Hay una luz, pequeña. Una esperanza que hoy ilumina un poco más las noches de Marta Montero cuando piensa en su hija Lucía, la adolescente bestialmente asesinada en octubre de 2016. “El miércoles cuando apoyé la cabeza en la almohada, antes de dormir, me dije ‘Lucía vas a tener Justicia’”, cuenta Marta a Tiempo Argentino un día después de conocer el fallo con el cual se anuló el fallo donde en noviembre de 2018 un tribunal había absuelto a los imputados por el femicidio de su hija.

“Este nuevo fallo es un cambio estructural en la Justicia. Es un gran avance que logramos todas las mujeres luchando todo lo que hemos luchado para tener hoy este resultado. Si ese 26 de noviembre no hubiésemos hecho nada, esto no habría pasado. Ese es el cambio grandísimo que ojalá sea para siempre”, dice Marta.

El miércoles La Sala IV de la Cámara de Casación Penal de Buenos Aires revocó el veredicto el Tribunal Oral 1 de Mar del Plata, anuló el misógino fallo de los jueces y ordenó que se realice un nuevo debate, “con la premura que el caso amerita”.

La sentencia absolutoria de 2018 fue una profanación de la intimidad de Lucía y una construcción escandalosa del discurso patriarcal y machista. En ese sentido, este nuevo fallo cuestiona específicamente esos puntos de la primera resolución: “inexplicablemente se enfoca a indagar en la personalidad, actitudes y comportamientos anteriores de la víctima, su forma de relacionarse con los hombres, su vida social, su carácter”, destacan los jueces Mario Kohan, Carlos Natiello y Fernando Mancini.

“Ese primer fallo está plagado de conceptos hacia una mujer… Una dice ‘no puede alguien hablar así de una mujer, son jueces’. Pero ellos juzgaron a una chica de 16 años y la juzgaron de manera misógina ¿ Acaso Lucía no tenía derechos? Para ellos, Lucía no tenía derecho a nada”, recuerda Marta. “Fue una sentencia sin límites, lo que estas personas hacen con la vida de la Lucía. Por eso en este fallo estos jueces lo remarcan diciendo que acá se culpó a la víctima, es decir que Lucía fue culpable de su propia muerte”.

Los jueces resaltan también que hubo una “incorrecta apreciación del material probatorio”, “una valoración absurda y arbitraria de la prueba”, y que “exhibe un criterio androcéntrico incompatible” con “las exigencias que el derecho internacional” y “con la incorporación de la perspectiva de género en el juzgamiento de delitos sexuales”.

El nuevo fallo es ejemplificador para una justicia que no deja de estar bajo la lupa por las falencias en lo que respecta a la perspectiva de género. “Se alimentan discursos y se reafirman comportamientos”, dice Marta. “Si yo te maté, hice lo que quise con vos, te drogué hasta que no diste más, hice lo que quise y la Justicia encima me da razón… Es una locura, es imposible pensar en una justicia seria. Esa es la gran impunidad que este sistema permite”.

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Los imputados son Matías Gabriel Farías, Juan Pablo Offidani y Alejandro Alberto Maciel y de acuerdo a la decisión de Casación, se mantiene la condena a ocho años por tenencia y venta de estufacientes. “Uno de ellos es un tipo de con influencias, con poder y con dinero cuando todo eso se combina, este es el resultado. En este caso se equivocaron todos, porque no pensaron jamás que tantas mujeres y la familia salgan a las calles. Pensaron que a esta familia la iban a aniquilar las barbaridades y los adjetivos que usaron para Lucía. Pero, al contrario, nos fortalecía más”.

De acuerdo al fallo, el nuevo juicio debe realizarse con celeridad y se habla de una posible fecha para el segundo semestre del próximo año. A partir de esta resolución, hay diez días para la apelación y a partir de ahí comienzan si las hubiere, las presentaciones y pedidos de la familia. “Queremos nuevos fiscales, nuevos jueces y nuevas salas. Estamos pidiendo que todo sea diferente”, anticipa Marta.  

