Volvieron las alarmas en el AMBA. Aunque estemos a las puertas del verano, los especialistas remarcan que no hay que relajarse. De hecho, todos los países de la región registran subidas de los contagios por covid-19. En el caso de la Argentina, los números venían a la baja, lentamente y sobre una base muy alta de casos, pero en los últimos días retornó la preocupación en las autoridades por lo que se observa en Capital y Gran Buenos Aires, lo que motivó un encuentro de los representantes de estas jurisdicciones en Casa Rosada, con el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.

Este martes, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, negó un aumento de casos en CABA pero admitió que se frenó la caída. A modo de ejemplo dijo que el lunes, en el parte diario de la cartera sanitaria nacional, se consignaron 416 nuevos positivos en la Capital Federal. El lunes de dos semanas atrás habían sido 321, y al día siguiente (1° de diciembre) llegaron a 398.

En el caso de Provincia, hace dos semanas eran 1455 casos, y ayer se notificaron 1532. «Hay datos que nos estarían anticipando un rebrote», sostuvo el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, quien habló de “un último esfuerzo”, y pidió salir «lo mínimo indispensable» en momentos que se acercan las Fiestas. Otro indicador de la suba de casos es el registro de llamadas al 148 en Provincia, que consigna que se duplicaron en la última semana, con más consultas provenientes del segundo cordón del conurbano que del primero.

Pero la preocupación no es sólo por el GBA. “En los últimos días, el municipio de General Pueyrredón volvió a liderar por lejos los números de cantidad de casos confirmados, incluso algunos días duplicando la cantidad de La Matanza”, advirtió Gollán con respecto a la suba de contagios en el interior. En referencia a la ocupación de camas, expresó: “El 10 de septiembre llegamos a tener 1254 pacientes internados en camas de terapia intensiva en el AMBA, hoy tenemos 551. Sin embargo, al ritmo como veníamos, deberíamos estar en menos de 500. Se está enlenteciendo el ritmo con el que venía cayendo la ocupación de UTI por Covid-19”.

Para analizar con mayor detalle el panorama actual de relajo en la población, con la preocupación de las fiestas por delante, Tiempo habló con Rodrigo Quiroga, bioinformático, docente en la Universidad de Córdoba, investigador del Conicet y consultor del equipo de Salud bonaerense.

–¿Cómo ves el actual contexto en el AMBA?

–Lo que se está observando tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en la Provincia es un aumento de las consultas telefónicas por síntomas de covid, y eso ya hace una semana que viene aumentando. Es muy preocupante porque siempre que se ve un aumento de ese indicador luego aumentan los casos. También sumado al hecho de que están aumentando en Uruguay, Paraguay, Bolivia, Brasil, Colombia y Santiago de Chile. En Río de Janeiro ya tienen las terapias colapsadas nuevamente.

–Todo esto a pesar del calor, que se supone que sería favorable a bajar la dispersión.

–La única razón por la cual uno esperaría un aumento de casos cuando la estacionalidad te juega a favor por el verano es, justamente, que haya un relajamiento de los cuidados y las restricciones. Eso es muy preocupante, sobre todo con la vacuna tan cerca. Necesitamos que los casos se mantengan o idealmente bajen, porque la vacuna va a demorar en llegar y va a ayudar a prevenir la mortalidad producto de la segunda ola, pero no va a llegar para evitarla por completo. Es fundamental que la población entienda que la pandemia no terminó y que hay que seguir cuidándose. La vacuna previene la infección, pero no cura. Si llegamos todos infectados a la vacuna no va a tener absolutamente ningún sentido. Tenemos ya más de 40 mil fallecidos en la Argentina por esta enfermedad, y que vuelvan a subir los casos va a engordar ese número seguramente, y es lo que tenemos que evitar. Además, cuando los casos empiezan a subir desde un lugar alto como el que tenemos ahora (400 en CABA, 1400 en Provincia, 5000 en el país) realmente podría ser mucho más grave aún, porque rápidamente te metés en problemas de nuevo, como le sucedió a Río.

–Y en este marco, llegan las Fiestas.

–Las Fiestas son todo un tema, porque si uno está en un contexto donde la circulación viral está aumentando, las reuniones en Navidad se vuelven muy riesgosas, sobre todo si se hacen puertas adentro, porque duran bastante tiempo, hay mucho consumo de alcohol, muchas ganas de reunirse, festejar, abrazarse, y eso implica un riesgo alto de contagio. Entonces si queremos pasar la Navidad más o menos tranquilos sería importantísimo que podamos hacer diez días previos sin reuniones sociales para minimizar los riesgos de cara al 24 a la noche, para eso deberíamos haber arrancado ayer, pero siempre estamos a tiempo de dejar las reuniones sociales unos días para llegar con el menor riesgo posible de estar contagiados en Navidad, donde podés contagiar a algún pariente o ser querido que sea grupo de riesgo o mayor de 60, que se han venido cuidando mucho más que los jóvenes.

–¿Cuál es la manera ideal de pasar la Navidad?

–Lo ideal es hacerla al aire libre, con el uso de barbijo, y no tanta gente junta. Y si no se puede al aire libre, entonces ventilar muchísimo el ambiente, con puertas y ventanas abiertas. El verano ayuda, pero no hace magia, entonces lo fundamental es saber que la pandemia no terminó y nos tenemos que seguir cuidando, incluso meses después de la vacunación, porque el operativo va a llevar tiempo, se va a vacunar cierta cantidad de personas por mes y la inmunidad que lleva la vacuna puede demorar hasta 5 semanas en ser robusta y duradera.