Cuando el juez Osvaldo Rappa dictó el sobreseimiento de las 15 detenidas y los cinco detenidos en la marcha del 8M de 2017 faltaba un mes para el nuevo Paro Internacional de Mujeres de este jueves. El fallo confirmó lo que se denunciaba: esa tarde la policía detuvo al voleo, sin justificativos. Con ese antecedente, el lunes pasado se reunieron cinco integrantes de distintas organizaciones del colectivo Ni Una Menos, que a su vez integran la Comisión de Seguridad y Cuidados, junto con el secretario de Seguridad de la Ciudad Marcelo D’Alessandro y otros funcionarios, para presentarles sus requerimientos para la marcha. De esa primera reunión –mañana se volverán a juntar– también participó por pedido de las organizaciones la Defensoría del Pueblo en su carácter de veedora, representada por su titular Alejandro Amor, el adjunto Gabriel Fucks, María Rachid, Florencia Kravetz y María Elena Naddeo. La Defensoría desplegará unas 300 personas para realizar el monitoreo durante la movilización.

«Fue importante porque nos pusimos firmes y fuimos claras en que no vamos a aguantar ningún tipo de cacería ni represión, que no queremos que se vuelva a repetir lo del año pasado», contó Alejandra Rodríguez, del colectivo Ni Una Menos y Yo No Fui, quien estuvo presente en la reunión. 

Entre los puntos principales se exigió conocer con anticipación el mapa y despliegue del operativo y la identificación de las autoridades políticas y policiales a cargo. Además se solicitó que las fuerzas estén identificadas, que fueran agentes de Control de Tránsito y Transporte, y en lo posible mujeres. Además, deberán ubicarse a una distancia considerable de las calles centrales del recorrido. Se reclamó que se respete la prohibición expresa del uso de armas letales para el control del orden público en manifestaciones sociales y la libre circulación, sin obstrucciones de vallados. Para ello, el Cuerpo de Agentes de Control de Tránsito y Transporte deberá asegurar el corte de calles del recorrido establecido y las adyacentes. «Les dejamos en claro que no queremos personal del otro lado de la valla de la Catedral porque entendemos que esa es una hipótesis de conflicto y queremos evitarlo. Queremos ser respetadas y cuidadas en todos esos momentos», puntualizó Rodríguez en la previa a la movilización.