Una nueva audiencia virtual del juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en los centros clandestinos de detención Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y Brigada de Lanús se llevó a cabo este martes. Declararon Martín Horacio Cañas y Mónica Huchansky, familiares de detenidos desaparecidos que estuvieron en el Pozo de Banfield.

Cañas era el menor de sus hermanos. Amelia, de 29 años, y Santiago, de 26, fueron secuestrados en 1977 y permanecen desaparecidos; su madre María Angélica Blanca y su hermana Carmen, de 24 años, fueron asesinadas en un ataque a la casa del barrio San Carlos, en La Plata. Su testimonio es por Santiago, quien fue visto en Pozo de Banfield.

“Quiero recordar que todavía no pudimos encontrar a Clara Anahí Mariani, cuya búsqueda inspiró una investigación que realicé junto a su abuela Chicha Mariani y pienso exponer hoy”, expresó al inicio de la exposición.

Santiago militaba con Daniel Mariani, el hijo de Chicha, y fue secuestrado el 2 de agosto. Estuvo en La Brigada de Investigaciones de La Plata y el Pozo de Banfield. Había intervenido la transmisión de la pelea entre Carlos Monzón y el colombiano Rodrigo Valdez, en dos canales, con una proclama de Montoneros.

“La muerte de Perón signa la militancia de mi familia y con el Golpe de Estado comenzó otra etapa muy convulsionada, con cambios de domicilio, trabajo y en los modos de vivir”, reflexionó, al tiempo que consideró: “Hablar de Tito es hablar de nuestra época, que fue bisagra”, e hizo un repaso por los acontecimientos nacionales e internacionales, como el Cordobazo.

Se fue a vivir a Paraná, Entre Ríos, luego a Santa Fe y logró salir del país (a Brasil). “Ahí me refugié ante la ONU y de ahí viajé a Francia”, precisó. “Mi vida cambió; si bien yo tenía 21 años, era un nene, no era una persona adulta y formal”, recordó. “Nuestra vida nunca fue igual, toda la familia fue destrozada“, admitió.

Mónica Huchansky declaró luego. Es la hermana de Patricia Huchansky, secuestrada con su marido Carlos Francisco Simon, el 7 de febrero de 1977 en la localidad de City Bell. Patricia permaneció alojada en la Brigada de Investigaciones de La Plata, pero también pasó por Arana, la comisaría quinta de La Plata y el Pozo de Banfield. Sus restos aún no fueron hallados, pero sí lograron identificar los de Carlos, en 2010. Estaba enterrado en el Cementerio de Avellaneda.

“Tuvimos la suerte de saber todo el circuito que recorrieron ellos“, señaló la mujer, quien se exilió en Israel durante los años de plomo y tras la desaparición de su hermana. Su madre, quien falleció luego, continuó con la búsqueda en Argentina. Diez años después del secuestro, recordó, llegó una caja con huesos a la casa, que no pertenecían a ninguno de los dos. “Los restos de Patricia nunca aparecieron”, aclaró.

Los hijos de la pareja, Malena y Francisco Simon, tenían 1 y 3 años, respectivamente, cuando sus padres desaparecieron. Fueron criados por las familias materna y paterna, pero finalmente, fueron adoptados por la tía por parte del padre.

En el final de la declaración, leyó la declaración de su madre en el inicio de los Juicios por la Verdad. “En este juicio sueño que ustedes algún día me entreguen tanta justicia como tanta verdad se ha depositado acá”, señaló la mujer, mientras que reclamó, por su cuenta, que “se hagan efectivas las condenas, que (los represores) estén presos en cárcel común y efectiva”.

El juicio pasó a un cuarto intermedio hasta el martes 22 de marzo, mientras que la audiencia fue convocada para las 9.

En la audiencia anterior, prestaron testimonio Gustavo Calloti y José María Noviello. Son sobrevivientes. Ambos estuvieron secuestrados en el Pozo de Quilmes y pasaron por la comisaría de Valentín Alsina antes de ser legalizado.