El martes 23 de agosto a la seis de la tarde un auto arrolló y mató a Lautaro Giménez, de siete años. Sucedió en su barrio Villa Fiorito, donde jugaba a las bolitas con su hermano y en donde está la escuela de arte, en el área del sector ribereño de Lomas de Zamora, Camino de la Ribera Sud y Larrazábal.

“El niño estaba jugando con su hermano cuando cinco bolitas se les escaparon de las manos”, cuenta Leopoldo Estol, el profesor de plástica de la Escuela de Arte Belleza y felicidad que dicta clases los sábados y que reúne a los vecinos, muy cerca de la casa de la familia Giménez. 

En un texto enviado a Tiempo escribe que “el accidente fue fruto de la gran imprudencia de un automovilista que manejaba muy rápido y al detenerse un colectivo lo esquivó queriendo seguir su marcha a toda velocidad. Pero no vio a Lautaro que estaba justo ahí, en el medio de la calle con la necesidad de recuperar rápido su tesoro. Esto ocurrió porque allí la calle no está pensada como un espacio público sino como una suerte de ruta en donde autos y colectivos se mueven a gran velocidad.”

Razones para cruzar

La zona Cuenca Matanza Riachuelo ha sido saneada por Acumar. Organizaciones sociales lomenses denuncian desde 2013 la contaminación ambiental, específicamente la presencia de metales pesados en el agua, lo que genera enfermedades extremas, tal como exhibe estos días el documental Plomo en la sangre. Según la Asociación por la Justicia ambiental se trata de un “genocidio silencioso” y vierte aún críticas al sistema de atención médica a los vecinos. Además desde la asociación preparan un amparo al plan de saneamiento y los programas de urbanización. 

Las novedades de tránsito sobre la gestión del municipio de Lomas de Zamora informó el último mes una capacitación de accidentología vial a funcionarios, cumplimiento de tareas como señalización de las sendas, del Programa de Seguridad Vial, entre otros. Respecto de este tema el profesor reflexiona que “no es extraño pensar que los niños quieran ir a jugar ahí cerca del río porque el río está mucho mejor que antes. Lo difícil (aún para los profes) es cruzar una calle con autos que vienen a alta velocidad desde ambas manos: no hay semáforos, ni lomas de burro ni sendas peatonales”.

Tanto los familiares, como los compañeros, docentes y vecinos reclaman mejoras en el Camino de la Ribera Sud “porque no queremos que esta historia se repita y porque creemos que disfrutar del entorno recuperado del Riachuelo es un derecho de todos”.