Delikatessen de harina de algarroba con impronta de la fauna nativa en color plateado, ballenas doradas “pintadas” sobre chocolate, centolla o el famoso pulpito tehuelche, trucha ahumada o pinchos de carne de llama. La Muestra Gastronómica Federal que reunió a unos 50 chefs de toda la Argentina, fue una travesía de sabores, aromas, colores y texturas. Tiempo de Viajes estuvo allí, probó de todo y te lo cuenta en esta nota.

El encuentro gastronómico fue el broche de oro de la 10ma edición del Neo WorkShop Federal que por primera vez se realizó en la provincia de Tucumán organizado por la Federación de Cámaras de Turismo (FEDECATUR) que dirige, Héctor Viñuales quien consideró que la magnitud de la movida gourmet podría originar un evento individual en las próximas ediciones.

“La comida es un producto potente dentro de todo lo que conforma la actividad turística en Argentina, y con esto mostramos la riqueza y variedad que tiene en cada uno de los destinos nacionales”, dijo Viñuales.

Es que los chef de todo el país, representaron a cada región desde Patagonia al Norte Argentinos, el Litoral, Centro, Cuyo y provincia de Buenos Aires donde desplegaron el arte, los sabores, los productos y la experiencia. Hubo de todo.

El calor trepó a más de 40 grados en la capital tucumana cuando los chef marcaron un sendero propio desde el Hotel Catalinas Park donde se alojaban en San Miguel de Tucumán hasta el Sheraton donde se preparó la muestra gastronómica, en cada detalle.

Entre los representantes de las 6 provincias presentes, entre sector público y privado y las autoridades, la subsecretaria de Turismo de la Nación, Yanina Martínez recorrió junto con el director del Congreso Binómico (gastronomía Iberoamericana), Alberto Paz y el equipo de Marca País la muestra federal donde los 50 cocineros de todo el país, deleitaron a los presentes con una combinación increíble de aromas, colores y sabores típicos, con un toque gourmet y nuevas tendencias.

Para el Chef, Julián Kuran del restaurante “Amasijo” que conduce junto con su compañera, Florencia Nieva en la capital de Santiago del Estero,  la nueva cocina, la fusión entre los ancestral, los pequeños productores y la muestra en la que participó en esta ocasión permiten difundir la evolución en gastronomía. Mientras acomodaba unos cucuruchos de papel de seda que contenían unas pequeñas empanadas de charqui, tuvo tiempo para comentar sobre estea forma de cocinar la carne como también el abanico de delikatessen que integraban la muestra. Más abajo, unos sanguchitos de cabrito en una versión de pan brioche de calabaza y “cannolis” rellenos de ricota de cabra y morrón ahumado, una mouse de arrope, bombones artesanales decorados primorosamente y rellenos de café de algarroba y unas galletitas de harina de algarroba con baño de azúcar y la impronta de un tatu carreta de color plateado (mulita, como le dicen en Buenos Aires) integraron parte de la expo donde también dijeron presentes la cerveza artesanal, vinos y gin santiagueños.

Santiago, Madre de Ciudades se lució junto con sus vecinos del Norte Argentino, los salteños con Martín “Manzana” Argañaraz que llevaron cabrito y llama, queso de cabra, mouse de miel de caña; en tanto La Rioja con sus aceites de oliva,  sus encurtidos y embutidos; Jujuy se lució con sus empanadas de llama y de quínoa; y sus pinchos de carne de llama con vegetales de una huerta agroecológica, tamales, queso de cabra y un toque dulce especial.

La provincia de Buenos Aires, tentó a los presentes con chacinados de Navarro, y un guiso con productos de este territorio como: papa, carne vacuna, champiñones, trigo y crema, y sin dejar de lado  lo clásico y lo nuevo también exhibió y convidó el tradicional postre Balcarce en porciones miniaturas. Un manjar.

Córdoba trabajó para atraer a todo el público presente y en Daniel López, el chef junto al equipo representante de la provincia, deleitó con todos sus platos.

Desde el Litoral, las correntinas que integran “Cocineros del Iberá” convidaron dulces regionales, tortitas de maíz y croquetas de cordero y desde Entre Ros, la estrella fue el pescado de río que prepararon chefs de Santa Elena, como el chupín de surubí en vol au vent y el sábalo ahumado. Desde el Chaco hubo presencial dulce que hace honor a la flamante ruta de la algarroba, producto con el que se elabora desde café hasta harina y todos los preparados con esta base.

La Patagonia estuvo a pleno. El trabajo en equipo hizo lucir en la mesa con la centolla como centro en alto, pero desde la costa hasta la cordillera y la meseta, hubo de todo. Langostinos extra large, centollas, pulpitos tehuelche (autóctono de nuestro mar argentino) y el cebiche de merluza negra; la clásica trucha ahumada; el cordero, morillas, y torta negra galesa y los infaltables chocolates rionegrinos y de chubut. Un must, los macarrons salados con relleno de paté. Cada preparación estaba acompañada con un producto local, como los neuquinos, de la mano del chef Martín Mosquera quien en Zapala tiene su “Zapala Bodegón” y le contó a Tiempo que nació en este lugar y aquí desarrolla su pasión. Junto a los platos preparados, también presentó los piñones, el fruto del pehuén, especie protegida, Monumento Natural, que, además, integra la Ruta del Pehuén, especie endémica del norte neuquino (y Chile), se puede recorrer en Villa Pehuenia y en Caviahue.

El anfitrión del evento, Tucumán, se unió a la movida con un plato de lujo, uno de sus chefs, Alberto Chocobar, cocinó un garrón en su jugo a 72 horas con una salsa de arándanos, mouse de palta (todos producidos en suelo tucumano) coronado con tomate de árbol chilto, risotto de mazamorra, una delikatessen miniatura que surge de una deconstrucción de un tamal clásico tucumano, con una versión novedosa que lleva harina de maíz con una carne rica en condimentos y las clásicas empanadas tucumanas con carne de matambre. Pero, claro, no podía faltar el ahora famoso “Sánguche de Milanesa” que estrenó su Fiesta Nacional la semana anterior y tuvo su espacio en la Muestra Gastronómica Federal. El presidente del Ente Tucumán Turismo, Sebastián Giobellina lo prometió. Y hubo, Sánguche de mila, para todos y todas. Buen provecho.