El 13 de septiembre de 2018, un tribunal popular integrado por seis hombres y seis mujeres, todos vecinos de Zárate, absolvió a un asesino. El jurado interpretó que la secuencia feroz protagonizada por Daniel “Billy” Oyarzún –salió con su auto a perseguir a dos jóvenes en moto que habían robado en su carnicería, los embistió haciéndolos caer, al que no escapó lo aplastó con su vehículo contra un semáforo y le siguió pegando, aunque estuviera agonizando e implorando perdón, con un palo en la cabeza hasta hacerle perder el conocimiento– fue un acto de legítima defensa. Hoy, esos mismos ciudadanos que decidieron su libertad y los muchos que alentaron el escarmiento justiciero, por ejemplo, filmando sin intervenir, tienen la posibilidad de honrar al carnicero con un cargo político: será candidato a concejal por Juntos por el Cambio, la nueva marca de Cambiemos.

“Cuando salí aquel día del tribunal dije que las consecuencias de este fallo se iban a ver a futuro. Y no me equivoqué. Los chicos que mataron en San Miguel del Monte, el médico que asesinaron en Burzaco y tantos otros casos que no salen en los diarios. Es la doctrina Chocobar que este gobierno avaló y que provocó que la gente vea bien matar. El propio presidente Macri bajó la línea de la justicia por mano propia cuando apoyó al carnicero”, reflexiona Ernesto Gómez, el abogado que representó a la familia de Brian González, el joven de 24 años que murió a manos de Oyarzún.

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El 13 de septiembre de 2016, González, junto a Marcos Alteño, llegó con su moto al local de Oyarzún. Según la reconstrucción de los investigadores, mientras «Billy» descargaba mercadería, Alteño, a punta de pistola, le reclamó que le diera dinero. Hubo unos disparos y así se alzó con unos 5000 pesos de la recaudación. Después, se fugó con González.

El comerciante se subió a su auto y persiguió a la moto por lo menos tres cuadras. Al llegar a una avenida los embistió; Alteño logró huir corriendo –luego sería condenado a seis años de prisión en un juicio abreviado– mientras que González quedó en el piso. La saña de Oyarzún quedó registrada en video. Allí se observa al joven aplastado entre el semáforo y el paragolpes del auto. Eso no impidió que el carnicero lo siguiera golpeando e insultando ante la pasiva mirada de los vecinos.

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“Ellos no salen a trabajar, salen a delinquir. Agarré un cuchillo y di un golpe, ahí tiró de nuevo contra el frízer y se fueron en la moto. Yo salí en el auto a buscar lo mío. Hoy tengo una muerte encima y no me la voy a poder sacar. Mi viejo me hizo las manos para trabajar, yo tendría que estar en mi trabajo, no acá. Los delincuentes no sirven, hay que ponerlos a todos en una bolsa y tirarlos a la basura. Si me condenan acá, me van a condenar con la frente en alto, como un trabajador y un padre de familia, nunca como un delincuente», fue el descargo de Oyarzún durante el juicio que lo declaró “no culpable”. La fiscalía había solicitado que fuera condenado por exceso en la legítima defensa, mientras la querella había pedido el homicidio simple.

“Oyarzún se salvó de recibir una pena, porque así lo quiso un grupo de personas, pero no dejó de matar a una persona que estaba desarmada y que no tenía los 5000 mil pesos que supuestamente le habían robado”, remarca Gómez.

En su nueva faceta política, el “justiciero” ocupa el séptimo lugar en la lista que encabeza el actual concejal del PRO, Julián Guelvenzu, y que competirá en las PASO contra la lista de la UCR liderada por la diputada provincial, Sandra París.

Tiempo Argentino se comunicó con la familia de González, pero prefirieron no opinar sobre la candidatura de Oyarzún. “Nosotros ya no tenemos nada que ver con él”, justificaron.

“No hay dudas de que el carnicero coincide con la línea política de la mano dura, en contra de aquellos que creemos que el Derecho debe prevalecer, –concluye Gómez–, pero sigue siendo una persona humilde, uno más de los tanto perjudicados por este gobierno. Hay un claro uso de su popularidad, y no se dan cuenta de que es una provocación. Recién me llamo la mamá de González llorando. ‘Cómo le van a dar un premio a un asesino’, me preguntó. Lo que nos queda es esperar que no lo elijan”.