bonaerense, las cifras son las habituales en términos estadísticos: en todo 2018 se habían registrado 25 casos, de un promedio de 100 que se detectan anualmente en todo el país.

Las dos muertes de ayer elevan a 14 las producidas en el país: los once casos en Epuyén, el de La Plata, otros dos en Tartagal, Salta, y uno en Gualeguaychú, Entre Ríos.

El caso bonaerense como los de las dos muertes por hantavirosis registradas en Salta y Gualeguaychú (Entre Ríos), fueron producidas por «transmisión ambiental» y sin relación con el brote en el sur del país.

En Epuyén

La muerte de una mujer de 49 años elevó a once la cifra de víctimas fatales del brote de hantavirus declarado desde diciembre en la localidad chubutense de Epuyén. La mujer vivía en Trevelin y era la mamá de una joven fallecida dos semanas atrás por la misma enfermedad y de quien, se presume, se habría contagiado mientras la cuidaba.

De este modo, y aunque la estrategia de aislamiento del casi centenar de personas que estuvieron en contacto con los infectados parecía haber desacelerado el brote, se torna evidente que el período de incubación de la enfermedad, de hasta cuatro semanas, exige extremar el alerta. Los casos confirmados son hasta el momento 29: el viernes se había sumado a la lista la vecina de Trevelin, que era una de las personas que permanecían aisladas con restricción ambulatoria y que había sido trasladada con síntomas al Hospital Zonal de Esquel.

Precisamente en ese centro médico quedan dos pacientes aún internados en terapia intensiva. El ministro de Salud chubutense, Adrián Pizzi, informó asimismo que otros cuatro pacientes fueron dados de alta en las últimas 48 horas, con lo que son 14 los afectados que pudieron recuperarse. «El brote parece estar encontrando su cauce de contención», había declarado el secretario de Salud, Adolfo Rubinstein, durante su recorrida de dos días por Epuyén y Esquel –que se produjo más de un mes después de conocerse el primer deceso por hantavirus, el 11 de diciembre–, pero advirtió entonces que «no hay que bajar la guardia», y explicó que se está trabajando de manera conjunta con el gobierno de Chubut en un plan de contingencia por si la situación se agrava. Sostuvo, sin embargo, que «es tranquilizador el hecho de que los últimos casos confirmados provinieron de personas que estaban en aislamiento respiratorio, por lo cual uno tiene la certeza de que no han contagiado a otras personas». El intendente Antonio Reato agradeció la visita «porque es un respaldo, como una palmadita; la contención es importante para que los vecinos sientan que los estamos acompañando». «