-¿Te inquieta volver a atravesar un proceso judicial?

-Más dolor que la pérdida de Lucía, no existe en el mundo. Nada se compara con la pérdida de Lucía, nada se compara con la pérdida de un hijo. Lo que sé es hoy sí reaccionaré de otra manera, hoy sí diré “así no podés hablar de Lucía”. A partir de ahora, de la víctima no se habla más, que se hable de los acusados.

-El encuentro con otras mujeres y esta lucha que emprendiste ¿qué te brindó?

-Fortaleza. Hay un que uno genera al trabajar en redes, con la misma convicción. Y también el trabajar por las mujeres, porque acá tenemos el nombre de Lucía pero ahora estamos trabajando por todos los femicidios, eso que en realidad es un gran deber de la justicia. Porque esto sigue pasando porque estas personas no tienen condena, hacen lo que quieren… Como la sentencia que tuvimos nosotros hay muchas otras. Entonces si un hombre mató a una mujer sea como sea es femicidio, bueno, denle los 35 años que les corresponde y ningún beneficio, creo que a menos lo pensarían. Pero si de 2000 femicidios, solo a 20 se condena con esa carátula y el resto tiene una condena menor, entonces hacen lo que quieren porque no hay un parámetro, no hay una justicia.

-Creés que un cambio en el contexto político tuvo algo que ver con este fallo?

-He tenido el acompañamiento del Ministerio de las mujeres de Buenos Aires, el del Estela Díaz en especial de Flavia Delmas que es una gran persona. El Estado nos acompañó, pero eso es lo que tiene que hacer, el Estado tiene poner la potestad que tienen al servicio de la familia de las víctimas. Porque la familia de la víctima una vez que pasó por esto nunca más vuelven a ser las mismas personas. Vamos a seguir pidiendo lo que pedíamos antes. Estamos trabajando en el Observatorio Lucía Pérez que es impecable, allí se habla de los crímenes y cuando conocés las historias te duele la piel, en lo que va del año ya hay 145 mujeres muertas. Ahí tiene que estar el Estado porque él es el que tiene que cuidar a las mujeres, y si no lo hacen y las mujeres aparecen muertas y además no tienen justicia hay que mirar bien la agenda. Hoy quisiera que no haya ninguna muerta, mujeres, mujeres por aborto ni travesticidios.

-¿Y en lo personal, ¿qué te pasó después de conocer este último fallo?

Es terrible la falta de una hija. Pero en lo personal pienso “Lucía estás mostrando la justicia”, “Lucía estás haciendo justicia”. Es lo que pensé, por ella y por todas las mujeres y personas violentadas y que son muertas por esta manera cruel, pensé en las chicas de la campaña, pensé en que tenemos una lucecita de justicia y. El miércoles, desde que llegué de trabajar hasta la noche, estuve contestando mensajes y pensando. “Cuando apoyé la cabeza en la almohada antes de dormir, me dije “Lucía vas a tener Justicia”. Mi marido y mi hijo luchamos por lo mismo, no te digo que no hay una tristeza la hay porque la pérdida es insuperable pero dios nos da la fuerza y la fortaleza para seguir y ver la justicia que va a llegar, por Lucía y por todas. Y que esta injusticia que pasó con Lucía no pase con ninguna mujer más, no queremos una muerta más.

El crimen de Lucía que ocurrió el 8 de octubre de 2016. Diez después se realizó el primer paro de mujeres en el país. Su rostro se convirtió en una bandera de lucha para miles de mujeres. «La lucha y el apoyo de las mujeres es incondicional. Sólo los que pasamos por esto sabemos lo terrible que es. Desde mi lugar abrazo con el alma a las madres y los padres que han perdido sus hijos de la peor manera. Es terrible que te maten un hijo.