Con miles de infectados, sin vacunas ni insumos sanitarios, y con falta de personal médico: así se encuentran desde hace 10 días las y los vecinos de la Villa 21-24 del barrio de Barracas. El jueves de la semana pasada, Tiempo dio a conocer la situación que provocó el rechazo de gran parte de la sociedad, pero que no estimuló el accionar inmediato de los funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Sin justificación alguna por parte de CABA, las postas de aplicación de dosis fueron clausuradas, situación que pone al descubierto la desidia de las autoridades porteñas.  

“Tenemos miedo, esto es insostenible, queremos que el gobierno de (Horacio Rodríguez) Larreta vuelva a poner nuestro vacunatorio en la villa, hay miles de pibes que no recibieron la vacuna y muchos se contagiaron”, exclama a Tiempo Ana maría, vecina del barrio, mientras camina junto a un grupo de personas hacia la esquina de Monasterio y Av. Amancio Alcorta, donde se encuentra el ministerio de Salud de la Ciudad. Ana María tiene cuatro hijos de 3, 8 y 12 años y una nena de 16. “La única que está vacuna es mi hija, el resto de mis nenes nunca recibieron el turno, yo igual me acerqué varias veces al vacunatorio antes que lo cierren pero me dijeron que tenía que esperar la fecha. Estoy desesperada”, agrega Ana María.

Las situaciones son idénticas en miles de familias de la Villa 21-24. Ante la falta de respuestas por parte de la cartera de salud, una delegación del barrio de Zavaleta decidió movilizarse hacia el edificio sanitario porteño para exigir al titular de la cartera, Fernán Quirós, que vuelva a instalar el vacunatorio para niños, niñas y adolescentes dentro del barrio. Es uno de los barrios populares más grandes de la Ciudad, con alrededor de 50 mil habitantes. El cierre intempestivo del vacunatorio en la Villa llegó sin argumentos sólidos por parte del ejecutivo porteño. Tiempo se puso nuevamente en contacto con el Ministerio de Salud de la Ciudad, para conocer las razones, y saber en qué momento harán la reapertura. La única respuesta recibida fue que en “el centro de especialidades médicas ambulatorias de referencia (CEMAR) hubo algún movimiento de horario (de 8 a 15 horas) con trabajadores que se han contagiado, pero hoy debería funcionar con normalidad”.

Aunque los vecinos confirmaron a este diario que hoy tampoco abrió el vacunatorio: “Es mentira, no está abierto, lo suspendieron y nos dijeron que no saben cuándo lo van a volver a abrir”, señaló Javiera Sarráz, referente de la Villa 21-24, quien junto a una delegación de vecinos fueron recibidos durante la jornada por el director de Salud Comunitaria de la cartera porteña, Pablo Guillén. “Nos firmó el petitorio que le entregamos pero no se comprometió a solucionar nada, nos dijo que está consciente de cuál es la situación pero no hubo absolutamente ningún compromiso concreto, ni con fecha, ni con números, de cuándo van a volver a abrir el vacunatorio”, cuestiona Sarráz. “Probablemente durante esta semana si en los próximos dos o tres días no hay ninguna solución vamos a volver al Ministerio, ya no como delegación si no con más fuerza y multitudinario”

Carmela tiene 61 años y vive en el barrio hace 40, tiene tres nietos a su cargo, después de que la mamá de los chicos falleciera en 2018. “Mi nietos me cuidan para que no me contagie, yo por suerte tengo dos dosis y estoy esperando la otra, pero ellos no tienen ninguna vacuna y ahora dentro de poquito empiezan las clases”, cuenta a Tiempo. Sus nietos tienen edades que van de 10 a 15 años, y el único que recibió turno hace un mes fue Alexis, el más grande. “Lo tuvimos que suspender porque se contagió Covid y me dijeron que no podía recibir la vacuna así. Estuvo dos semanas en cama y fue muy complicado porque vivimos en una casilla muy pequeña”, agrega Carmela. “Tuve que dejar a los otros nenes en distintas casas de familias y yo dormía en el almacén que limpio a dos cuadras de casa y le acercaba la comida por la ventana. Antes cuando algún vecino del barrio se contagiaba iba a un hotel a hacer el aislamiento, ahora no están disponibles”, lamenta.

Lo que cuenta Carmela también fue parte del reclamo. El Gobierno de la Ciudad hace unos meses que dejó de poner a disposición los hoteles donde realizaban el aislamiento los habitantes de los barrios populares. La gran mayoría de las viviendas de la Villa 21-24 son casillas con espacios muy reducidos para familias numerosas de seis u ocho integrantes, donde es imposible realizar un aislamiento adecuado para evitar contraer la enfermedad.

El contenido del petitorio

El director de Salud Comunitaria de la cartera porteña, Pablo Guillén, firmó el documento con reclamos que le acercó una delegación del barrio de Zavaleta, conformada por varias organizaciones, entre ellas: Curas Villeros de la Parroquia Caacupe Villa 21-24 y Zavaleta; el Comité de Emergencia del barrio; la Junta Vecinal; Frente Popular Darío Santillán; La Poderosa; La Cámpora y el Movimiento Evita del barrio; entre más de 45 organizaciones políticas y sociales.

“Es fundamental que se refuercen las postas de vacunación en este contexto, hay muchos vecinos y vecinas que quieren vacunarse, vacunas hay, pero el problema está en la falta de personal para que todos podamos acceder en este contexto a todas las vacunas que necesitamos para poder evitar”, señalan en el petitorio entregado hoy en la cartera sanitaria. “El gobierno redujo la cantidad de trabajadores y trabajadoras hace unos meses, es urgente que se amplíe para poder seguir vacunándonos todos y todas. Muchas promotoras de salud de las organizaciones contamos con las capacitaciones correspondientes para ello y estamos a disposición de trabajar para nuestro barrio”, destacan. Entre los puntos incluidos en el documento se encuentran: asistencia alimentaria ya para las familias aisladas; ampliación de trabajadores de la salud en los CeSAC, CEMAR, Hospitales y Centros de Testeos con debidos reemplazos; incremento de postas de vacunación en el barrio ya; insumos y equipamiento para campaña contra el Dengue; obra integral para resolver la problemática de la falta de agua; y la habilitación de hoteles para que puedan llevar adelante el aislamiento de forma segura.