Jésica Tritten, gerenta general de los canales Encuentro, Pakapaka, DeporTV y la plataforma Contar, conoce bien su tarea. Trabajó en esas señales desde 2004, cuando el Estado pensó a la tevé en su faceta educativa, cumpliendo con el artículo 141 de la Ley Nacional de Educación. Pero en diciembre de 2015 debió dejar el cargo.

De regreso en la función, hace tres meses, se encontró con los resultados de un proyecto de vaciamiento: Canal Encuentro tenía 12 personas; Pakapaka, seis; DeporTV, once. Hernán Lombardi buscó su desguace, sacó los medios de la órbita de Educación, creó Contenidos Públicos y mandó partes del programa a Tecnópolis, los directivos al CCK y el resto a la ex Esma, donde funcionaba desde 2008 buscando unir historia, educación y memoria. Desde el poder, el macrismo intentó deshistorizar los contenidos y el debate público.

Pero, gracias a las aulas, remarca Tritten a Tiempo, los canales se mantuvieron vivos. Los maestros no dejaron de pasar los contenidos. No eran sólo programas de televisión, sino herramientas pedagógicas al servicio de una línea conceptual. Esa lucha y perseverancia permitieron que ahora Encuentro; Pakapaka y la TV Pública salieran en ayuda del sistema educativo, ofreciendo contenido didáctico en días de emergencia nacional.

–¿A qué apunta el programa?

–Es una respuesta del Estado ante la suspensión preventiva de clases. Hicimos un proyecto multiplataforma, que tiene una página web donde hay más de mil recursos para alumnos, docentes y familias, divididos en tres niveles, y lo mismo en la TV Pública, con dos programas diarios, uno para nivel inicial y primaria, con contenidos de Pakapaka, y otro para secundaria y docentes, con contenido de Encuentro. Es un proyecto integral realizado desde una perspectiva educativa y con finalidades concretas. No reemplaza al aula, pero sí da respuesta desde el Estado ofreciendo herramientas y consumos para el sistema educativo.

–¿Cuál es la respuesta que están obteniendo?

–En estos primeros días tuvimos muy buena repercusión, especialmente de las familias, que son las más afectadas por la suspensión. Nos llegan muchas devoluciones positivas, e incluso nos envían contenidos para que subamos al sitio, desde áreas de Cultura y Educación de distintas provincias hasta editoriales. También estamos recibiendo muchísimos pedidos de otros países, sobre todo latinoamericanos, como Ecuador y México, que nos piden los contenidos de Seguimos Educando para replicarlos en sus lugares. Lo que más destaca la mayoría es la calidad del material y la rapidez con la que se definió este esquema. El mismo día que se define la suspensión de las clases ya arrancamos con esta propuesta, con contenidos curados por el personal técnico del Ministerio. Además es un orgullo que nos pidan el material de otros países porque es un momento donde en América Latina hubo mucho recorte en medios públicos, y acá hay una decisión de ponerlos en valor

–¿Con qué se encontraron cuando comenzaron la gestión?

–En nuestro caso concreto, en las señales la producción estaba paralizada. Con equipos de trabajo muy diezmados, y una planta de trabajadores muy maltratada, incluso con deudas vinculadas al patrimonio del salario de la gente: dos años de paritaria cero y una deuda en pagos que regularizamos en la primera reunión de directorio. Pero estos canales, a su vez, fueron mantenidos vivos por las aulas y por el conocimiento, trabajo y perspectiva educativa de los trabajadores, que se cargaron la tarea al hombro con profesionalismo y compromiso, y permitieron que Seguimos Educando pueda estar ahora funcionando, con una oferta que está a la altura de la demanda concreta.