La Voz de Piñeiro nació hace 15 años con el objetivo de rescatar la vida del barrio que le da el nombre, ubicado en el partido bonaerense de Avellaneda, y reflejar los sucesos que involucran e interesan a sus habitantes. Desde hace seis meses, el periódico autogestionado dejó de salir en su versión en papel por el costo del insumo y de la impresión, y concentra la información en redes sociales y en su página web www.lavozdepineiro.com

“Lo que hacemos es mediar noticias, construir agenda, desde un punto de vista ideológico que tiene que ver con lo nacional y popular, con el compromiso de la comunicación con el territorio”, cuenta su director, Hernán Bravo, en diálogo con Tiempo.

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Los inicios del proyecto se remontan a septiembre de 2003. “Hacía unos años que me había recibido de periodista y, por un lado, estaba buscando una forma de ganar un poco de dinero y, por otro, tenía la necesidad de hacer algo sociopolítico en el barrio”, recuerda Hernán. Eran los primeros meses de la presidencia de Néstor Kirchner, se estaban gestando las primeras empresas recuperadas en la zona y los puentes que unen a Piñeiro con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires estaban “destrozados y clausurados”. En este contexto, el periódico reflejaba el estado general de la sociedad en esos años.

Bravo define a Avellaneda como “la cuna de la resistencia de verdad”. “Es un municipio súper amigable, seguramente podamos tener nuestras críticas como comunicadores, como militantes sociales. Pero es un municipio que se para ideológicamente, que hace cosas piolas, con muchos pibes y pibas jóvenes en la gestión, con una universidad que también incide en el territorio”.

Este medio de comunicación barrial busca colaborar con la construcción de esta identidad a partir de la reconstrucción de la memoria oral y escrita, de sus lugares y personajes. “Con entrevistas a diferentes actores sociales, dar a conocer las historias de las instituciones. Poner en común un conocimiento colectivo, que sistematizamos y damos a conocer y que queda en una base de datos escrita que estará por las casas de mucha gente, pero ayudamos a reforzar esa identidad”, explica Bravo.

En 2013 crearon la Cooperativa Cimarrón de Comunicación y Cultura. Con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en juego la perspectiva era muy distinta “desde lo económico y desde los papeles” a la actualidad. Ahora, por ejemplo, van a pagar impuesto a las ganancias.

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“Somos parte de la comunidad y una parte activa, así como Clarín tiende alianzas económicas con diferentes sectores, con las grandes empresas, con Monsanto, con algún banco, con supermercados, para seguir profundizando el capitalismo, así como ellos tienen esos intereses económicos, desde la comunidad, siendo La Voz de Piñeiro el resultado de un trabajo comunitario, primero individual y después más colectivo, tenemos como interés tejer redes”, cuenta Hernán. El resultado de esto se evidencia en la Feria de Economía y Cultura Popular que nuclea a todas las organizaciones y centros culturales del barrio.

Mora Figueroa, diseñadora del periódico, recuerda una anécdota de las últimas elecciones presidenciales. “En 2015, si bien sabían nuestra orientación, decidimos pararnos más y decir está es nuestra posición política. Hicimos una encuesta en la Avenida Galicia, que es el centro comercial principal, y un tipo de una peluquería nos dijo: ‘No, ustedes no porque son kirchneristas’. No pudimos hacerle una encuesta sobre cómo habían sido las ventas durante ese año”.

“Como medio de comunicación no somos kirchneristas, entendemos que si no hay un modelo nacional y popular no puede crecer el barrio tampoco”, sostiene Hernán.

Respecto al rol social que cumplen, afirma que es seguir construyendo una sociedad más justa, más libre y más igualitaria. “¿Cuánta plata le dimos a Magnetto durante todos estos años para que tengamos la peor comunicación del mundo? Si esa guita la hubiéramos distribuido entre periodistas, estudiantes de periodismo, proyectos cooperativos, pequeños diarios, en incitar a grupos de periodistas para que armen cooperativas, impriman y produzcan medios de comunicación, cuánto se hubiera hecho y cuánto se hubiera construido en comunicación. Son debates, la sociedad va aprendiendo o no”, reflexiona Bravo.

Hace aproximadamente seis meses, La Voz de Piñeiro dejó de salir en papel y hoy el medio está más volcado hacia las redes sociales -especialmente Facebook- y utilizan la página web como “reservorio de información”. “Crecimos un montón a nivel redes, por ejemplo, por la cantidad de gente que comparte la foto cuando cierran un comercio o cuando hay una marcha de inseguridad, que son los temas centrales. Cada vez la gente comparte más las injusticias, toma el medio para compartirlas en su barrio” cuenta Mora. También destaca la importancia que tiene para los vecinos ya que se enteran de noticias que no las sabrían por otros medios, como es el caso de los despidos de los trabajadores y trabajadoras de la fábrica Gaelle.

“Nos toca en este contexto empezar a mostrar las consecuencias de las políticas económicas implementadas por el gobierno neoliberal, el gobierno de los patrones, el gobierno de los ricos, que muchas veces fue votado por una gran cantidad de trabajadores engañados. Les llenaron la cabeza para poder vaciarles el bolsillo y en eso jugaron mucho los medios de comunicación. Nuestro rol es poder por lo menos generar el debate”, dice Hernán.