En el año 2015, asumió el gobierno de Cambiemos, y con un modelo no productivo, ni colectivo, operó como el contexto que puso en jaque el Instituto Nacional de Tecnología Industrial, el INTI.

Este Instituto fue construido por sucesivas gestiones que a lo largo de seis décadas había llegado a un lugar de alto reconocimiento y respeto, pero a partir del año 2016 recibe las primeras señales de ataque institucional a cargo del gobierno. Inicialmente fue la persecución sindical. Pero empezando el 2018, se da una sucesión de hechos de vaciamiento y cambio institucional, que tuvo por lo menos tres ejes principales: los despidos masivos y los retiros forzados, el desguace de los Centros de Investigación y Desarrollo, y el cambio de logotipo e imagen institucional. Sumado a todo esto, un asfixiante clima represivo y de destrato.

En enero de ese año se conoció la compra millonaria de un modelo organizativo para el INTI a una consultora vasca; luego el despido a 265 trabajadores calificados, gran parte por causas sindicales; la militarización del predio; la presencia irritante de vigilantes privados; premios al presentismo que vulneran derechos de convenio colectivo; cámaras de seguridad; biocontroles; un probado sistema de espionaje y buchones; presiones para forzar retiros voluntarios; etc. Un daño institucional como nunca se había vivido dentro del Instituto.

Las Elecciones Primarias del 11 de agosto, y las próximas del 27 de octubre, transforman a esta pesadilla para los trabajadores del INTI, en esperanza, en futuro. Se votó un cambio de gobierno, un proyecto de industrialización y de producción con conocimiento nacional. Para ese futuro inmediato podemos mirar al INTI desde tres perspectivas: las históricas e institucionales, las expectativas que posa la sociedad sobre el Instituto, y los desafíos de la realidad inmediata y futura.

La mirada histórica, institucional sobre el INTI.

El INTI está regido por dos leyes. La ley de creación, en 1957, donde le da el rol de la “investigación industrial”, donde hoy podemos interpretarla como Ciencia y Tecnología enfocada en la Industria; y la ley de Metrología Nacional, donde en el Decreto Reglamentario se le asigna al Instituto tareas de Metrología Científica y Legal.

La actual conducción Cambiemos del instituto ha intervenido sobre estos aspectos por encima de la Ley con decretos y disposiciones administrativas. Modificando la estructura de organización, haciendo desaparecer el Consejo Directivo que debe estar conformado por Estado y empresarios; disolviendo los Centros de Investigación y Desarrollo (I+D); y permitiendo la participación privada en actividades de control y ensayos, sin supervisión del Estado como garante final de las mismas.

Para la nueva etapa, mientras no haya cambios en las legislaciones citadas, estas disfunciones deberán ser corregidas. No sólo por cuestiones legales o formales. Los cambios no han servido para mejorar a la Institución.

Las expectativas que existen sobre el INTI.

El conflicto con 265 despedidos, a principios del 2018, le dio al INTI una alta visibilidad. Cómo una estrategia comunicacional, los trabajadores del INTI hicieron mayor hincapié en las funciones sobre metrología del Instituto, porque son las que mayormente afectan a la seguridad y calidad de vida de los ciudadanos.Su rol sobre el desarrollo industrial y la competitividad de la producción nacional,aunque no deberías ser así, tiene menos impacto en la opinión pública.

A pesar de ello, los distintos ámbitos científico – tecnológicos del Frente de Todos han dicho del INTI dos cuestiones principales: que debe recuperar su capacidad operativa, presupuestaria y de recursos humanos, especialmente con el regreso de los despedidos y de los retirados forzadamente; y que debe ser el organismo público principal para la industrialización y el desarrollo, especialmente dirigido a las pymes nacionales.

Para que el segundo punto en particular sea posible a partir de fin de año, hay que desarticular algunos aspectos que deja Cambiemos en el INTI. Se trata de enriquecer el concepto de innovación que han querido instalar, y revisar el sujeto económico objetivo, que hoy solo está centrado en el emprendedor.

Sin entrar en definiciones muy técnicas, hay que aclarar que la innovación es la etapa final de un largo proceso de interacciones entre mercado o usuario, tecnología e implementaciones. Esto requiere que el INTI tenga un fuerte núcleo duro de desarrollo tecnológico, por lo tanto es imprescindible reconstituir los Centros de I+D; y por otro lado, la transferencia, uso y apropiación de los desarrollos, es decir, la innovación propiamente dicha, requerirá de interfaces institucionales organizadas y cercanas donde se hace el desarrollo. En este punto se vuelve nuevamente importante la necesidad de permitir a los empresarios nacionales ser parte orgánica del funcionamiento de los Centros y del INTI, a través del funcionamiento de sus Consejos. También hay que promover otros mecanismos de articulación con el contexto, como los proyectos asociativos, jerarquizar el rol de los gestores tecnológicos, y sobre todo, salir a realizar diagnósticos para detectar el foco “problema – solución” que dinamiza la modernización y el desarrollo tecnológico.

Los desafíos de la realidad.

Pero también las instituciones, como el INTI, a pesar de su propia historia e institucionalidad, y de las expectativas, tienen sobre ellas los desafíos de la realidad.

Argentina debe salir rápido de un increíble lapso de industricidio, que incluyó duros momentos de agresión institucional como el vivido por el INTI, caracterizado por despidos y retiros forzosos, disolución de los Centros de I+D y hasta el cambio de la imagen institucional que había llevado varias décadas consolidar e instalar.

Lo que podemos observar de la realidad, es que por los planes de reparaciones urgentes y los de desarrollo productivo en base a la Ciencia y la Tecnología, el INTI estará interpelado para participar activamente de esos desafíos.Entonces, las autoridades que asumirán a partir del 10 de diciembre, deberán trabajar rápidamente en, por lo menos, estos cinco puntos prioritarios.

1. La reparación institucional, reincorporando a los despedidos y retirados forzosamente; restituir los Centros de I+D; organizar el Consejo Directivo, los Comités Ejecutivos, y el Consejo Asesor, con amplia participación de pymes y empresarios nacionales; incluso recuperando la histórica imagen institucional del INTI, como signo de identidad y reconocimiento social.

2. Desarmar todos los elementos objetivos y subjetivos de represión, intimidación y mal clima laboral.

3. La organización del Instituto alrededor de los Centros de I+D, pero creando estructuras capacitadas, ágiles y flexibles para la resolución del foco “problema – solución”, capacidad asociativa para federalizar, descentralizar, y aumentar el impacto y alcance de las actividades.

4. Crear alternativas de financiamiento complementarias a un presupuesto nacional acorde, para garantizar el desarrollo tecnológico y la innovación productiva, además de las mejores condiciones laborales y salariales de sus trabajadores.

5. Poner al INTI en el centro de la escena industrial con aquella bella imagen que solía enseñarnos Aldo Ferrer al analizar críticamente la estrategia de la sustitución de importaciones: “No alcanza con sustituir el presente, es preciso sustituir el futuro con talento argentino”.