El crimen del joven Fernando Báez Sosa se convirtió en un escenario mediático durante las 24 horas del día; un espectáculo en donde la construcción discursiva de abogados, periodistas, psiquiatras y criminólogos egresados sin conocer de qué universidad, completan la escena de la llamada opinión publica con detalles que se repiten en diagnósticos, condenas y consideraciones científicas vulgares; sin ninguna reflexión psicosocial y cultural que permita y ayude a la sociedad a deconstruir la economía de violencia y su gravedad como síntoma social.

Expresiones como asesinato y homicidio, con calificación y penas, crimen en manada -expresión que corresponde al ámbito de la naturaleza y la vida animal- atraviesan el lenguaje convirtiendo un acontecimiento atroz en un espectáculo más cerca de la venganza que de la justicia.

La madre de Fernando fue quien con más claridad señaló que el camino es el de justicia y no la venganza, como lo hicieron Abuelas y Madres durante décadas.

Definir la identidad de estos jóvenes sometidos a juicio como «rugbiers de Zárate» además de injusto es una canallada que provoca muchísimo daño pues existen miles de niños y jóvenes que practican este deporte y otros en numerosos clubes que son una estrategia de prevención en salud y una actividad cultural y grupal que construye sociedad.

Los niveles de opinión mediática tienen un lenguaje degradado con ausencia absoluta de consideraciones más profundas que aporten a promover formas no violentas de resolución de los conflictos, como el dialogo.

La palabra no es más la casa del ser y  la ternura y el cuidado del otro desaparecen, pues no son funcionales al modelo en curso y las formas verbales de violencia mediática

El problema de la caída de la metáfora entroniza la guerra en las prácticas sociales. En el fútbol y en la violencia institucional, como el asesinato de Lucas por la Policía Federal  y el caso Segismondi, que   desaparecieron de la agenda.

El intento de magnicidio de la vicepresidenta Cristina Kirchner, que resultó un acto brutal de ataque a la democracia y a la mayor referencia de representación popular, estuvo ausente en la agenda mediática y en la expresa volutad de no investigar de la Dra.Capuchetti.

Es el grito de guerra de la barra brava como forma de militarización del sentimiento utilitario “de pasión y entrega inexplicable “ y del enfrentamiento simbólico y real que lleva a la violencia física ; el apoderamiento del otro, su aniquilamiento, amigo  / enemigo, la guerra como suspensión de la moral. Ahí no hay ninguna manada: tienen la organización de un grupo de tareas heredera del terrorismo  de Estado y de las nuevas lógicas del utilitarismo del mercado neoliberal.

La de este grupo que consumó el crimen sobre Fernando es la ocupación de un territorio y de lógicas mafiosas de poder organizadas para ejercer la violencia extrema dominada por la pulsión de muerte y criminosa en el goce del aniquilamiento del otro.

Es el fracaso de la construcción de un sujeto individual y colectivo en una cultura de la convivencia y el respeto radical a los derechos del otro como ser humano.

Este acontecimiento es una forma de crueldad que se pretende inmune y que, a pesar de los antecedentes de hechos similares, no dio lugar a ninguna institución para frenar esta tragedia anunciada.

Recuerdo que desde el 83 en el futbol acontecieron mas de 300 crimines en su mayoría impunes.

* Perito en numerosas causas de juicios de Lesa Humanidad