Este martes se realizó la audiencia 73 del juicio Brigadas, en el que son juzgados represores por delitos de lesa humanidad cometidos en los centros clandestinos de detención y exterminio conocidos como el Pozo de Banfield, el de Quilmes y El Infierno. Declararon dos nietos restituidos, un familiar de desaparecidos y un sobreviviente. Paula Logares, el primer caso de restitución de identidad en la Argentina, el nieto Carlos D´Elía Casco, nacido en el Pozo de Banfield.

La primera en declarar fue María Graciela Borelli Cattáneo, hermana de Raúl Edgardo Botelli Cattáneo, quien fue secuestrado el 22 de diciembre de 1977, junto con otros 25 ciudadanos uruguayos en Valentín Alsina. Era el menor de cuatro hermanos. En Montevideo, estudiaba en la Facultad de Medicina y era profesor de secundaria. También integraba el GAU (Grupo de Acción Unificadora). Viajó a Buenos Aires escapando de la violencia en su país.

Su desaparición fue detectada por la compañía de seguros en la que trabajaba, que le dio aviso a la familia. “Era una persona muy alegre, optimista; un apasionado de la cosmografía”, sostuvo su hermana ante el Tribunal.

De acuerdo a la reconstrucción que pudo hacer la familia, estuvo secuestrado en el Centro de Operaciones Tácticas, el Pozo de Banfield y el de Quilmes. “Fueron salvajemente torturados en Quilmes y en Banfield. El 16 de mayo, la mayoría es sacada de Quilmes y preparados para un vuelo”, precisó.

“Lo único que buscamos es la verdad, quiénes fueron, qué hicieron, dónde están los restos. Es lo único que puede empezar a sanar, pero también la verdad para toda la sociedad. Quisiera que la Justicia esté indisolublemente unida a la verdad, hubiera querido que no sólo estuvieran los grandes mandos sino también los brazos operadores de todo esto. Algunos fueron identificados y cuesta entender por qué no están sentados e imputados”, planteó la mujer.

El segundo testigo fue el nieto recuperado Carlos D´Elía Casco, hijo de Julio D´Elía y Yolanda Casco. “A los 17 años conozco cuál es mi verdadera identidad, hasta ese momento yo creía ser hijo de un matrimonio que me crió. Nunca había tenido dudas o sospechas de mi identidad en todo ese tiempo. En el Juzgado de San Isidro me entero absolutamente de todo”, precisó.

Remarcó la “paciencia” por parte de la familia biológica. “Días después de que yo conozco la situación con respecto a mi origen, los conozco a ellos en el mismo tribunal. “Fue el primero de muchos, mi familia venía de Uruguay y se instalaba por un mes o más a la espera de que nos encontremos”, apuntó. Comenzó a conocer “de primera mano” más acerca de sus padres. “Ese proceso llevó mucho tiempo”, precisó.

Ambos formaban parte del GAU y el Frente Amplio. “Mientras estudiaban (ella Derecho y él, Economía), trabajaban y militaban políticamente. En Uruguay la dictadura empezó antes que en Argentina. En ese contexto se cerró la universidad y en 1974 se vinieron a vivir a Buenos Aires”, recordó. Finalmente, se mudaron a San Fernando, ella ya estaba embarazada, y pocos meses después fueron secuestrados durante la madrugada del 21/22 de diciembre de 1977. Fueron trasladados a una comisaría, al Centro de Operaciones Tácticas   (COT) de Martínez, también pasaron por el Pozo de Quilmes y Banfield, donde nació él. “El testimonio de los sobrevivientes fue fundamental para que los familiares conozcamos los detalles”, destacó.

“Nacimos en el Pozo de Banfield tres niños: la hija de Aída Sanz, en enero nazco yo y en agosto se da el nacimiento de Victoria Moyano“, precisó Carlos. El 26 de enero de 1978 es la fecha de nacimiento que figura en la partida de nacimiento, que fue firmada por Jorge Bergés. “Es quien no solo asistió a las embarazadas sino que también asistió a las sesiones de tortura”, explicó. “El mismo Bergés me entrega a los brazos de Marta, aún con rastros de sangre”, comentó, por lo que cree que la fecha de nacimiento es la real.

Luego fue el turno de Paula Logares, la primera nieta restituida, hija de Mónica Sofía Grinspon y Ernesto Claudio Logares. Fue encontrada en 1983 y en junio de 1984 se confirmó su identidad con el Banco Nacional de Datos Genéticos. “Cuando nos secuestraron a los tres, yo tenía 23 meses”, explicó ante el Tribunal.

La familia fue secuestrada el 18 de mayo de 1978 en la ciudad de Montevideo donde se encontraban viviendo como consecuencia de la persecución política vivida en nuestro país. La joven estaba esperando a su segundo/a hijo/a. Por testimonios de sobrevivientes pudo saberse que la pareja fue trasladada a la Argentina y ambos estuvieron detenidos en la Brigada de Investigaciones de San Justo y en el Pozo de Banfield. “Mi abuela, desde un principio, nos buscó a los tres”, mencionó.

En 1983, Abuelas de Plaza de Mayo localizó a una niña que había sido inscripta como hija propia por el subcomisario de la policía bonaerense Rubén Lavallen y su esposa. Con el retorno de la democracia, se iniciaron las acciones legales a fin de poder realizar los análisis que permitirían confirmar la identidad de la niña. En junio de 1984 los resultados de la pericia confirmaron que se trataba de Paula Eva Logares, en lo que se constituye como el primer caso en el que la Justicia utilizó como prueba de filiación la realización de análisis genéticos. El 13 de diciembre de 1984 se le restituyó su verdadera identidad y Paula fue criada por su abuela materna.

“Me quisieron cambiar el nombre y no pudieron”, recordó. Ella estuvo en San Justo y cree haber pasado también por Banfield, pero no ya en calidad de detenida. Respecto de su apropiador, señaló que “era una persona violenta y agresiva, con su mujer, tenía armas, la usaba”. Admitió que los “huecos” quedan, pese a que los vínculos se forman igual y “claro que tuvo repercusiones”. “Sigue pendiente saber qué pasó con ellos. Hay gente que sabe y lo puede decir”, apuntó.

Juan Berdún Cardozo fue el siguiente testigo. Es sobreviviente centro clandestino Pozo de Quilmes. Fue secuestrado el 14 de abril de 1978 en Juan Madariaga, donde residía. Según el relato, estuvo secuestrado un mes y medio, en Campo de Mayo y en el Pozo de Quilmes.

Emanuel Lovelli, representante de Abuelas de Plaza de Mayo, solicitó que se convoca, en calidad de testigo, a algún represente de una organización de Derechos Humanos de Uruguay nacida en 2019, luego de la presentación de pruebas para este juicio. De acuerdo a Basílico, la respuesta al pedido se notificará la semana próxima, tras la consulta a las partes. El objetivo es que aporte datos recolectados de las víctimas uruguayas incluidas en este proceso.