La discusión de la pareja se puso intensa, la noche del último domingo, en una habitación de la casa que comparten en Escobar. Los gritos indicaban que una vez más ella iba a terminar golpeada. Por eso, la hija mayor de ambos, de 14 años, fue a buscar ayuda a la casa de una vecina. Cuando llegaron ya era tarde. Juan Carlos Monjes ya había cruzado todos los límites y el cuerpo de Yanina Miranda ardía en llamas.

Ese fue el relato que el juez Luciano Javier Marino escuchó de la adolescente en cuestión. Pero no le pareció suficiente. Decidió centrarse en las declaraciones de Yanina, que se encuentra hoy en coma profundo, para dejar a Monjes en libertad y con la custodia de la otra hija de la pareja, de 6 años.

Yanina, agonizante, volvió a declarar a favor de su agresor. Tal como lo hizo en otras oportunidades, cuando levantó denuncias que ella misma había realizado. Algunos especialistas llaman a esto “dependencia emocional”; otros, simplemente miedo, producto de la espiral de violencia, y también temor a que las agresiones se trasladen a sus hijas.

El juez Marino eligió no tener en cuenta nada de esto. Cuando recibió a los familiares de la víctima, se limitó a decir que no tenía pruebas suficientes para ordenar la detención. Por tanto, Monjes se encuentra en pleno ejercicio de la libertad. La hija mayor se fue con los padres de Yanina.

Desde el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), que apoya a la familia en el pedido de justicia, explicaron a Tiempo que “Yanina presenta quemaduras en el 45 por ciento del cuerpo” y “su estado de salud es crítico”. Desde la organización, aseguran “El fiscal entiende que tiene que estar detenido. Elevó al juez ese pedido dos veces y el magistrado lo rechazó las dos veces. El fiscal explicó cómo funciona el círculo de la violencia, que puede hacer que la víctima declare a favor de su agresor, y explicó que el juez debe ordenar la detención”.

Familiares y amigos de Yanina se encuentran junto a organizaciones sociales en las inmediaciones del juzgado número 3 de garantías “exigiendo que el juez detenga a Juan Carlos Monjes”. Desde el MTE, “declaramos al juez Marino enemigo del movimiento de mujeres, repudiamos su accionar violento y cómplice de femicidas”.

El lunes, Monjes tendrá que declarar ante el juez, quien tendrá el martes otra oportunidad para decidir si el agresor pirómano va preso o no, si se queda con la custodia de las hijas o no. Yanina, en tanto, pelea por su vida en el hospital.