Desde diferentes partes del mundo llegaron 250 mil firmas de mujeres que pedían a  los senadores que aprueben la ley de interrupción voluntaria del embarazo. El pedido fue una iniciativa de Amnistía Internacional que diseñó una plataforma especial para este fin.

Amnistía trabaja desde hace años acompañando el histórico reclamo de las mujeres por la legalización del aborto. “Esta ley genera un marco de igualdad y todas las mujeres que queremos abortar somos iguales ante la ley, y podemos abortar en condiciones seguras, sanas, en centros de salud”, dice a Tiempo Argentino Mariela Belski, directora ejecutiva del organismo para Argentina y que espera un buen resultado del debate que se está realizando en el Congreso de la Nación.

“Hemos hecho campaña para que este año en primer lugar, el proyecto sea enviado a la Cámara de Diputados, luego en la cámara de diputados participando del debate. Luego en el Senado haciendo campaña, hablando con los senadores”, detalla Belksi. “También desde Amnistía hicimos una campaña con una plataforma donde las personas podían hablarles a los senadores donde tenemos el relato de más de dos mil mujeres mandaron sus relatos a los senadores explicando por qué quieren que se despenalice el aborto” cuenta la directora.

Belski asume además que durante este año, y a causa del contexto la sociedad tiene otra atención al debate. “Fue un año muy complejo, la gente la pasa muy mal tiene su energía y su mirada en otras cuestiones, le preocupa el empleo, la pandemia, la salud. Los medios tampoco cubren esto como en 2018, la noticia del aborto fue una noticia más en el día, en un día en que se reparten las vacunas. Me parece que es una estrategia del gobierno como la es que todos los senadores están  en el Senado y van a votar desde sus despachos para no tener una presión local. Es un proyecto del gobierno y el gobierno no quiere tener una derrota. Nuestra percepción es que ese proyecto se envió porque estaban dadas las garantías”, analiza.

-Qué pudiste observar en los debates de Diputados y las plenarias informativas

-Respetamos las posiciones pero notamos que hubo muchas exposiciones que tienen argumentos falaces, que no dicen las cosas como son, que hacen interpretaciones de la ley que son muy rebuscadas pero no son cuestionables. Cuando esta ley se apruebe, quienes están en contra van a pedir la inconstitucionalidad, que es un escollo, se va a judicializar muchísimo inclusive muchos artículos pero van a servir para explicar a los abogados definir qué dice la ley. Probablemente hay abogados que interpreten de otro modo las leyes, por eso es importante la justicia. La mirada de quienes están contra el aborto es muy paternalista, la mirada del Estado es que si sos mujer tenés que tener un hijo, una hija o un hije. Y eso forma parte de mi esfera privada y soy dueña de decidir qué hacer con mi vida. Argentina está yendo hacia ese lugar. En una región donde todo está complicado, donde Perú no tiene presidente, está Bolsonaro en Brasil, donde en Chile hay alzamientos y se está cuestionando su sistema democrático, que una Argentina que termine el año ampliando derechos es muchisimo.

-¿Qué análisis hacés de 2018?

-En 2018 tenemos un presidente que habilita un debate con un proyecto de ley presentado por la Campaña, donde él se manifiesta en contra y donde le dice a su partido que voten a su conciencia. Para el gobierno de Macri tuvo esto un costo muy alto pero es importante rescatar que gracias a que se habilitó ese debate, el tema se puso en agenda, se empezó a hablar en las casas, los jóvenes tomaron esta causa como propias, aparecieron las Actrices Argentinas, aparecieron las Escritoras. Se amplió mucho el grupo de la sociedad que pelea por esta causa. Lo importante son los jóvenes que se apropiaron de la causa, porque son ellos los que van a votar a los senadores. Es rescatable que ese debate haya existido, no sé si en ese momento el gobierno pensó que estaba generando un debate público que debe haber sido el más robusto debate de nuestra democracia. No creo que fuera a conciencia, creo que se dio pero esa inversión y la pérdida fue costosa para el macrismo. Este año el presidente mandó el proyecto también porque sus votantes son verdes, entonces es hablarles a esos votantes y cumplir una promesa de su campaña. También veo que el peronismo no perdió una sola ley en el Senado, el peronismo no suele mandar leyes para perder, es muy raro que mande una ley de estas características sin la garantía de los votos.

-¿Por qué se debería votar?

-Tres razones. Esta ley está sacando debajo de la alfombra algo que pasa. Hay mujeres que hoy pagan mil dólares para abortar en forma clandestina. Entonces las mujeres que tienen plata la puede pagar y la que no tienen no. Genera un marco de igualdad y todas las mujeres que queremos abortar somos iguales ante la ley, y podemos abortar en condiciones seguras, sanas, en centros de salud, nos pone a todas las mujeres con su capacidad de gestar en mismo nivel de igualdad. En segundo lugar, una realidad que sucede es que los abortos se hacen en hospitales, todas sabemos en cuáles hospitales públicos los hacen… basta de eso, vamos a poner en la ley lo que pasa, dejemos de bancar el aborto debajo de la alfombra. Ordena el sistema de salud porque los médicos que se niegan a hacer abortos van a tener la obligación dentro del marco de la ley de garantizar la práctica. Es un paso gigantesco pero la implementación será todo un proceso de trabajo.

-¿Cómo se explica que en 2020 sigamos discutiendo sobre la legalización del aborto?

-Es América latina. El aborto existe en Uruguay y en México pero nada más. Creemos que es el rol de la iglesia en la región, la fuerza de la iglesia que se ha opuesto al divorcio vincular, se ha opuesto a un montón de leyes que se fueron dando durante la democracia, las luchas las dan. En Europa existe porque la iglesia no tiene un rol tan preponderante, no tiene esa fuerza, el Papa Francisco para Argentina es Bergoglio pero para el mundo es el papa Francisco. Este año se legalizó el aborto en Nueva Zelanday no es que el Papa mandó una carta. Creo que la iglesia después se acomoda y es un proceso, pero tiene que ver con eso con el rol de la iglesia y de la pérdida de su poder.