En el contexto de emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19, los estudiantes de las escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires reciben una canasta “recortada” de alimentos, con valores por debajo de los precios actuales de referencia y similares a los de 2017.

El dato, preocupante, surge de un informe realizado en conjunto por la organización social Barrios de Pie, el colectivo Familias por la Escuela Pública y delegados cooperadores que elaboraron el presupuesto del valor de las Canastas Escolares que los chicos están recibiendo en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio, tomando como referencia los precios minoristas máximos establecidos por el Ministerio de Producción Nacional, el Mercado Central y la empresa Coto en sus cotizaciones del mes de abril, es decir, teniendo en cuenta la inflación de 2020.

El trabajo demostró que el costo del almuerzo por día es de $ 150,77, tanto para los becados como para los no becados; mientras el valor del refrigerio es de $ 53,36. Ambas cifras fueron calculadas con los precios del mercado actual y están muy lejos del costo total de la Canasta Escolar “oficial”, que estipula $ 72,30 por almuerzo y $ 35,30 por refrigerio.

Lo llamativo de los valores de los bolsones de comida dispuestos por el Gobierno porteño es su cercanía con los costos estimados en relación a los precios en alimentos de 2017 (incluso, en el caso del almuerzo, es inferior: $ 72,80 versus los $ 72,3 de este año).

El informe destaca que “el Pliego de Concesiones 2018, actualmente vigente, fue realizado teniendo en cuenta los valores de julio de 2017, cuando es de público conocimiento la devaluación del peso que pasó en mayo de 2018 de valer $ 18,90 a $ 38,84 en relación al dólar, lo cual implicó una escalada del 105 por ciento”.

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Desde el primero de abril, el Ministerio de Educación e Innovación de la Ciudad comenzó a entregar quincenalmente bolsones con alimentos en reemplazo de las viandas de desayuno y almuerzos que se entregaban durante las clases (ver aparte).

La “Canasta Escolar Nutritiva” a entregar a cada estudiante “deberá coincidir con el/los servicio/s que habitualmente recibe el mismo”, según el compromiso asumido por el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, a fin de que “se garantice lo estipulado en la Ley 3704 de Alimentación Saludable de Niños, Niñas y Adolescentes en edad escolar”.

En lo que respecta al almuerzo, la canasta contiene vegetales, frutas frescas y alimentos secos para diez días, lo que equivale a dos semanas de clases. En detalle, el bolsón trae un paquete de fideos, un kilo de arroz, una bolsa de lentejas, una lata de arvejas u otra legumbre, aceite, azúcar, puré de tomate, un pescado en conserva, queso rallado y un flan o gelatina.

Problemas relevantes

La “Multisectorial por la Educación Pública” identificó una serie de problemas relevantes relacionados a la entrega de bolsones, entre ellos, que “la mercadería fue menor de la que se necesitaba; no llegó en tiempo y forma; en muchas escuelas no hubo condiciones óptimas de salubridad para realizar las entregas; y no se proveyeron los elementos de protección que esta situación de pandemia exige”.

Se detectaron, además, trabas burocráticas como, por ejemplo, “el requisito excluyente de poseer la beca comedor (con las dificultades que conlleva el trámite online para su obtención), y aun así a muchas escuelas se les asignó una cantidad menor a la de becados”. En ese sentido, la Multisectorial destaca que “nuevamente se especuló con el promedio de ausentismo a la hora de calcular las unidades de entrega”.

Con el objetivo de la defensa del derecho universal a la alimentación de niñas, niños y adolescentes, la comunidad educativa, con apoyo de la ciudadanía, propone, entre otros puntos, que “se provea de los tres refuerzos alimentarios (almuerzo, desayuno y refrigerio) a la totalidad de la matrícula de todos los establecimientos educativos de CABA; se administre cada dos semanas la entrega, duplicando la composición del bolsón e incluyendo yogurt, más frutas, verduras y leche, y productos higiénicos tales como jabón y alcohol en gel; y se designen puntos estratégicos de retiro de la Canasta Nutricional Alimenticia para grandes núcleos habitacionales, para evitar traslados y aglomeraciones”.  «

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Bajo nivel nutricional

Ese primer día de abril, con lluvia, en algunas escuelas hubo bolsones de desayuno, pero no los del almuerzo, o sólo llegaron 120 cuando los necesitaban más de 150 chicos. Las familias pasaron varias horas en largas filas a la intemperie y se provocaron aglomeraciones que, en tiempos de pandemia, suponen un riesgo altísimo. Así fue el debut de la entrega de la “Canasta Escolar Nutritiva”, que reemplazó las viandas diarias que se enviaban a las escuelas porteñas antes del comienzo del aislamiento obligatorio. Sin embargo, el mayor reclamo apuntó a la baja cantidad y calidad de los alimentos.

La Unión de Trabajadores de la Educación lamentó que las raciones hayan sido “menores de la necesarias” y “con un nivel nutricional insuficiente”. A través de un comunicado, el gremio docente exigió, además, que la entrega de la canasta sea para «todes les estudiantes de las escuelas de la Ciudad, hayan completado o no el trámite de la beca».

«Se trata de una situación de emergencia inédita, en la cual, para muchos sectores sociales, este refuerzo alimentario es la única o la principal comida diaria», concluyó.