“Larreta nos castiga dejándonos esta obra inútil abandonada para jorobarnos la vida”, grita Laura en la esquina de Acoyte y Rivadavia, mientras otros vecinos y vecinas exponen sus carteles en rechazo al autodenominado Parque Lineal de la Av. Honorio Pueyrredón. Ella vive en Caballito hace 45 años, heredó la casa de sus padres y asegura: “jamás sufrí tanto a este barrio como en los últimos años. Soy una de las tantas que votó a Larreta y antes a Macri, pero no cuenten más conmigo, se acabó”.

El 29 de abril pasado, la justicia porteña ratificó el fallo que suspendió la obra sobre Honorio Pueyrredón, al considerar que no se cumplió con el proceso establecido para que pueda concretarse este tipo de iniciativa vial que, antes de cualquier instancia, prevé la participación ciudadana en una audiencia pública y la sanción de una ley. De esta manera, la decisión firmada por la Sala III de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso, Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo; hizo lugar a un amparo colectivo impulsado por organizaciones sociales para frenar los trabajos sobre esa avenida de Caballito.

Este jueves, vecinas y vecinos realizaron un semaforazo en Rivadavia y Acoyte para visibilizar la grave situación de abandono en la que se encuentra la zona de Av. Honorio Pueyrredón, entre Franklin y el Pasaje Ampere del barrio de Caballito; y para seguir sumando firmas (a las más de 5000 que ya recolectaron) con el objetivo de detener definitivamente el proyecto del ejecutivo local. “Larreta confunde la suspensión de la obra con abandonar el lugar que hoy se encuentra lleno de mugre, olores nauseabundos, y roedores de todos los tamaños. Y justo en este tramo donde está cortado se ubica el Pasaje Ampere, que ahora está todo oscuro y se convirtió en un lugar muy inseguro”, cuenta a Tiempo Adrián Hernández, vecino de Caballito y referente de la organización Encuentro en Defensa del Espacio Público.


Dentro del proyecto de construcción del “Parque lineal”, el gobierno estipuló que, mientras avanzaba la obra sobre Honorio Pueyrredón, tendría que haber un carril abierto. El mismo día que la justicia porteña falló a favor del amparo para suspender la obra, alguien dio la orden de romper todo el carril que estaba liberado, lo que provocó el cierre de esa calle lindera con el Pasaje Ampere: “a partir de ese momento esa zona se convirtió en una boca de lobo. Muchos vecinos y vecinas sufrieron robos, algunos hicieron la denuncia pero la gran mayoría tomó la decisión de no hacerla, así que no tenemos una estadística cierta de los hurtos y hechos delictivos que hubo en la zona”, agrega Hernández.

En la última resolución judicial, el Tribunal de la Cámara sostuvo que “no es función del tribunal valorar el mérito de la obra, pero sí enfatizar que en el marco normativo vigente la creación de calles de convivencia requiere de una ley que establezca tal carácter”; de esta manera la justicia le quitó la potestad de ejecución de la obra al ejecutivo porteño, que obvió todas las instancias legales para llevar adelante esta construcción. “La claridad de la norma que exige que la creación de las calles de convivencia sea hecha por ley resulta un obstáculo insalvable. El Gobierno de la Ciudad no logra explicar por qué motivo no debería aplicarse la normativa específica a esa vía, ni cuáles serían sus características que la excluiría del régimen legal”, destaca el fallo.


Quienes participaron del semaforazo, exponían carteles contra el avance de la obra exigiendo la suspensión completa de la misma, al mismo tiempo que dialogaban con vecinas y vecinos que transitaban por el lugar. “Muchos desconocen lo que pasa a pocos metros de esta esquina y los inconvenientes que trajo y seguirá trayendo esta obra. El gobierno porteño hace lo imposible para que nada de esto salga a la luz”, explica a Tiempo Gustavo Torchinsky, integrante de S.O.S Caballito y vecino del barrio. “El gobierno porteño no cumplió nada del primer fallo que, al suspender la obra, también le ordena mantener limpio el lugar, iluminado y que resguarde la seguridad de todos. Después de todos los robos y hechos de inseguridad que hubo en la zona, ya la gente ni camina por acá. Realmente parece una cuadra abandonada”, agrega Torchinsky.


A las 17:30 de este jueves, el ministro de Gobierno y Asuntos Interjurisdiccionales porteño, Jorge Macri, había convocado a un encuentro con vecinas y vecinos de Caballito, en una de sus tantas recorridas de campaña de cara a las elecciones de 2023. El encuentro estaba pautado en la Confitería El Greco, ubicada a tres cuadras de Acoyte y Rivadavia, donde se iba a realizar el semaforazo. Curiosamente minutos antes del encuentro, el funcionario suspendió “la charla”, enviando un mensaje de WhatsApp a todos los que se habían anotado para participar.

Afirman que el abandono de la zona es una estrategia de Larreta

Stella Johnson, integrante del Consejo Consultivo Comunal N° 6, contó a Tiempo que el gobierno porteño está utilizando el fallo judicial en contra de los vecinos y vecinas que pidieron el amparo. “No ingenuamente, el gobierno de la Ciudad no hace nada por paliar las consecuencias negativas que esta situación está provocando a los vecinos de Honorio Pueyrredón. Es más, estamos convencidos que lo hace a propósito. Es decir, el gobierno abandonó la zona después de los fallos judiciales para que los propios vecinos pidan que continúen las obras. Una especie de extorsión y castigo al mismo tiempo para quienes protestan”. La gran mayoría coincide que esta ausencia del Estado en el lugar es para provocar un enfrentamiento entre los propios vecinos. “Hace pocos días algunos estaban pidiendo que retomaran las obras porque esa cuadra abandonada trae muchos dolores de cabeza a quienes viven allí”.