Debieron pasar 12 años para que los vecinos de Colegiales pudieran llevar adelante el proyecto de la Plaza Clemente, y no un shopping a cielo abierto, como era el deseo del gobierno porteño para ese predio de 1,4 hectáreas. Pero la buena noticia vino con un favor bajo el brazo: la empresa que obtuvo la licitación para construir el nuevo espacio verde fue aportante en la campaña de Cambiemos. Y a pesar de que no tiene ni siquiera página web y su cuenta de Facebook tiene un solitario posteo de hace dos años, la firma ya obtuvo en ese lapso la suma de 545 millones de pesos en contratos de obra con la Ciudad.

En 2007, hace más de una década, la Legislatura porteña votó la creación de la Plaza Clemente en la manzana que circundan las calles Dorrego, Enrique Martínez, Concepción Arenal y Conde, frente al Mercado de las Pulgas. Pero los privados siempre quisieron ese terreno, y hace dos años la gestión de Horacio Rodríguez Larreta habilitó allí el desarrollo de estacionamientos que iban a estar acompañados de comercios al aire libre. La llegada de operarios y maquinarias pesadas terminaron de hartar a los vecinos que, lejos de resignarse, volvieron a dar batalla para que les dieran la plaza votada por los legisladores, con el reclamo incluido de Tute, hijo de Carlos Loiseau, el célebre Caloi, creador de Clemente.

Ante la presión pública, el gobierno debió aceptar la plaza, y el último 4 de enero publicó la preadjudicación de la licitación, que asigna como ganadora a Naku Construcciones SRL, por $ 52,6 millones. A pesar de que en su trade nosis aduce tener una facturación estimada de uno a cinco millones de pesos.

En ningún momento del acta oficial se hace mención al detalle de que Naku Construcciones integra la decena de constructoras que aportaron a la campaña de Cambiemos. Lo hizo a través de uno de sus socios, Santiago Jorge Bayazbakian, que donó 250 mil pesos. La empresa figura inscripta en tres categorías como habilitada para construcción, reformas y reparación de edificios residenciales y no residenciales; y para obras de infraestructura de transporte. En ninguna de las tres se estipula la realización de espacios verdes públicos. 

No sólo se vio beneficiada con esta obra. Naku vive de las licitaciones de espacios públicos de la Ciudad, sobre todo de las veredas. El del mantenimiento de las aceras es uno de los mayores gastos del Ejecutivo porteño: sólo en el último año y medio le destinó más de $ 2500 millones. De ese monto, el 6 de septiembre de 2017 se le asignaron $ 100.404.081 a Naku para «ejecución, rehabilitación y mantenimiento de aceras». El 25 de abril del mismo año, $ 28.753.491 para la «puesta en valor de Av. Corrientes desde Estado de Israel hasta Mario Bravo». Y el 19 de enero, otros $ 18.881.064 para encargarse del «entorno urbano de accesos de la General Paz». La lista sigue: Naku ganó la ampliación de la Red Pluvial IV junto a Altote SA por 24,5 millones de pesos. Y ambas triunfaron en la licitación del Ecoparque, por un monto de $ 64 millones.

Sin embargo, lo más jugoso le llegó a Naku el 8 de diciembre pasado, cuando el gobierno porteño aprobó una nueva licitación millonaria para el arreglo de veredas, cartelizando las comunas a diferentes empresas amigas. Ahí Naku obtuvo $ 256 millones para hacerse cargo de la Comuna 10. Curiosamente, Altote y Naku fueron por separado a esa licitación, y Altote también su premio: la Comuna 8, por al menos $ 233 millones. El presidente de esta firma, Eduardo Otero, también figura como aportante a la campaña de 2015 de Cambiemos: se anotó con 125 mil pesos.

Volviendo a la Plaza Clemente, comentaba el humorista gráfico Tute en diálogo con este diario, meses atrás: «Cuando empezó el boom de los shopping, a fines de los ’80 e inicios de los ’90, Clemente aparecía como férreo defensor de los almacenes y comercios de barrio. Eso está en mi memoria. Cualquiera que leyó a Clemente, sabe que su espíritu es ‘proplaza’ y ‘antishopping’. Es un personaje de la cultura popular. Me pareció muy bien en su momento que quisieran homenajearlo, y sería una pena que no se hiciera así. Una gran injusticia en muchos sentidos». El modo de homenajearlo por parte del gobierno porteño viene con una ayudita para sus amigos. «

Entre el Distrito y El Dorrego

En el barrio de Colegiales nació el concepto de «distritos» del gobierno porteño, con el Distrito Audiovisual, que prevé exenciones impositivas para los empresarios del sector. Luego vino la renovación del Mercado de las Pulgas, criticada por un «aggiornamiento» que expulsó comerciantes históricos del lugar; y las concesiones de espacios públicos, como El Dorrego, que albergó la feria privada Masticar, sin contraprestación para la Comuna.

En septiembre del año pasado, tras el frustrado shopping en el predio de la Plaza Clemente, el oficialismo votó en la Legislatura la venta del predio de El Dorrego para un desarrollo inmobiliario, con el argumento de que parte del dinero de la privatización servirá para construir la plaza. Lo declararon «innecesario». Allí habrá, en teoría, nuevos espacios verdes, un estacionamiento, y edificaciones dedicadas al Distrito Audiovisual.

En medio del debate, la legisladora Paula Penacca (Unidad Ciudadana) afirmó: «El gobierno usa la plaza como pretexto, porque ya dos leyes anteriores, de 2013 y 2017, dicen que tienen que hacerla. Lo que buscan es ceder a los privados tierras públicas, que podrían servir para hacer hospitales y escuelas, en una ciudad donde faltan 16 mil vacantes”.