-¿Cómo afecta a Bolivia este marco regional?
-Geopolíticamente es muy complejo. El gran problema que se tiene es que se están generando espacios de aislamiento dentro de una concepción de cerco y aniquilamiento. Primero con Venezuela, después con la particularidad del contexto de Brasil y de Argentina. Ahora es Bolivia la que está en la mira. Antes se podían generar espacios de articulación en Naciones Unidas, en la CELAC, la UNASUR. Ahora aparecen como voces aisladas las posiciones progresistas y las posiciones revolucionarias. El contexto es hacer una aislamiento completo de Venezuela con un proceso muy complejo de lo que es el uso mediático en la búsqueda de destrucción de lo que puede ser la imagen de un Estado, un país y un gobierno. A partir de eso buscan dar un golpe mediático.

-¿Por qué está en la mira Bolivia?
-En 2008 no pudieron. Se revirtió ese proceso y se fortaleció el presidente Evo Morales, con el referéndum revocatorio. La derecha buscó el referéndum revocatorio para aprovechar una crisis muy aguda, cuando el gobierno no podía llegar a Santa Cruz porque habían tomado las instituciones ni a Tarija porque tomaron el aeropuerto. A partir de ello, la propuesta revocatoria la asumió el presidente. Pero no sólo él, sino todos los cargos. Y en ese contexto la respuesta fue 64% a favor para Evo Morales y revocados todos los de la derecha. Entonces ese proceso de fortalecimiento es el que se está intentando reproducir por una vía de aislamiento. Mostrar que el presidente está aislado y que está hablando en soledad en el contexto de América Latina y América del Sur. Además de que ya está comenzando a sentirse el tema de la crisis. Y ahí es donde comienzan a lanzar el modelo y la guía mediática de posicionar una crisis.

-Después del plebiscito de febero pasado, es un desafío pensar más allá del 2019 para Bolivia.
-Es innegable. Es un tema complejo porque pasa por el tema de los liderazgos. En los debates que empezaron a seguir antes del referéndum de repostulación ya estaba el tema: si no está Evo Morales, ¿qué pasará? Es lo mismo que se preguntaban en Cuba: ¿qué pasará cuando no esté Fidel? ¿Y sin Kirchner? ¿Y sin Lula? Los liderazgos no son coyunturales, ni temporales, ni electorales. Los liderazgos son liderazgos históricos. Chávez fue una proyección histórica del pueblo venezolano. Y la ausencia de los líderes tiene un impacto fuerte. Hay toda una teoría del peligro del culto a la personalidad o la centralización del liderazgo, pero en la historia política el tema del liderazgo se ha proyectado en términos de referentes revolucionarios que han llevado adelante esos procesos.

-Fue un golpe duro esa derrota en este contexto regional.
-Se tiene presente el resultado del referéndum, que hubo un volteo de la votación por motivos mediáticos, algo que ya se ha visto en las primaveras de Medio Oriente y otros procesos. El manejo de redes, la distorsión de la información, la mentira se transforman en armas políticas contundentes en el momento de voto, especialmente en sectores de clase media que tienen una tendencia a usar los referentes mediáticos como los factores de toma de decisiones. En el campo no sucede lo mismo, porque los medios no generan una influencia directa. Allí la decisión mantiene los criterios comunitarios, de decisión democrática de la comunidad. Esos sectores mantienen su apoyo al Movimiento al Socialismo. En el contexto urbano, en cambio, se han presentado situaciones complejas. Al interior del MAS se ha decido que lo que pasará en 2019 no hay que constituirlo en un tema de decisión. El año que viene se hará una consulta al pueblo. Se pondrá sobre la mesa las cuestiones políticas, qué es lo que sucede. Pero el liderazgo del presidente Evo Morales no está en cuestionamiento.

-Hablaba de los medios. ¿Es el gran déficit que han tenido los gobiernos progresistas de la región a lo largo de estos últimos años, el no haber podido romper con los monopolios informativos?
-El tema de los medios está ligado al poder económico. Los que han tenido medios, en general, han sido los que tenían recursos y poder. Esto también ha estado vinculado al proyecto del imperialismo de usar los medios como un arma política. Eso es lo que ahora se está pudiendo observar. Ha habido un rezago de parte de los movimientos sociales, porque ha habido un avance en términos de medios vinculados al pueblo. En el caso boliviano, se han abierto procesos como los de consolidar las radios comunitarias como parte de un proyecto no solamente político sino ideológico: que los movimientos sociales tengan sus instrumentos de difusión de sus propuestas y de sus concepciones de la vida. Estos medios son los que tienen una fuerte llegada en el contexto social. Pero en los medios masivos ese rol es difícil.

-¿Por qué?
Después del referéndum, uno de las evaluaciones que se hizo fue el déficit en el manejo de las redes sociales. Que ya no son medios masivos, sino súper masivos. Ahí fue a donde se comenzó a generar posicionamientos. Entonces el que tenía los mejores robots era el que ganaba posiciones. Al final de cuentas el manejo de las redes sociales se ha convertido en el manejo de tecnologías vinculadas a recursos. Sintomáticamente, unas semanas después de las elecciones en Bolivia cayó detenido un colombiano hacker que posicionó los temas en la elección de Peña Nieto, en la elección de Guatemala, en la elección de Colombia. Y obviamente ahí sale a relucir cómo a través de las redes hay espionaje informático y se crea una estructura novedosa. Ese fue un aprendizaje. La red lo que ha hecho es lograr que la mentira se convierta en verdad y las verdades se conviertan en mentiras. Y partir de ello, la capacidad de multiplicación de esa información ha generado efectos positivos o negativos en el contexto político.