Un camión que había salido de Campana, provincia de Buenos Aires, con pellets de soja a granel llegó al Paso Fronterizo Internacional Gualeguaychú–Fray Bentos, en Entre Ríos, para seguir viaje rumbo a Uruguay. Pero algo le llamó la atención a las autoridades de la Aduana: la soga de la parte de carga había sido cortada. «Estaba anudada de forma extraña», contaron.

Entonces procedieron a escanearlo. Y ahí notaron que la carga presentaba diferencias de densidad que no correspondían con la mercadería que oficialmente debía portar. No era solo soja.

Cuando abrieron la carga encontraron que traía 10.560 potes de antitranspirante, 45.600 paquetes de chicles sin azúcar y 180 botellas de fernet sin declarar.

El scanner que reveló la mercancía escondida.

Los agentes especializados de la Dirección General de Aduanas-AFIP valuaron la mercadería en $5.200.000. A su vez, presentaron la debida denuncia ante el Juzgado Federal de Gualeguaychú. «En el marco de la feria judicial, intervino el juez subrogante, el Dr. Federico Angel Martín, Juez Federal de Primera Instancia de Victoria, quien contó con la colaboración de la Secretaría Criminal y Correccional, a cargo del Dr. Pedro Bancoff», relataron.

«Dado que se evidencia ardid en el acto de cortar y anudar el precinto de control, al transportista podría caberle una pena de 2 a 8 años de prisión en los términos del artículo 863 del Código Aduanero», acotaron. Según marca el artículo 876, la multa mínima es de $20.800.000. Y el camionero podría ser inhabilitado para ejercer actividades de importación o exportación por 3 a 15 años.